En defensa del hospital de Bilbao

Jefes de servicio del Hospital Universitario de Basurto

Jueves, 17 de marzo 2022, 00:02

El Hospital Universitario de Basurto vive en estos momentos una difícil situación, debido a la decisión del Departamento de Salud de llevar adelante un plan ... para reducir los recursos y la capacidad técnica del centro privando con ello a los ciudadanos de Bilbao del nivel de cuidados de que hoy disfrutan y causando un daño quizá irreparable a la institución. Los responsables de los Servicios del Hospital queremos compartir esta reflexión con los ciudadanos de la Villa para ayudarles a entender lo inapropiado y perjudicial de este plan.

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Hace 120 años, en un Bilbao pujante, nacía el Santo Hospital Civil de Bilbao gracias al empuje de políticos locales y de un grupo de familias poderosas, que aportaron terrenos y fondos para organizar un centro sanitario que buscaba emular a las instituciones punteras de Europa. Los nombres de los Pabellones, que todavía afortunadamente conservamos, son testigos de ese momento feliz y de ese logro de todos.

Hace 100 años, bajo la dirección del Dr. Areilza, se puso en marcha en el Hospital de Bilbao el primer programa español de formación de médicos especialistas, un programa exigente que atraía a grandes profesionales de todo el país, valoraba el conocimiento de lenguas extranjeras e incluía estancias en las mejores instituciones internacionales.

En 1936 nació en el Hospital de Bilbao la universidad vasca a través de la Facultad de Medicina, cercenada en seguida por la Dictadura. Algunos profesionales del Hospital que participaron en esta iniciativa pagaron con largas condenas su compromiso.

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Desde entonces cada Servicio del Hospital ha pugnado por ofrecer a los ciudadanos la mejor asistencia, comparable a las instituciones punteras nacionales o extranjeras, gracias a profesionales que han compensado la vejez de las instalaciones con su excelencia profesional y su esfuerzo. A lo largo de los años, muchos responsables de los Servicios del Hospital de Basurto hemos tenido y tenemos responsabilidades en diferentes sociedades científicas, Vasco-Navarras, nacionales e internacionales de nuestras respectivas especialidades, influyendo notablemente en el devenir de la Sanidad a todos los niveles.

Para mantener este alto nivel hemos tenido que atraer a los mejores profesionales. Año tras año, Servicios de Basurto recibimos a algunos de los médicos con las mejores puntuaciones en el MIR. De ellos, algunos se quedan en nuestro hospital o en otros dispositivos del País Vasco. Otros se trasladan a distintos lugares donde desarrollan todo el conocimiento y la experiencia que han adquirido con nosotros.

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El Hospital de Bilbao constituye hoy una comunidad de excelencia donde, como una gran orquesta, la brillantez y la profesionalidad de un grupo nos empuja a avanzar a los demás para situarnos a su altura. Todos así crecemos, animados por el deseo de emular a nuestros colegas más capaces. El resultado es una asistencia de primer nivel. A veces sentimos alguna envidia ante las instalaciones, nuevas y espaciosas, de otros centros, pero cuando eso ocurre, sencillamente miramos a nuestros compañeros, observamos su excelencia y su entrega y nos centramos en el objetivo de curar, si es posible, y acompañar, si no lo es, a ese paciente que tiene puesta su esperanza en nosotros.

Nuestra impresión es que el Departamento de Sanidad está desmantelando el Hospital de Bilbao para reducir su capacidad clínica y llevarnos a la segunda división asistencial. Ello no supone una pérdida literal para los profesionales que trabajamos en él, pues pasaríamos de un hospital a otro, sino para la villa de Bilbao y sus ciudadanos. Eso es lo que estamos defendiendo los jefes de Servicio de Basurto.

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Es bien conocido el plan de algunos directivos del Departamento de eliminar la Cirugía Cardiaca en Basurto. Voces especializadas han desmontado los argumentos aparentemente técnicos esgrimidos, así como han señalado el gravísimo perjuicio que se causa al Servicio de Cardiología, sin duda el mejor equipo vasco de la especialidad y uno de los más brillantes a nivel nacional. Muchas de las intervenciones de alta complejidad que hoy desarrollan no podrán llevarse a cabo sin la Cirugía Cardiaca.

Pero siendo grave este plan, solo refleja una parte de la realidad. Es la punta de un terrible iceberg relacionado con el desmantelamiento del Hospital de Bilbao para reducir nuestra capacidad desde el primer nivel actual, comparable a otros centros punteros vascos y nacionales y en algunas áreas por encima de ellos, a un nivel mucho menor, despojándonos de algunos de nuestros mejores equipos. No se trata pues de lograr equipos más eficientes mediante traslados puntuales de personas y medios, sino de reducir voluntaria y deliberadamente el nivel de una institución hasta convertirla en el centro comarcal que nunca ha sido, privando con ello a los ciudadanos de Bilbao de una institución excelente que representa y cuida a la villa y sus ciudadanos.

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Ya no se realizan las autopsias de adultos en el hospital, perdiéndose así capacidad para reflexionar sobre la práctica asistencial y su mejora. La biblioteca, que no olvidemos es la biblioteca médica de Bilbao y que en la práctica ha actuado como Biblioteca de la Facultad de Medicina en Basurto, ante la precariedad de ésta, casi ha desaparecido. El Sistema de Investigación que con tremenda eficiencia promovía los estudios clínicos en Basurto, ha sido eliminado y nos han obligado a integrarnos en una institución intermediaria que consume para su propia supervivencia buena parte de los fondos que el Gobierno Vasco dedica a investigación médica. La desaparición de la Cirugía Cardiaca está sobre la mesa y ello puede arrastrar como decíamos al deterioro irreparable del Servicio de Cardiología. Acabamos de recibir la noticia de que el Departamento ha decidido eliminar también el excelente laboratorio de Genética, lo que influye entre otras cosas en la atención a los muchos pacientes y familias afectados por enfermedades raras que hoy cuidamos en Basurto. Varios Servicios han recibido negativas desde Vitoria a desarrollar nuevos programas que podrían beneficiar a pacientes complejos. Y otros Servicios se hallan en esta maligna lista de espera. ¿Qué equipo será el siguiente? ¿No van a detenerse hasta convertirnos en una Casa de Socorro en el centro de la Villa?

Hace pocos días un grupo de jefes de Servicio de Basurto fuimos recibidos por el Señor Aburto, Alcalde de Bilbao. Nos atendió con gentileza y mostró un gran interés. Nuestra impresión es que le aportamos información que no poseía. Se comprometió a interesarse por el problema, como ya hizo hace dos años cuando los directivos del Departamento intentaron poner en marcha este plan de desmantelamiento, entonces sin éxito. El Alcalde planteó en la reunión una pregunta muy lógica que sin duda se estarán haciendo algunos lectores. ¿Qué interés puede tener el Departamento en desmantelar el hospital de Bilbao? La respuesta puede ser sencilla de entender. Cuando se creó el Hospital de Urduliz se privó a Cruces de muchos miles de habitantes, un volumen enorme en una Comunidad pequeña como la nuestra. Hoy Cruces atiende a 170 mil habitantes, Urduliz a 220 mil y el Hospital de Bilbao a 360 mil. La idea era acompasar el desarrollo de Urduliz con un ajuste paralelo del Hospital de Cruces que se adaptaría así a la nueva situación. Pero ese ajuste no se ha producido. El resultado es una situación complicada con un exceso relativo de recursos y un descenso relativo del volumen de trabajo. La solución que se ha encontrado parece evidente: desmontar el Hospital de Bilbao y trasladar equipos, técnicas y pacientes a Cruces, aliviando así su problema. Cruces es sin duda un hospital excelente, referente de la Comunidad Vasca en trasplantes o grandes quemados y en algunas otras técnicas o tratamientos. Parece obvio que esa importantísima institución debe adaptarse a un nuevo escenario, pero no es sensato que el Departamento desmantele para ello el Hospital de Bilbao.

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Algunos lectores pueden pensar que este es el gran problema que debe abordar la sanidad vasca. Nada más lejos de la realidad. Nos enfrentamos a un reto gigantesco que no se está atendiendo en la medida necesaria. No hay profesionales. El envejecimiento de la plantilla de Osakidetza, sin duda previsible y planificable, no se ha visto acompañado de medidas dirigidas a incrementar el número de profesionales y ya hoy nos encontramos con que a menudo no podemos cubrir los huecos, temporales o definitivos, que van surgiendo. Este es el gran problema que hoy tenemos sobre la mesa, tanto en Atención Primaria como en los Hospitales.

Creemos que la Doctora Sagarduy, consejera de Salud, se ha visto obligada a abordar un problema en cuyo desarrollo no ha intervenido en absoluto. Lógicamente ha recibido el consejo de los directivos a su lado. Pero tememos que no posee toda la información relevante sobre el tema. Esperamos que ponga una cierta pausa y serenidad a este proceso y corrija el plan puesto en marcha y sus consecuencias. Ni Bilbao ni su Hospital merecen este trato.

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La carta está firmada por los jefes de servicio del Hospital Universitario Basurto:

Francisco Javier Aguayo Gredilla (Laboratorio Bioquímica), Ana Aguirrezabal Arredondo (Farmacia), Daniel Andia Ortiz (Ginecología), Ignacio Antepara Ercoreca (Alergología), Antxon Atezetxea Celaya (Calidad, Investigación, Innovación, Comunicación y Medio Ambiente), Ignacio Arriaga Lariz (Neumología), Angel Calderón Garcia (Digestivo), Elena Cintora León (Radiodiagnóstico), Raúl De Frutos Parra (Anestesia y reanimación), José Luis Diaz De Tuesta Del Arco (Microbiologia), Jose Antonio Elexpuru Camiruaga (Neurocirugía), Gonzaga Garay Aramburu (Oftalmología), María García Barcina (Genética), Elisa Garrote Llanos (Pediatría), Ricardo Elorriaga Garcia (Traumatología), M. Carmen Etxezarraga Zuluaga (Anatomía patológica), Manuel Fernandez Rodriguez (Hospitalización a domicilio), Francisco Javier Fuertes Vélez (Medicina nuclear y radioterapia), Juan Carlos García-Monco Carra (Neurología), Maria Luz García Vivar (Reumatología), Miguel Angel Gonzalez Torres (Psiquiatría), Alfonso Gutierrez Macías (Medicina Interna), Rosa Izu Belloso (Dermatología), Alberto Loizate Totoricaguena (Cirugía general), Jose Ignacio Minguela Pesquera (Nefrología), Josefa Muñoz Sánchez (Enfermedades infecciosas), Amelia Oleaga Alday (Endocrinología), José Miguel Ormaetxe Merodio (Cardiología), Jorge Taboada Gómez (Medicina Preventiva), Silvia Taramundi Argüeso (Neurofisiología clínica), Jesus Miguel Unda Urzaiz (Urología), M. Lourdes Vadillo Jáuregui (Rehabilitación), Carlos Valdés García (Cirugía Plástica), Mercedes Varona Peinador (Urgencias), Reyes Vega Manrique (Cirugía Vascular) y Aitor Zabala López-Maturana (Otorrinolaringología)

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