Euskadi decide hoy si impone el uso de la mascarilla en las aulas desde los 6 años

Este protocolo contó con el apoyo unánime de todas las comunidades salvo Euskadi, que se abstuvo al considerar que el acuerdo socavaba sus competencias exclusivas en educación. El Gobierno vasco presentará hoy al mediodía su propia propuesta de cara al arranque del curso, pero el ministro de Sanidad, Salvador Illa -presente también en la reunión de ayer- dejó claro que el «compromiso» de todas las autonomías, incluida el País Vasco, es «seguir las medidas» acordadas, aunque alguna podrá «completarlas o adaptarlas» a su realidad.

En línea con lo expresado esta semana por el lehendakari, quien aseguró que Euskadi está «atenta a la realidad» de otros países y comunidades autónomas para diseñar la vuelta a clase, es de prever que el Gobierno vasco mantenga las líneas generales de lo pactado ayer. De hecho, el documento consensuado establece una hoja de ruta que acota hasta el extremo las posibilidades de que un colegio cierre completamente si aparece un caso de coronavirus. Una apuesta que Urkullu comparte por completo.

Así, cuando surja un positivo en un grupo estable (llamados también burbuja, es decir, que no tiene contacto con el resto y que serán casi todos hasta 2º de Primaria), el grupo entero hará cuarentena; si el alumno se halla en un grupo 'normal', sólo sus contactos estrechos se irán a casa. Y si el brote (más de tres casos) se produce en varias clases, será la autoridad educativa o sanitaria de la región la que decida. La clausura completa de la escuela sólo se producirá en «situaciones excepcionales», cuando la transmisión del virus sea «no controlada» y «generalizada» y el cierre del centro será temporal, por un plazo de 14 días, explicó el ministro de Sanidad. En cualquier caso, Illa, apuntó que la situación «no será de blanco o negro», sino que se afrontará «caso por caso».

Dentro de las aulas, los alumnos deberán guardar una distancia interpersonal de metro y medio; la higiene de manos se realizará cinco veces al día; y la ventilación será frecuente, al principio del día, al final, en los recreos e incluso, si fuera posible, las clases se darán con las ventanas abiertas. La ratio de alumnos por aula se reducirá «por la vía de los hechos», destacó Celaá, ya que las comunidades se han comprometido a contratar a miles de profesores, y los comedores estarán abiertos.

Además, a todos los escolares se les tomará antes del inicio de la jornada la temperatura, y aquí puede ser primordial el papel de los padres. A algunos niños se les medirá al llegar al colegio, pero a otros serán los propios padres los que tendrán que ponerles el termómetro antes de salir de casa. Cada comunidad autónoma decidirá si la temperatura se toma en casa o en el colegio.

En cambio, el Gobierno no es partidario de que se realicen PCR masivas antes de que comiencen las clases, como prevén algunas comunidades. En Euskadi, la consejera de Salud, Nekane Murga, ya se ha mostrado contraria a estos cribados masivos. «Pueden hacerlo si lo estiman oportuno, pero no le vemos mucho sentido. Es mejor que se hagan pruebas si surgen casos», subrayó Illa.

Del encuentro no salió una decisión absoluta sobre qué hacer con los progenitores que decidan no llevar a sus hijos al colegio por temor al contagio. Celaá dijo que su departamento ha encargado un informe jurídico que trasladará a las comunidades en una próxima reunión. Pero la ministra recordó que «la educación es un derecho fundamental y es obligatoria de los 6 a los 16 años».