Cirujanos de EEUU trasplantan por vez primera un hígado ayudados por un robot
El paciente, un hombre de 60 años con un hígado dañado por el cáncer y la hepatitis C, se recuperó mucho más rápido y ha vuelto ya a su actividad
La cirugía robótica acaba de batir las puertas de los quirófanos de trasplantes. Un equipo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington realizó el pasado mes de mayo el primer 'recambio' de hígado asistido por un robot. La intervención fue un éxito en todos los sentidos. El uso de un androide permitió al equipo médico la realización de una intervención mucho más precisa y menos invasiva, más limpia. Gracias a ello, el paciente, un hombre de 60 años con un hígado destrozado por el cáncer y la hepatitis C, se recuperó más rápido y mejor. El afectado, según cuenta la universidad estadounidense, «se encuentra bien y ha reanudado ya sus actividades diarias normales».
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La cirugía robótica comenzó con el cambio de siglo y se estrenó para el tratamiento del cáncer de próstata con el fin de reducir al máximo los principales efectos secundarios de las operaciones convencionales, que eran y son la incontinencia urinaria y el riesgo de disfunción eréctil. En Euskadi, los primeros en utilizarla fueron los especialistas de Urología Clínica, del hospital IMQ Zorrozaurre, aunque en la actualidad Osakidetza dispone en cada territorio de un equipo 'Da Vinci', que así se llama el ingenio en honor al genio renacentista italiano. Los buenos resultados obtenidos posibilitaron su expansión a otras especialidades médicas, fundamentalmente a la oncología y la ginecología.
La cirugía robótica tiene la ventaja de que con incisiones mínimas y precisas se logran mejores resultados terapéuticos. Los principales son que el dolor generado al paciente es menor y sus recuperaciones, además, más rápidas. El hombre de 60 años intervenido en el Barnes-Jewish de Misuri, el hospital docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, es testigo de ello.
Jugando al golf en un mes
Los receptores de trasplantes de hígado, una intervención delicadísima y que exige una alta cualificación profesional, precisan al menos seis semanas para caminar sin molestias. Pero el paciente estadounidense, según la información difundida ayer por los médicos que le atendieron, «no sólo caminaba con facilidad un mes después de la cirugía, sino que también había vuelto a nadar y a jugar al golf».
«Fue un éxito», aseguró el cirujano Adeel Khan, que realizó la pionera intervención. «La operación transcurrió sin problemas, el nuevo hígado comenzó a funcionar de inmediato y el paciente se recuperó sin complicaciones quirúrgicas». El grupo de expertos del Barnes-Jewish figura en la élite de la cirugía de trasplantes, pero sus equipos robóticos también están entre los mejores del mundo médico.
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La cirugía robótica requiere el control permanente de un experto sobre el autómata. No se programa la máquina y se la deja hacer, que sería algo más propio de la ciencia-ficción, al menos a día de hoy. El médico responsable de la intervención se coloca a los mandos del robot y realiza la operación de manera remota, a varios metros del paciente y utilizando controles tipo 'joystick', como los mandos de un videojuego. Y un equipo de cámaras de alta resolución le brinda imágenes en tres dimensiones del punto en el que está interviniendo, el 'sitio quirúrgico', a través de un monitor grande. La disposición de una instrumentación de alta tecnología le permite manipulaciones tan precisas y finas que sería imposible realizarlas con las técnicas tradicionales.
Con una incisión mínima
Según la información facilitada, los cirujanos practicaron al paciente varias incisiones y solo una vertical, de seis pulgadas (15 centímetros), entre los músculos abdominales para extraer el órgano enfermo y colocar el nuevo dentro del abdomen. Sólo ese corte, con la cirugía convencional es de un tamaño de 12 a 16 pulgadas. Además de una incisión más pequeña, la cirugía robótica no requiere el corte de los músculos del abdomen, lo que también facilita la recuperación.
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Un grupo de Corea del Sur intentó en 2021 hacer la primera cirugía robótica de trasplante hepático, pero lo logró sólo de manera parcial. El nuevo órgano, obtenido de un donante vivo, se implantó con asistencia de un 'Da Vinci', pero el hígado enfermo tuvo que extraerse por laparoscopia.
La operación se prolongó ocho horas
La operación robótica de trasplante de hígado se prolongó ocho horas, que suele ser, más o menos, lo que duran las convencionales. Pero el equipo que la prácticó confía en mejorar los tiempos cuando los especialistas adquieran una mayor destreza y se acostumbren a las sutilezas de la nueva cirugía. Lo esperable es que la cirugía asistida por robot se normalice en unos años, aunque tampoco será fácil.
La mayoría de los trasplantes hepáticos requieren cirugías muy complicadas para un enfoque mínimamente invasivo. «Los hígados enfermos –explican los médicos– son propensos al sangrado excesivo. Además, unir el nuevo órgano al sistema circulatorio del paciente requiere coser delicadamente vasos sanguíneos diminutos».
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