Ertzainas forman en la academia de Arkaute. Blanca Saenz de Castillo

Agur, Ertzaintza

La institución afronta dos desafíos cruciales: la creciente delincuencia y adaptar el liderazgo a las nuevas generaciones

José Antonio 'Toño' Varela

Intendente de la Ertzaintza (recién) jubilado

Martes, 26 de marzo 2024, 00:03

Aunque 'agur' signifique adiós, en nuestro círculo íntimo es más que una despedida. Es un símbolo de mi profundo respeto, gratitud y reconocimiento a cada ... persona de nuestra querida institución. A los que han caminado conmigo estos 42 años y a los que seguirán después.

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El inicio de la 1ª promoción en febrero de 1982 supuso comenzar el viaje de convertirnos en ertzainak, cada uno con su motivación, enfrentando lo desconocido y sabiendo solo lo que no queríamos replicar: el modelo policial represivo de la era franquista. Nos unía una ilusión inmensa, la juventud, el anhelo de cambio y el sueño de forjar una policía integral para Euskadi. Esta aventura sembró un compañerismo duradero, que sigue siendo nuestra seña de identidad.

La formación fue más humanística que policial y nos permitió a muchos iniciarnos en el euskera. Por poner alguna pega, deberíamos haber contado con instructores policiales. Dada esa falta de formación en técnicas policiales -exceptuando el área de tráfico donde la autoformación fue muy importante-, Genaro García de Andoain, un jeltzale de reconocida trayectoria que fue asesinado por ETA, tomó la decisión de enviarnos en mayo de 1986 a 30+1 a la recién inaugurada Academia del Cuerpo Nacional de Policía en Ávila. Aunque la calidad de la formación en Policía judicial y científica, en retrospectiva, no alcanzó un nivel sobresaliente, sí estableció las bases de lo que después se convertiría en nuestras unidades de esos ámbitos. La profesionalidad y especialización posterior lograron que fuéramos pioneros en desarrollar procesos de policía científica, violencia de género o detención que han servido de guías a otras policías.

Creo obligado hacer una referencia a ETA, que al principio quedaba para la mayoría como una amenaza algo lejana, salvo para el señor Arkotxa, que siempre comenzaba sus clases preguntando «¿ya os han hablado de ETA?». Él fue la primera víctima mortal en marzo de 1985. La justificación del MLNV fue que era militar. Luego mataron a 14 más, cada vez con menos contextualización, hasta designarnos objetivos a todos. Se siguió el proceso habitual de acoso y marginación -AEK no nos quería en sus aulas-, agresión física y asesinato. Siempre es bueno recordarlo para que no se repita. Tras la derrota de ETA, tuve el inmenso honor de apagar el pebetero el 1 de febrero de 2012 junto con Goikoetxea, un compañero, cuyo padre también ertzaina fue asesinado por ETA.

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Como en todo camino largo, he vivido hechos desafortunados, pero también de alegría, superación y camaradería. Dentro de esa trayectoria ninguna desmerece, pero permitidme unas líneas para la etapa de director y jefe de la Ertzaintza de 2009 a 2012. Jamás me habría imaginado alcanzar esa responsabilidad. Tuve la suerte de transitar esa durísima época junto con unos compañeros también comisarios «que la prensa denominó 'los 7 magníficos' (…) que como todas las personas tenían su ideología, sus preferencias personales, sus gustos, pero eran ante todo profesionales (…) y aceptaron por responsabilidad (…) que cuando volvieron los mandaron a despachos prácticamente sin funciones». Esto no lo digo yo, sino que fue el parlamentario vasco Luis I. Gordillo en interpelación al actual consejero de Seguridad el 29-10-2021. Gracias por recordar que la profesionalidad y el servicio al ciudadano están por encima de cualquier ideología personal o gobierno de turno. A nivel de proyectos y operativos, se emprendió la modificación del sistema de investigación y tráfico, que se cancelaron con el cambio de gobierno, y se realizaron importantes operaciones contra ETA y su entorno, como la detención del comando que atentó contra la comisaría de Ondarroa o asesinó a nuestro compañero Joseba 'Pagaza.'

Al reflexionar sobre el futuro, identifico dos desafíos cruciales para la Ertzaintza:

1) La creciente delincuencia, tanto en el ámbito virtual como en el físico. Aunque hemos comenzado a abordar el ciberdelito, aún queda un largo camino por recorrer. Paralelamente, la delincuencia en general ha aumentado, rompiendo con la tendencia históricamente baja en Euskadi, lograda en parte por nuestro compromiso y las circunstancias únicas que hemos vivido. La clave para enfrentar ambos desafíos radica en la formación de calidad, la inteligencia efectiva y agentes altamente capacitados y motivados.

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2) La formación revolucionaria en liderazgo que recibimos en la época del señor Atutxa nos preparó para enfrentar los desafíos de aquel momento. Sin embargo, es imperativo adaptar ese liderazgo para satisfacer las expectativas y demandas de las nuevas generaciones. Creo que el fenómeno de 'Ertzainak en lucha' debe analizarse también desde este enfoque de la importancia de un liderazgo que entienda y se adapte a los tiempos cambiantes.

Finalizo agradeciendo a mi querida Ertzaintza el haberme podido desarrollar personal y profesionalmente, enviando mi más afectuoso abrazo a todos sus miembros pasados, presentes y futuros.

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