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Las mujeres marcan el rumbo en San Sebastián: Teatro Victoria Eugenia, Hotel María Cristina...

Las mujeres marcan el rumbo en San Sebastián: Teatro Victoria Eugenia, Hotel María Cristina...

Donostia siempre es un buen destino, sobre todo si conoces la ciudad desde otra perspectiva. En el Día de la Madre, acudimos a conocer a otras féminas esenciales

Jueves, 1 de mayo 2025

A nadie se le escapa la fecha, el domingo celebramos el Día de la Madre. Muchas personas caminarán hacia el hogar materno con un ramo de flores en la mano, otras tendrán pensado un beso o un abrazo como mucho, y algunas se habrán devanado los sesos para comprar un regalo. Confiamos que los relacionados con la casa estén ya superados, a no ser que la progenitora los haya pedido, aquellos delantales, planchas y tostadoras que más de una habría estampado en la cara de sus hijos y no acabaron allí por un ejército de paciencia, otro más, de las sufridas receptoras.

Hemos decidido acordarnos de ellas con una ruta por Donostia sobre mujeres capaces de hacer otras gestas, además de la de traer descendencia al mundo, porque una madre es una mujer, por si a alguien se le ha olvidado, y además de criar niños, muchas se han dedicado a otros menesteres. Han sido creadoras no solo de vida humana, sino de cultura, justicia social y riqueza en el amplio sentido de la palabra. El recorrido es perfecto para pasear con ama, pasar tiempo juntos sin necesidad de envoltorios ni lazos, y aumentar los recuerdos compartidos. El mapa de la ruta, que se alarga sobre 5 kilómetros, está disponible en la página web www.sansebastianturismoa.eus/es. Abarca nueve paradas, unas dos horas de pasos.

Tabakalera

Alegres cigarreras

Lobo Altuna

Madres y futuras madres hubo muchas en esta antigua factoría transformada ahora en centro de cultura y arte. Entraban cada jornada para sacar adelante a sus familias. La fábrica de tabaco de Egia llegó a contar con 1.000 trabajadores, la mayoría de ellos mujeres. Cigarreras, labor privilegiada, pues los salarios eran mayores que en otros puestos de trabajo. Al salir, cruzaban la puerta principal cogidas del brazo y no eran pocos los hombres que aguardaban allí como el público espera el espectáculo.

La Fábrica de Tabacos nació en 1878, al principio en la calle Garibay, desde 1913 aquí... la primera ubicación se había quedado pequeña. Junto a la estación de tren para facilitar el transporte de material y personas. El sueño de independencia al que algunas de estas féminas pudieron apuntarse gracias a sus sueldos acabó en el año 2003, pero la reconversión de aquellos espacios en centro internacional de cultura contemporánea, abierto al público desde 2015, mantendrá su memoria para siempre.

Hotel María Cristina

Reinas de Hollywood y España

Bette Davis a la entrada del Hotel María Cristina durante el Festival de Cine de San Sebastián del año 1989. Michelena

Hemos visto tantas imágenes de actrices saliendo por las puertas del edificio que el Hotel María Cristina ya no es desconocido para nadie. En él apareció en público por última vez Bette Davis para recoger el Premio Donostia en 1989, y aunque no se puede considerar a esta actriz madre del séptimo arte, no cabe duda de que parió algunas de las películas más memorables de la historia cinematográfica. Moriría dos semanas después en París.

El hotel luce nombre de una progenitora, de rey además, la reina María Cristina, que lo inauguró en 1912. Veraneante en San Sebastián desde 1893, atrajo con ella a la aristocracia y convirtió la capital guipuzcoana en epicentro social. La archiduquesa formaba parte de la familia imperial austrohúngara. Casada con Alfonso XII en 1879, le dio dos hijas. Embarazada de tres meses del varón, el esposo falleció de tuberculosis. Por eso ella se convirtió en regente, hasta que el pequeño, que no conoció a su padre, cumplió la mayoría de edad en 1902, reinando con el nombre de Alfonso XIII.

Parque Cristina Enea

La duquesa y la ecologista

Visita teatralizada de la Duquesa de Mandas al palacio y parque de Cristina Enea. Jose Usoz

Nuestra siguiente protagonista heredó el ducado de Mandas y Villanueva. En 1859 puso nombre al duque, Fermín Lasala y Collado, al casarse. Cristina Brunetti y Gayoso de los Cobos construyó su palacio en el barrio de Egia. Sus jardines abarcan casi 95.000 metros cuadrados, verdes y frondosos, pues desde 1883 plantaron allí árboles de diversa procedencia, joyas como el cedro libanés aún en pie, robles pedunculados y secuoyas que dan sombra en días calurosos. No fue madre de un bebé, murió sin descendencia, pero sí de este espacio que el matrimonio legó a la ciudad.

Caminar entre la vegetación depara sorpresas naturales, pavos reales, cisnes, patos. El antiguo palacio ducal se convirtió en sede del Centro de Recursos Ambientales de la Fundación Cristina Enea. En la parte alta de la finca, una explanada circular homenajea a una joven ecologista de Egia, Gladys Del Estal, que solía organizar allí actividades. Murió de un disparo en Tudela, con solo 23 años; el día 3 de junio de 1979 había acudido allí para asistir a unas jornadas de acción pacífica contra la energía nuclear. En su honor, durante la época estival el parque acoge el festival de música Glad Is The Day.

Palacio de Congresos Kursaal

Sufragio femenino

Farola de estilo modernista del puente de la Zurriola ante la fachada del Kursaal. Alberto Girón

Estuvo allí el 5 de abril de 1931, delante de 6.000 personas. Durante el mitin del Partido Republicano Radical Socialista. Para reivindicar el derecho al voto de las mujeres. Una de las madres del sufragio femenino en España, Clara Campoamor, luchó por él sobre el escenario de este espacio. Dedicada a la política desde joven, convencida feminista además, peleó para que la Constitución de 1931 reconociera ese derecho en una época en la que las féminas no solo no tenían voto, sino que muchas veces no lograban hacer escuchar su voz.

Pero ella alzó la propia, bien alto además, a pesar de que la posterior guerra civil supuso el exilio de su país natal al que ya nunca regresaría. Viva al menos, porque fascinada por San Sebastián, donde se encontraba cuando proclamaron la Segunda República, pidió ser enterrada en la ciudad. Por eso su tumba descansa en el Cementerio de Polloe, en el panteón de la familia Monso Riu, de la que era madrina. Y por eso también una escultura en su honor se levanta en el paseo de la Concha.

Desde el Kursaal hay una hermosa vista del Urumea, entorno relacionado con la labor de otras mujeres más humildes, las lavanderas. Residían cerca de este río, y se ganaban los cuartos frotando y frotando dentro de sus aguas la suciedad de la ropa perteneciente a las familias más acomodadas. Incluidas las sábanas del Hotel María Cristina, donde descansaron muchos pudientes. Mientras ellas doblaban la espalda y se deslomaban para tratar de conseguir un futuro mejor a sus vástagos.

Teatro Victoria Eugenia

Mujeres al frente

Actuación de Ainhoa Arteta en la reinaguración del Teatro Victoria Eugenia en marzo de 2007. Lusa

El nombre se lo pusieron a este teatro en honor a Victoria Eugenia de Battenberg, reina consorte de España, tras su matrimonio con el rey Alfonso XIII, aquel niño huérfano de padre, con madre regente del que hablamos hace unas líneas. El edificio funcionó como parapeto durante la guerra civil, los milicianos republicanos se atrincheraron dentro mientras los franquistas lo hacían en el vecino Hotel María Cristina. Los disparos se repartieron durante dos días de un edificio a otro, de ahí los agujeros de bala visibles en las fachadas de ambos inmuebles. La anarquista Kasilda Hernáez se mantuvo en primera línea de la lucha contra los sublevados, permaneció en la céntrica calle Larramendi defendiendo la República. Mujer libre nacida de madre soltera, su participación en la huelga revolucionaria de octubre de 1934 acabó con una condena a nueve años de cárcel que quedaría en dos gracias a la amnistía a comienzos de 1936. Ya fuera, optó por implicarse en la defensa de San Sebastián, la batalla de Irún, la columna Hilario-Zamora en Aragón y el frente del Ebro.

Años después, en ese teatro triunfaron artistas como la bailarina vasca Lucía Lacarra, que actuó allí por primera vez con 18 años, con la compañía de Víctor Ullate. Nacida en Zumaia, salió del municipio con solo 13 años, para estudiar en San Sebastián y en otros lugares del mundo. Otra vasca, la soprano Ainhoa Arteta, se llevó el aplauso tras una actuación dentro de la Quincena Musical, y sonidos de palmas escucharía también Montserrat Caballé, madre de Montserrat Martí.

Pero no solo estrellas de la música han pasado por el recinto, también del cine, como Sophia Loren, Audrey Hepburn, Catherine Deneuve, Carrie Fisher, Susan Sarandon, Elizabeth Taylor... La importancia de las mujeres es innegable, por eso alrededor del 8 de marzo acoge el festival Gure Ahotsa, que reconoce la labor de féminas dedicadas a la música.

Iglesia de San Vicente

El idioma del mar

Etxezarreta

De Zumaia era también la andereño Elbira Zipitria, aunque de niña se mudó a la parte vieja de San Sebastián. Impartió sus primeras clases de euskera en el barrio en 1926, en la calle Juan de Bilbao, cerca de esta iglesia, transformándose así en madre de la lengua, como todas las que ayudaron a su subsistencia. La dictadura acarreó la prohibición del euskera y el exilio para esta maestra que regresaría años después a continuar su labor. De manera clandestina, en escuelas que sembraron el movimiento de las ikastolas. Muy creyente, su barrio contaba con las iglesias de San Vicente y Santa María. La primera, gótica, la más antigua de la ciudad (XV-XVI), destruida por un terremoto en 1688, reconstruida como está ahora.

Otra devastación, el saqueo e incendio de 1813, sacudió a la ciudad. Si la visitante sigue por la calle 31 de agosto, en la plaza Valle Lersundi encontrará una escultura homenaje a quienes trabajaron para recuperar la ciudad. Una mujer vuelve a levantarla piedra a piedra, ayudada por un cesto lleno de ladrillos. Porque ellas formaron parte de la reconstrucción, y vendieron productos caseríos traídos al mercado de la Brecha con el cesto sobre la cabeza. Y descargaron pescado en el puerto, lo salaron y vendieron, cosieron redes… con los niños amarrados a sus faldas.

Ayuntamiento

Espías y corsarios

Borja Luna

Toca historia de espías, la de la bailarina Margaretha Geertruida Zelle, Mata Hari. La actual casa consistorial fue a finales del XIX casino. A partir de la Primera Guerra Mundial, muchos millonarios europeos, aristócratas y políticos llegaron a San Sebastián, y tras ellos el espionaje. Mata Hari partió desde la capital guipuzcoana en 1917, fue detenida en un hotel parisino. Acusada de favorecer a Alemania, acabaron fusilándola.

Si la turista se acerca al Teatro Principal de la Parte Vieja, el más antiguo, recordará a Katalina Eleizegi. En 1916, su primer trabajo, 'Garbiñe', convirtió a personajes femeninos en protagonistas. Narró la historia y tradiciones vascas, especialmente las de mujeres, por eso se la considera madre y precursora del teatro moderno en euskera. Estamos cerca del mar y el puerto, donde la posada de Juana Larando se convirtió, en el siglo XVII, en refugio de corsarios. Ella fiaba alojamiento hasta que lo devolvían tras el hallazgo de tesoros. Entre 1662 y 1697, 150 armadores obtuvieron patente de corso, y Juana logró su beneficio económico gracias al su emprendimiento.

Palacio Miramar

Armadas para guerra y ciencia

ANNA KIMMEL

Fue la reina María Cristina quien encargó construir este palacio. Allí pasó sus veranos, 40 años en total seguida de su corte y servicio. Levantado sobre una atalaya con vistas a la bahía, el edificio se encuentra entre las playas de Ondarreta y La Concha. Para servir a Su Majestad, el lugar se pobló de lavanderas, mayordomos, jardineros, jinetes, limpiadores, camareros, criadas, cocineros… de mujeres donostiarras y de pueblos cercanos. En los jardines aguarda el busto de Catalina de Erauso, nacida en 1585 en San Sebastián. Internada a los 4 años en el convento de monjas de San Sebastián en el Antiguo, convertido después en el palacio, huyó vestida de hombre y acabó participando como guerrera y alférez en campañas coloniales de América. Nunca quiso ser madre, moriría con el nombre de Antonio de Erauso en México.

Desde este edificio se divisa el monte Igueldo, donde trabajó la donostiarra Felisa Martín, primera mujer en obtener un doctorado en Física, una madre de la ciencia. Fue la primera y única mujer del Observatorio Meteorológico de Igueldo hasta el año 1935, y allí investigó las galernas del Cantábrico.

Ciudad deportiva de Anoeta

Las deportistas

Félix Morquecho

El paseo finaliza en la zona de Anoeta, que suena a fútbol. Pero son muchas las deportistas presentes en la ciudad, pues se trata de la que más equipos deportivos de élite femeninos a nivel estatal tiene. Hay diez en la máxima categoría: Bera Bera en balonmano, Real Sociedad en hockey hierba y fútbol, Ibaeta Basket en baloncesto, Atlético San Sebastián en atletismo, Txuri Urdin en hockey sobre hielo, Txuri Berri en curling, y Donostiarra y Donostia Arraun Lagunak en remo. Compiten, como lo hicieron sus predecesoras, para asegurarse el lugar que les pertenece en la historia, negado durante siglos.

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