Cerca de 3.000 escolares de entornos desfavorecidos recibirán apoyo educativo para evitar la brecha digital

El cierre de colegios y la enseñanza a distancia está dejando atrás a escolares de entornos desfavorecidos. No solo por la carencia de recursos tecnológicos para seguir las clases, sino también por la falta de formación de las familias para manejar los dispositivos y ayudar a sus hijos en casa. Un programa del Gobierno vasco y la cooperativa de iniciativa social Agintzari quiere trabajar en esos dos frentes. Va a ofrecer refuerzo educativo y medios para el aprendizaje online a cerca de 3.000 alumnos en situación de desventaja social y sus padres con el fin de hacer frente a las consecuencias de la crisis sanitaria. «Se trata de un sólido plan contra la brecha digital porque tenemos un compromiso con la infancia más vulnerable», detalló el lehendakari, Iñigo Urkullu, que asistió a la presentación del proyecto junto con la consejera de Educación, Cristina Uriarte, y la de Empleo y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal.

El Ejecutivo vasco ultima el programa, que será aprobado en el próximo Consejo de Gobierno y estará dotado con un presupuesto cercano al millón de euros. En una primera fase, la iniciativa 'Aukerak Suspertzen-Recuperando Oportunidades' «determinará el número de menores con necesidades de apoyo para evitar el fracaso escolar», según explicó el director general de Agintzari, Mikel Gorostizaga. Las entidades que colaboran en el proyecto van a «coordinar» servicios sociales de apoyo a la infancia desfavorecida que ya funcionan en numerosos ayuntamientos «para no solaparnos» y sacar un mayor rendimiento a los recursos.

La decena de entidades sociales de Euskadi que van a participar en este plan de refuerzo educativo fuera del aula ya atienden a 1.500 escolares que se pueden quedar descolgados este curso por el confinamiento y calculan que llegarán a los 3.000. «El objetivo es no dejar a nadie atrás», dijo Urkullu durante su visita a la sede de Agintzari en Deusto. El programa continuará durante el verano y se extenderá hasta diciembre, según las previsiones de estos colectivos de apoyo a sectores en situación de riesgo de exclusión.

«En el sistema educativo, a pesar de los esfuerzos que se hacen desde la Administración, ya existe una brecha entre alumnos por su entorno social, pero con las consecuencias de la pandemia se va a acrecentar», advirtieron los miembros de Agintzari, que harán llegar a las familias los recursos tecnológicos que distribuye Educación a escolares sin recursos –ordenadores, tablets tarjetas SIM...–, y les enseñarán a utilizarlos en los aprendizajes de sus hijos. Los técnicos de estos equipos de apoyo informarán a los progenitores y a los alumnos de las plataformas educativas del Gobierno vasco para la enseñanza a distancia.

Estas agrupaciones trabajan desde hace tiempo en el ámbito de la exclusión social, por lo que tienen identificados muchos de estos hogares con dificultades. «Hay familias 'monoparentales', víctimas de violencia de género, inmigrantes...», detalló la presidenta de Agintzari, Rosa Lizarraga. Han comprobado que la crisis sanitaria, «con la incertidumbre por el futuro laboral y la salud», ha multiplicado los problemas en esos hogares.