Terminada la 'tempranera' edición de las fiestas de Bilbao Aste Nagusia de este 2025, en el que hemos alcanzado su cuadragésimo quinta edición, llega la ... hora de los balances, más o menos halagüeños y complacientes para con los actos propios, no siempre muy ponderados e incluso contradictorios entre sí, pero que coinciden en un hecho irrefutable: «Ha habido menos gente».
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Las razones de esta desafección astenagusiera no cabe duda de que son varias y que todas ellas deberían analizarse sosegadamente, si queremos mejorar la calidad de nuestras fiestas y su poder de atracción de todo tipo de públicos. Pero quisiera llamar su atención sobre algo elemental: las fechas de celebración, tan tempraneras, no han sido las adecuadas, y ya va siendo hora de establecer, de forma permanente y de una vez por todas, que se hagan en la última semana de agosto.
Cuando nuestros antepasados fijaron las fechas de la Semana de Corridas Generales de Agosto, antecedente de la actual Bilbao Aste Nagusia, en la que no se conmemora a virgen ni santo alguno del cielo, ni ninguna efemérides de la tierra, sólo buscaban la forma de evitar que la semana grande bilbaina coincidiera con la festividad de La Asunción, para así poder disfrutar de ambas fiestas; y de esta forma, por puro pragmatismo y haciendo gala de un exquisito sentido común, marcaron el domingo después de esta festividad (La Asunción) como el día de inicio de la Semana Grande bilbaina, que desde 1978 hemos adelantado al sábado anterior.
Un muy sabio criterio, por su pura simplicidad, que avala el traslado de la fecha de celebración de Bilbao Aste Nagusia a la última semana de agosto, y en concreto a la semana en que caiga el último jueves del mes, el 'Jueves Baco' o 'Jueves Vaco' en el decir de los cronistas de la época, que era el día grande y feriado incluso en los primeros años de Bilbao Aste Nagusia, luego trasladado al viernes.
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Una justificación historicista, si así se quiere, para la elección de la semana del último jueves de agosto, que sin embargo es puramente lógica, dado que las fiestas nunca empezarían antes del día 20 y que, aunque habría algún año que se prolongarían hasta los tres primeros días de septiembre, estos corresponderían a los de un fin de semana con viernes festivo incluido.
Y téngase en cuenta que tampoco seríamos los primeros en readaptar la tradición (que «vive en las variantes», según sentenció Menéndez Pidal), como lo demuestra el hecho de que, ya en 1590 y con la anuencia de la propia Iglesia católica, los pamplonicas trasladaron la celebración litúrgica de San Fermín del 10 de octubre al más bonancible 7 de julio, fusionando la celebración religiosa con la feria de ganado y la fiesta de toros de Pamplona, origen a los actuales Sanfermines.
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Propiciar una mayor afluencia, al evitar el solapamiento con las quincenas vacacionales veraniegas (antaño inexistentes) y con las pujantes fiestas de rancia raigambre que otras localidades limítrofes celebran en torno a los 'Sanroques' del 16 de agosto.
Y posibilitar la difusión internacional de nuestras fiestas, facilitando su ubicación temporal con un sencillo 'en la última semana de agosto', que resulta mucho más fácil de promocionar y recordar, especialmente entre nuestros potenciales, y siempre bienvenidos, visitantes extranjeros, a los que los vericuetos del santoral católico (y por ende de la festividad de La Asunción) les serán muy probablemente desconocidos.
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Estos son los objetivos de esta propuesta, que a buen seguro que redundaría en el incremento del beneficioso impacto social y económico generado por Bilbao Aste Nagusia. Algo que pareció entender la propia Comisión de Fiestas cuando, en junio de 2014 y a propuesta de la Compañía de Gargantúa, aprobó por mayoría absoluta de comparseros y munícipes que a partir de 2015 las fiestas se celebrarían en la semana del último jueves de agosto. Una decisión en su día celebrada y que diez años después todavía no ha llegado a hacerse efectiva.
Así que ya veremos, pero aquí queda dicho para que cada cual saque sus propias conclusiones e intente actuar en consecuencia y siempre 'ad maiorem Bilbao gloriam' (para mayor gloria de Bilbao), tal y como propugna el lema de la Compañía de Gargantúa.
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Y de todas formas: 'Keep calm and Gora Marijaia', a la que el año que viene esperamos volver a saludar el sábado 22 de agosto, en el inicio de la cuadragésimo sexta edición de Bilbao Aste Nagusia, que en 2026 sí tendrá lugar en la aquí reivindicada semana del último jueves de agosto.
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