Una pareja considera excesivo el precio de la comida en un restaurante y pagan lo que quieren
Los comensales aprovecharon el despiste del camarero para modificar la cuantía en el datáfono
Rodrigo Fresco, el hostelero al frente de Nuevo Bar Pequeño de Corrubedo, en A Coruña, ha vivido una situación de lo más surrealista. Todo sucedió un sábado, el día de la semana en el que este local, especializado en pescados, recibe a un gran número de comensales. Entre ellos, una pareja que pidió una lubina salvaje.
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Hasta aquí, todo bien. La cosa se complica cuando llega el momento de pagar y la pareja no está de acuerdo con el precio -46 euros el kilo de lubina-, en su opinión, desmesurado. Todo ello pese a que, según afirma el dueño a 'La Voz de Galicia', les habían informado de lo que valía el pescado antes de que lo pidiesen.
En ese momento, Rodrigo estaba en la cocina y uno de los camareros entró para pedirle que saliera a hablar con los clientes. Mientras, dejó el datáfono en la barra y los clientes descontentos aprovecharon para modificar el precio y bajarlo once euros. Pagaron y se marcharon del restaurante.
«Pagaron lo que les dio la gana, básicamente», lamenta el dueño. «Entiendo que si vas a comer a un local, te damos el precio y no estás de acuerdo, pues no se pide. Ahora, que pidas un precio de un producto, que es salvaje, que sabes que en la plaza está ahora mismo entre 26 y 28 euros el kilo... ya sabes que va a ser más caro que eso. No pretendas comerlo a precio de coste», añade. Por último, el hostelero subraya que, aunque once euros no suponen gran cosa, «es una falta de respeto hacia los trabajadores y la hostelería en general».
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