La necesidad de reducir las guardias de 24 horas de los médicos, a debate

En Euskadi Osakidetza cuenta con un acuerdo regulador de las condiciones de trabajo que dedica su artículo 29 a las jornadas complementarias. Aunque en él se incluyen varias excepciones que dan cierta libertad a la hora de interpretarlo. Permiten a cada hospital, y dentro de ellos a cada servicio, adaptarlo a su realidad de medios humanos y demanda asistencial, siempre que la atención médica quede garantizada. El resultado es que existen varios tipos de guardias: de 24 horas, de 17, de 12, turnos de 8 horas...

Por norma general el modelo más extendido en el Servicio Vasco de Salud es el siguiente: las guardias de 24 horas como tal se circunscriben a los sábados, domingos y festivos; entre semana los facultativos realizan 7 horas de jornada ordinaria más otras 17 de complementaria. Y aunque son 24 horas seguidas de trabajo, técnicamente no se consideran guardias de día completo ni se pagan como tal. En parte porque Osakidetza estima que la carga asistencial de un turno ordinario y de otro complementario no es la misma. Al segundo lo considera de expectativa de trabajo.

Existen dos tipos de guardias: las presenciales y las localizadas. Aquí también hay variedad, pero por norma general las primeras las realizan aquellos servicios a los que llega un flujo constante de atención indemorable. Entre ellos están los de Urgencias, Pediatría, Traumatología, Cirugía, UCI, Anestesia, Ginecología para atender los partos... Otras unidades, donde la actividad mayoritaria es programada, los especialistas permanecen localizados y acuden al hospital cuando se da una urgencia. Es el caso de nefrólogos, oftalmólogos o neurocirujanos, entre otros.

El acuerdo regulador de Salud fija en 3 el número «máximo de guardias mensuales» a realizar por un especialista. Aunque esta cifra podrá ser mayor en función de la situación de cada servicio (plantilla con la que cuente y demanda asistencial que soporta). La realidad, apuntan fuentes médicas, es que son numerosas las unidades en las que los adjuntos hacen más de tres guardias mensuales. Para los residentes, en cambio, el tope de guardias al mes fijado por Osakidetza es de 7.

En ambos casos se superan habitualmente las 40 horas trabajadas por semana, recogidas como máximo en el Estatuto de los Trabajadores. Aunque técnicamente el tiempo de guardia no computa como jornada laboral ordinaria ni como horas extra. Son lo que se llama jornada complementaria. Tampoco son voluntarias ni un derecho de los especialistas. Los médicos que trabajan en los hospitales tienen la obligación de realizarlas hasta los 55 años. A partir de esa edad los facultativos pueden solicitar una exención y, si quieren y se les autoriza, realizar a cambio una actividad sanitaria complementaria.

Esta última opción se les ofrece, entre otras razones, para que la merma salarial cuando dejen de efectuar esa jornada complementaria no sea tanta. Y es que las guardias suponen una parte importante del sueldo de los facultativos. En el caso de estos galenos veteranos constituyen el 20% de su retribución, según los estudios publicados por el Sindicato Médico. Con los adjuntos jóvenes llega al 25%. Pero es que en el caso de los residentes la mitad de su salario depende de las guardias. Ahí es nada.

En cuanto a los descansos, el mínimo fijado en el acuerdo regulador es de 12 horas, aunque la mayoría de servicios tratan de que sea de 24 horas y de 36 cuando la jornada complementaria se ha realizado un sábado.

La ministra Mónica García explicó hace unos días su propuesta. Reconoció que se trata de una iniciativa «compleja» que requiere de una «reestructuración» de los sistemas de salud para llevarla a cabo. Para empezar, los fines de semana y festivos deberían trabajar dos equipos por jornada para cubrir las 24 horas de cada día. Pero subrayó que la situación de España es cada vez menos habitual en Europa y que reducir la duración de esos horarios de día completo «disminuirá los errores médicos que se producen por el cansancio de los profesionales», tal y como recogen varios estudios científicos. Añadió además que la medida no afectaría a las retribuciones de los médicos. La propuesta de Sanidad genera diferentes opiniones en el seno del colectivo médico.

El Departamento de Salud, por su parte, ha declinado valorar la iniciativa del Ministerio de Sanidad. Tampoco ha querido facilitar dato alguno sobre cuántos de los más de 7.500 médicos de Osakidetza realizan guardias ni el importe que destina a retribuirlas.

Sí se ha pronunciado el Colegio de Médicos de Bizkaia. La entidad colegial ve con buenos ojos la iniciativa de la ministra. «Reducir las guardias de 24 horas conseguiría tanto mejorar la calidad de la atención que se da a los pacientes como disminuir la presión asistencial que soportan los facultativos», destaca Mercedes Franca, vicepresidenta del Colegio. Aboga por «caminar hacia modelos con turnos más cortos» y que las horas de guardia dejen de ser consideradas complementarias para pasar a ser horas trabajadas. La representante de los médicos vizcaínos considera además que, aunque pueda llevar un tiempo aplicarla, la medida es viable. «Suecia y Alemania son países con un ratio de médicos por habitante más bajo que el de España y han reducido el horario de las jornadas de guardia sin que se resienta la cobertura. Es una cuestión de organización», señala.

Vicente Matas, prestigioso analista de datos médicos, es más escéptico. No ve fácil que la iniciativa de la ministra pueda llevarse a cabo a corto y medio plazo. «Lo primero que haría falta es aumentar las plantillas, porque si las guardias de 24 horas pasan a ser de 17 alguien tiene que cubrir las 7 restantes. Y a día de hoy nos faltan médicos. En 10 años, cuando se supere el problema de las jubilaciones y la falta de facultativos, sí que veo más posible que se pueda llevar a cabo», apunta. A esto añade que la medida debería incluir «una mejora de la retribución por hora ordinaria a los facultativos» para que esta reducción de la jornada semanal «no implique una pérdida de poder adquisitivo».

Patxi Santaolalla es un facultativo veterano. Durante cerca de tres décadas este 'otorrino' realizó guardias en el hospital de Basurto. Al cumplir los 55 años él optó por dejar de hacerlas. Solicitó una exención a Osakidetza y Salud se la concedió. «En mi caso tomé esa decisión por tener más calidad de vida y poder dedicar tiempo a mi familia y a mis aficiones. Cuando vas cumpliendo años te das cada vez más cuenta de que el tiempo es oro», indica. Como él muchos facultativos veteranos toman esta misma decisión. «Sobre el 80% de los médicos que pasamos de los 55 ya no hacemos guardias de 24 horas», señala Santaolalla, que ejerce como vocal de Tutores y Docentes en el Colegio de Médicos de Bizkaia y es además catedrático de Otorrinolaringología en la UPV/EHU. Otros, en cambio, optar por mantenerlas, bien por cuestiones económicas o por otra serie de motivos.

«Con el tema de las guardias hay diferentes sensibilidades dentro del colectivo médico. Hay a algunos que les parece bien la propuesta del ministerio de reducir su número de horas. A otros no. La reforma que se lleve a cabo debería tener en cuenta esas diferentes posturas y no disminuir el poder adquisitivo de los profesionales», explica.

Santaolalla ve con buenos ojos la iniciativa del Ministerio de Sanidad de reducir las guardias de 24 a 17 horas. «Es una medida que tal y como está planteada va dirigida principalmente a las guardias que se hacen los fines de semana y los festivos. En mi opinión es algo que mejoraría la atención que se da a los pacientes, por el propio cansancio que pueden acumular los especialistas cuando llevan muchas horas seguidas de trabajo, y también la calidad de vida de los profesionales», valora. A lo que añade que «se podría hacer sin mucho más personal». Santaolalla es de los que piensa que la iniciativa requiere sobre todo de una labor organizativa de los servicios para poder llevarse a cabo. «Hay países en Europa en los que no permiten ya realizar guardias de 24 horas ¿Si allí es posible por qué aquí no?».

«En las guardias antes había que estar a la espera de que llegasen los pacientes. Desde hace unos años eso ha cambiado y la atención es continua. A esto hay que añadir que en los hospitales los facultativos son los únicos que trabajan 24 horas seguidas». Todo ello genera cansancio. El que habla es Jon Sanmiguel, vocal de los MIR en el Colegio de Médicos de Bizkaia (CMB). Este galeno explica que la iniciativa del ministerio propone una reducción de las horas de guardia por una cuestión «de seguridad del paciente y calidad de la atención», pero también «para mejorar la salud física y mental de los profesionales».

En este sentido afirma que muchos especialistas están sufriendo las consecuencias del «exceso de trabajo», algo que se puede llegar a reflejar en su ejercicio. «Nosotros no trabajamos con máquinas, lo hacemos con personas», recalca. Por eso es importante que no estén agotados cuando atienden a los enfermos. «Hay estudios que por ejemplo señalan que cuando un paciente es operado por la noche los riesgos son mayores. Eso es algo que, en parte, puede tener relación con el cansancio», indica.

El representante de los MIR del CMB no es partidario del peso actual que tienen las guardias ni a nivel de jornada laboral ni salarial. «Somos médicos en formación. Las guardias deberían ser un complemento para nosotros, no la mitad de nuestro tiempo de trabajo ni tampoco depender de ellas el 50% de nuestro salario», sostiene.

Sanmiguel ve positiva la iniciativa del Ministerio de Sanidad, pero añade que para que no afecte retributivamente a los profesionales «hay que plantearse que las horas ordinarias deben ganar más peso en el sueldo en detrimento de las de guardia». A esto suma que «las nuevas generaciones» de facultativos «queremos conciliar». «Demandamos poder disponer de tiempo para estar con nuestras familias o dedicarlo al ocio. Esto es algo que en el pasado no era tan tenido en cuenta por los médicos jóvenes. Ahora sí».