El Pacto de Salud aborda la Osakidetza «que queremos para los próximos 20 años»

Pero la cita ha acabado sin acuerdo y con varios participantes (EH Bildu, Sumar y LAB) expresando su rechazo al documento presentado por el Departamento de Salud. Hasta el punto de que Jon Hernández, de Sumar, ha dicho que su redacción actual supera algunas «líneas rojas». En concreto ha sostenido que el texto habla de Osakidetza «como una empresa, incidiendo en su sostenibilidad y productividad», pero no incide en que debe ser un servicio sanitario «gratuito y cercano». Rebeka Ubera, de EH Bildu, por su parte, ha insistido en que en la formación no comparten la visión ni el contenido del documento y pide «cambios» para sumarse a él.

Durante la reunión el Gobierno ha decidido abrir un plazo hasta el 20 de diciembre para que los participantes puedan realizar nuevas aportaciones. Con todas ellas se elaborará un texto definitivo que será entregado a los agentes en enero y votado el 29 del próximo mes en la próxima reunión de esta mesa. Ese día está previsto poner fin a la segunda fase del Pacto de Salud.

El bloque de principios abordado este miércoles es el paso previo a comenzar a definir las estrategias. De hecho los principios serán las bases que guíen las acciones concretas que permitan mejorar Osakidetza y adaptarla para dar respuesta a la sociedad vasca a medio y largo plazo.

Aunque no será hasta dentro de unas semanas cuando los participantes cojan el bisturí para entrar al detalle de los cambios que necesita el Servicio Vasco de Salud, en el borrador abordado hoy en la mesa sí se detallan las principales patologías a analizar y sugiere algunos tratamientos a aplicar.

Para empezar, Euskadi apostará por un modelo de salud «moderno que priorizará la prevención y la anticipación» a las enfermedades, así como por la «humanización» de las relaciones entre pacientes y profesionales. Estos últimos son «esenciales para garantizar la excelencia en la atención sanitaria». Es por ello que el Pacto de Salud aboga por «promover su desarrollo, autonomía, creatividad y colaboración para que den lo mejor de sí mismos».

En cuanto al modelo asistencial, la «calidad» será la piedra sobre la que pivoten los cambios a aplicar, la incorporación de innovaciones y la investigación. Calidad que también se aplicará a la seguridad de los tratamientos e intervenciones, a la efectividad de la atención, a la asistencia al paciente, a «minimizar las esperas» tanto de los usuarios como de los profesionales y a la eficiencia para «reducir el desperdicio de recursos, tiempo» o equipos «para optimizar el funcionamiento del sistema».

Además se incidirá en realizar una «remodelación del modelo asistencial» que ponga fin a la «división histórica» entre niveles asistenciales e integre y «conecte» la atención hospitalaria con la primaria, la comunitaria y los servicios sociales para «garantizar una atención más humana y eficaz».

El documento de principios debatido este miércoles también tiene un apartado dedicado a la atención especializada. En este sentido mantiene la apuesta de centralizar servicios complejos en puntos estratégicos, de forma que se garantice la «excelencia y sostenibilidad» y se «eviten duplicidades innecesarias».

Osakidetza impulsará la digitalización con el fin de facilitar el acceso de la población a estos servicios especializados. A su vez fomentará la «colaboración interjurisdiccional» con otras regiones para «compartir conocimientos, recursos y capacidades» con el fin de que «los pacientes accedan a los mejores servicios disponibles».

En esta cuarta reunión del Pacto de Salud se ha vuelto a percibir posturas muy alejadas en algunas cuestiones, tal y como ocurrió en la segunda cuando se comenzó a elaborar el diagnóstico de Osakidetza. Aunque posteriormente se logró acercar posturas y consensuar un texto común con la única ausencia del sindicato ESK, que decidió abandonar la mesa. Un foro muy diverso en el que hay partidos políticos, empresarios, sindicatos, colegios profesionales, representantes de las universidades, asociaciones de pacientes y los principales dirigentes de Osakidetza y del Departamento de Salud.

Martínez destacaba antes del inicio de la reunión la complejidad que entraña este pacto sanitario. «Lo más difícil es construir un gran acuerdo de país entre agentes con visiones distintas para mejorar nuestro sistema sanitario», apuntaba. A la salida reconocía que Salud había dado «poco tiempo» a los participantes para analizar el documento abordado este miércoles. Por ello, y para que todas las organizaciones puedan hacer un análisis pormenorizado del mismo y realizar sus aportaciones, se ha dado hasta el 20 de diciembre a todos los agentes para que presenten sugerencias al mismo.

«Se van a respetar los tiempos que necesiten los participantes. Queremos que el documento que salga adelante sea consensuado», ha enfatizado Martínez. El consejero ha hecho gala de su optimismo habitual y confía en que en acordar un texto que satisfaga a todas las partes antes de pasar a la siguiente fase del Pacto de Salud, y presumiblemente la más compleja: la de las estrategias que marcarán las medidas concretas a aplicar para mejorar Osakidetza.

La cuarta sesión del Pacto de Salud se está celebrando en el Palacio Euskalduna. En su exterior dos plataformas, una en defensa de la sanidad pública y otra por la exención del euskera entre la plantilla veterana, han llevado a cabo actos de protesta.