Cirugía Cardiaca de Basurto sube en el ranking pendiente de si Salud la cierra

Para calcular la mortalidad estimada las unidades de cirugía cardiaca utilizan una herramienta llamada Euroscore II. Se trata de un sistema en el que introducen previamente las características de cada paciente y el tipo de intervención que le van a realizar. Este modelo predictivo estableció para el pasado año para toda Europa que la mortalidad prevista para estos enfermos era del 5,3%. Los profesionales de Basurto consiguieron disminuir en su hospital casi en tres cuartas partes los fallecimientos estimados por el Euroscore II.

La Sociedad Española de Cirugía Cardiovascular y Endovascular (SECCE), que recibe los resultados de todos los centros nacionales, ha comunicado a los especialistas bilbaínos que se han colocado entre los cuatro hospitales del país con mejores resultados en lo que a operaciones del corazón se refiere. Lo que no les ha trasladado la entidad científica es en qué puesto exacto están. Cada centro puede saber los datos que ha obtenido, pero no se hace pública una clasificación anual en la que se ordenen los hospitales en función de la mortalidad de sus pacientes.

Estos resultados llegan después de unos años convulsos para Basurto, primero por la pandemia y después por el proyecto de Osakidetza de eliminar su servicio de Cirugía Cardiaca y trasladar a sus profesionales a Cruces, para integrarlos con el equipo allí existente de operaciones de corazón. Aquella decisión generó una gran polémica. La plantilla del hospital, con los jefes de servicio a la cabeza, la rechazó frontalmente. Se sucedieron las movilizaciones durante meses. Incluso una manifestación formada por más de 2.000 personas recorrió Bilbao.

Ante la voluntad del departamento de seguir adelante con la fusión, 34 cardiólogos de Basurto presentaron una demanda contra esa decisión. Sostenían que el cierre del servicio y la marcha de los cirujanos sería «perjudicial» para el hospital y supondría un «riesgo» para la población de la ciudad que sufriese un infarto. Argumentaron que la mortalidad por ataque del corazón era mayor en aquellos centros que no contaban con un equipo de Cirugía Cardiaca. Un juzgado admitió a trámite la demanda y paralizó de forma cautelar el traslado. Lo hizo el 7 de noviembre de 2022, solo diez días antes de que se hiciese efectiva la fusión. El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco rechazó meses después el recurso de Osakidetza y avaló aquella suspensión temporal. La Justicia debe todavía pronunciarse en un juicio ordinario sobre el fondo de la cuestión y decidir si da validez al proyecto de fusión o lo tumba. Aún no hay fecha para el inicio de ese pleito.

En 2023 todos los profesionales implicados en las intervenciones del corazón en Basurto pudieron trabajar de nuevo con normalidad. Operaron más que nunca. 330 intervenciones frente a las 275 del año anterior. Se trata de la cifra más alta hasta la fecha, superando las 326 operaciones que realizaron en 2017. Unos datos que podrían aumentar en los próximos años si finalmente Salud decide aparcar el cierre del servicio en Basurto y, de forma paralela, Osakidetza comienza a operar del corazón también a la población de Burgos, tal y como se está negociando en el nuevo convenio sanitario entre Euskadi y Castilla y León.

Pero en 2023, además de más operaciones que nunca, las intervenciones del corazón en Basurto se llevaron a cabo con unos altos niveles de calidad. Los resultados actuales, defienden desde el servicio de Cirugía Cardiaca, son fruto de la «autocrítica, la perseverancia y la exigencia» durante años de este equipo integrado por cinco cirujanos, así como de la gran coordinación existente con otros especialistas que participan y dan soporte a estas operaciones, como son anestesistas, intensivistas, cardiólogos y personal de enfermería. Sin ellos, reiteran, y el trabajo conjunto «en equipo» los resultados de supervivencia actuales de los pacientes no serían posibles.