Xabier Aierdi. pankra nieto

Necesitamos confiar en nuestros gobernantes

Viernes, 18 de diciembre 2020, 00:32

Termina el año y la mayoría seguimos leyendo el libro que teníamos entre nuestras manos en enero de 2020 antes de que saltara todo por ... los aires. Para muchos, el cambio ha consistido en incoporar la palabra Covid a sus análisis antiguos como si fueran títulos de la colección de Teo. En vez de 'Teo en el zoo', 'Teo en la escuela', 'Teo en el parque de atracciones', 'Teo en la guardería', 'Teo en la granja' lo que tenemos son reflexiones sobre democracia y pandemia, desigualdad de género y pandemia, cambio climático y pandemia, educación y pandemia y así. Los que participamos en el debate público, la oposición, medios, analistas, intelectuales, hemos conseguido adaptarnos sin alterar mucho nuestros intereses y preocupaciones previas, lo que ha provocado que no haya cristalizado una nueva forma de observar el interés común y seguimos criticando a los gobernantes con las mismas gafas de cerca que utilizábamos antes de la Covid.

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En las últimas semanas he reflexionado sobre el papel que reserva la teoría de la democracia a la oposición y a los medios de comunicación como instrumentos necesarios para ayudar a los ciudadanos a protegerles del abuso del poder al que tienden todos los gobernantes. La realidad que nos ha traído la pandemia no encaja bien en la teoría. Los gobernantes necesitan tener más poderes sin control para ser más efectivos contra la pandemia y la oposición y los medios de comunicación críticos dañan su credibilidad. Esto es lo que está ocurriendo. La covid no es un plan malvado para secuestrar la democracia en todo el mundo, ningún gobernante está disfrutando con la gestión de la pandemia.

Y lo que más me ha ayudado ha sido una entrevista al sociólogo Xabier Aierdi en la que confesaba que los gobernantes en tiempo de pandemia le estaban inspirando compasión. Cualquier otro año, con la mirada pre pandémica, me habría unido el primero a la manifestación de los que piden unas medidas radicalmente diferentes a las que ha adoptado el Gobierno vasco para salvar la Navidad. Pero creo que contribuiría a empeorar uno de los problemas más graves que vamos a tener a la hora de ejecutar el plan de vacunación que es la falta de confianza en que los gobernantes están tomando las mejores medidas pensando en nuestros intereses.

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