El incierto desembarco del 'yolandismo' en Euskadi

Hablará, pero sobre todo dice que quiere escuchar. ¿Qué oirá en Euskadi? ¿Qué siglas vascas pueden formar parte de ese proyecto apartidista, que pretende situarse por encima de siglas? EL CORREO ha sondeado a media docena de representantes de los partidos situados en esa izquierda vasca a la izquierda del PSOE, susceptibles de unirse al proyecto de la vicepresidenta. Todos coinciden en señalar que es la candidata idónea, pero también en advertir de que su desembarco no va a ser nada sencillo.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que el punto de partida para el proyecto de Yolanda Díaz es diferente en Euskadi al resto de España. Aquí, la competencia es feroz. EH Bildu, con un discurso cada vez menos identitario y más centrado en cuestiones como la transición ecológica o la justicia social, ejerce un dominio mayoritario en la izquierda vasca y cada vez pesca más votos fuera del caladero abertzale. Por su parte, el PSE-EE sigue al alza tras tocar suelo en el 'sorpasso' de Podemos en las elecciones autonómicas de 2016.

Los morados, en cambio, siguen a la baja. Aseguran que su talón de Aquiles es la abstención, que sus votantes no se han refugiado en Bildu. Sin embargo, el cortejo que Pablo Iglesias ha hecho a los de Arnaldo Otegi estos dos últimos años ha dañado mucho a la marca. No hay que olvidar que elevó a Bildu a la «dirección de Estado». Por contra, la relación entre Iglesias y el PNV siempre ha sido bastante mala. ¿Y qué hizo Yolanda Díaz nada más acceder a la vicepresidencia? Desplazarse a Euskadi y visitar Sabin Etxea, un gesto de enorme carga simbólica. Ni Otegi ni visitar Barcelona para rendir pleitesía a Esquerra.

En lo referido a Euskadi, ¿cuáles son los posibles actores para la función 'yolandista'? Podemos y Ezker Anitza están coaligados, con un fuerte dominio de los morados. La alianza está extendida desde el Parlamento vasco a Juntas Generales y grupos municipales. En ciertas localidades (algunas importantes, como Vitoria), además, aún están presentes miembros de Berdeak Equo. Los ecologistas fueron expulsados de la coalición de cara a las elecciones autonómicas de 2020 después de que el partido a nivel nacional -la federación vasca se descolgó- optara por sumar fuerzas con Iñigo Errejón. La formación 'errejonista', Más País, que apenas tiene estructura en Euskadi, es otro elemento a tener en cuenta.

«El hueco en la política vasca es demasiado pequeño para que tantos compitamos por él. Va a ser muy difícil quedarse fuera de lo que está construyendo Yolanda», diagnostican fuentes de la entente Elkarrekin Podemos-IU, la pata más interesada de todas en montar este banco para relanzar sus menguantes resultados electorales. Eso sí, en la formación liderada por Pilar Garrido anteponen que ese «frente amplio» debería tener, al menos en Euskadi, un claro color dominante: el morado. «Habrá que hacer un equilibrio de fuerzas consecuente con la realidad», subrayan.

En cuanto a Más País, el proceso de escucha de la vicepresidenta puede llegar en el momento justo. Bajo las renombradas siglas de Más Euskadi-Euskadi Eraiki, el proyecto, que lidera Cira Carbajo, ha aprobado recientemente un documento político para dotarse de unas bases que marquen el camino a seguir en el corto y medio plazo. Es decir, se trata de una 'pista de aterrizaje' en el ecosistema político vasco, donde, a día de hoy, carecen de implantación.

El texto apuesta por la «transversalidad» y superar la dinámica de bloques. Fuentes conocedoras del proceso explican que el objetivo es «darse a conocer» porque «el proyecto no está maduro». Pero sí se ve una ventana de oportunidad en Díaz para «ser influyentes en la política vasca».

El aliado natural de la formación 'errejonista', y que también ha mostrado su interés en participar del proyecto de Díaz, es Berdeak Equo. A nivel nacional, la vicepresidenta se reunió hace pocas semanas con Errejón. El proyecto se va tejiendo poco a poco.

No obstante, en el espacio que en Euskadi lidera Joserra Becerra son cautos. Aún les duele la manera en que fueron expulsados de la alianza de izquierdas vasca en 2020. «Es un poco contradictorio que ahora se quiera reunir lo que ya estaba unido», sostienen.

«Hay mucho que coser», vienen a concluir las distintas fuentes consultadas, que ven en el carisma de la vicepresidenta y su capacidad para tejer acuerdos entre diferentes la mejor baza para construir un proyecto «ilusionante». De todas formas, el fiasco de la entente de izquierdas antes siquiera de empezar la campaña andaluza, y del que Díaz se ha desmarcado -«alejan a la gente de la política», dijo- debería servir como un primer toque de atención.