La portavoz del PNV en el Congreso, Maribel Vaquero, este miércoles en su intervención. Efe

El PNV se convierte en el socio más crítico y ve «en la UCI» su confianza en Sánchez

Los jeltzales se desmarcan del resto de socios y verbalizan por primera vez la opción de que el presidente dimita

Miércoles, 9 de julio 2025

Si el pleno de ayer era un 'match ball', una bola de partido en la que se jugaba la legislatura, Pedro Sánchez consiguió salvarla y ... permanecer en la pista porque, al menos por el momento, sus socios aprietan pero no ahogan. Ahora bien, haber superado este examen parcial del 'caso Cerdán', un escándalo de corrupción que implica a dos de sus más estrechos excolaboradores, no le saca de su fragilidad parlamentaria ni le sirve como un respaldo definitivo, ya que sus aliados le ponen múltiples deberes sin comprometerse a cambio a mantenerle en La Moncloa vía cuestión de confianza o vía aprobación de unos Presupuestos.

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Ninguna de las fuerzas que conforman el llamado bloque de investidura retiró formalmente su apoyo al Gobierno –tampoco se esperaba lo contrario– tras oír cómo Sánchez admitía haberse «equivocado» con Santos Cerdán pero se negaba a «tirar la toalla» y lanzaba un paquete de 15 medidas contra la corrupción para tratar de reflotar la legislatura. Eso sí, entre ese coro de voces tan heterogéneas y medianamente sincronizadas destacó el solo que entonó el PNV, el único que se salió de la partitura común al pasar a advertir al mandatario socialista de que su confianza va «camino de la UCI».

A diferencia del resto de socios parlamentarios, que de una u otra forma aportaron a Sánchez un balón de oxígeno, los jeltzales quisieron exhibir perfil propio y hacer ver que la intervención del presidente fue poco menos que un cierre en falso y, además, tardío. Maribel Vaquero protagonizó una de las intervenciones más duras de la jornada al acusarle de soslayar su «responsabilidad 'in eligendo' e 'in vigilando'» con Cerdán y con su predecesor como secretario de Organización del PSOE, el exministro José Luis Ábalos: «Ha perdido la oportunidad de disipar dudas y de encapsular la crisis».

La portavoz nacionalista le afeó que no respondiera a cuestiones clave como los motivos que le llevaron a destituir a Ábalos o en qué momento conoció las irregularidades de Cerdán. Y le avisó de que si no logra «perimetrar las actividades delictivas» para garantizar que no han afectado directamente al Gobierno o al PSOE y «armar una mayoría en torno a una propuesta», sólo le quedarán tres alternativas: una cuestión de confianza, opción «arriesgada» si no hace lo anterior; dimitir y dejar paso a otro candidato; o directamente convocar elecciones. Es la primera vez que el PNV verbaliza 'motu proprio' pasos tan extremos.

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«¿Así le vamos a apoyar?»

Sánchez, en su réplica a Vaquero, admitió que la opción de renunciar se le pasó por la cabeza tras conocerse la existencia de la presunta trama corrupta, pero que decidió continuar y «asumir responsabilidades con medidas contundentes». Algunas de ellas las presentó ayer en el Congreso dentro de un plan estatal contra la corrupción, una iniciativa que el PNV se compromete a «estudiar detenidamente» pero de la que recela: «Esto no va sólo de más leyes y controles. La legislación no puede servir para sembrar la duda sobre todos los demás como tinta de chipirón y para tapar sus vergüenzas», le recriminó la portavoz jeltzale, instándole a reparar unas «goteras» que corresponden a «su tejado», no a «todo el vecindario».

La distancia que la formación nacionalista puso con Sánchez, y que será irrecuperable en caso de que la trama de corrupción siga escalando, no significa, sin embargo, que Sabin Etxea haya emprendido un acercamiento al PP. Todo lo contrario. Si la semana pasada, antes del congreso de los populares, ya se registró un duro enfrentamiento tras vincular Javier de Andrés a los jeltzales con la red de Cerdán, ayer las alusiones que Alberto Núñez Feijóo incorporó a su discurso no hicieron más que recrudecer una guerra cuyo inicio se remonta a la moción de censura de 2018 contra Mariano Rajoy.

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«¿Han revisado los motivos por los que apoyaron la moción de censura? No sé si viven subyugados o subvencionados, pero lo que sí se sabe es quién les ha visto y quién les ve», lanzó. El jefe de la oposición, además, advirtió de que la sintonía entre el PSOE y EH Bildu se acabará saldando en un pacto entre ambos en las instituciones vascas, algo que, en su opinión, dejará al PNV «sin Gobierno, sin principios y sin votantes». «Allá ustedes», les dijo a los integrantes de la bancada jeltzale.

Vaquero, que aún contaba con un segundo turno, renunció a seguir interpelando a Sánchez y utilizó toda esa intervención para contestar al líder del PP: «¿Piensa que el PP va a gobernar desacreditando al adversario y tratando de confundir a la opinión pública con bulos y mentiras? ¿Qué sabe hacer además de demonizar al adversario y de asimilar discursos sectarios de la extrema derecha? ¿Cree que así el PNV puede darle su apoyo?». Además, le echó en cara que sacara a relucir los negocios del suegro de Sánchez: «Ha demostrado una educación política impropia de quien aspira a presidir el Gobierno. Hacer referencias a familiares es una línea roja que en política nunca se puede traspasar».

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