El Gobierno destinará 550 millones hasta 2024 para la euskaldunización

Este plan define las líneas de trabajo y fija cuatro objetivos estratégicos. El primero, aumentar el conocimiento del euskera de la ciudadanía; segundo, incrementar también su uso; tercero, avanzar en la garantía de los derechos lingüísticos de la ciudadanía; y por último, reforzar la colaboración interinstitucional en todos los territorios.

Entre otras medidas, se apuesta por intensificar los programas y ayudas para aumentar el conocimiento. Se plantea, por ejemplo, avanzar hacia la gratuidad hasta el nivel B2, implicando a todas las administraciones públicas, así como acceder a la gratuidad hasta el nivel C1 para personas de 16 a 30 años.

En su intervención, Urkullu aseguró que «el futuro saludable y sostenible del euskera obliga necesariamente a planificar un esfuerzo que cuide y refuerce los lazos solidarios entre la ciudadanía». Esta planificación, subrayó, debe estar «diseñada a medida de las personas que busquen la implicación de grupos diversos».

La intervención del lehendakari en el Consejo Asesor del Euskera se produjo por la tarde, horas después de que en el Parlamento comenzasen las comparecencias de los diferentes expertos que irán moldeando la futura ley vasca de educación. Desde el principio se preveía que la segregación y los modelos lingüísticos serían los dos grandes temas de la ponencia y la jornada de ayer no sólo lo confirmó, sino que puso de relieve la estrecha relación entre ambos. Los investigadores Álvaro Ferrer y Lucas Gortazar, por ejemplo, advirtieron de que el sistema actual, con los itinerarios diferenciados A, B y D, genera una «guetización» junto a otros factores sociales, demográficos y económicos.

El de los modelos lingüísticos es un debate recurrente en la comunidad educativa, pero las alarmas han saltado con los últimos informes del Gobierno vasco. El D, íntegramente en euskera, ha demostrado no ser capaz de garantizar el nivel suficiente entre los jóvenes y los partidos coinciden en que se debe reformular el sistema para asegurar que logren la competencia necesaria en ambas lenguas oficiales.

«Hay que tener en cuenta que la capacidad para hablar una lengua no sólo depende del centro educativo, sino también del entorno social y familiar», subrayó Juan Ignacio Pérez, catedrático y exrector de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Una tesis en la que incidió Mari Tere Ojanguren, vicepresidenta del Consejo Escolar y exdirectora de la ikastola Lauaxeta, quien avisó de que el ecosistema «no es el mismo en Ondarroa, en la Margen Izquierda o en Vitoria» por la distinta penetración del euskera.