EP
Furgón de cola

Benditos los fotógrafos

Roma ·

La despedida del Papa Francisco terminó con fotos a su tumba

Uno de los motivos para viajar hoy a cualquier ciudad es comprobar qué límites del espanto se habrán sobrepasado allí por el lado del arte ... urbano, los reclamos lumínicos y los letreros volumétricos para atraer los selfis del turista. Atendiendo a los últimos acontecimientos, podría pensarse que en el Vaticano han ido demasiado lejos y han terminado matando a un Papa. Además de multitudinaria, la despedida de Francisco ha sido fotografiadísima fervorosamente por el público asistente, al que se le atribuía, paradójicamente, una lógica implicación espiritual en el asunto. Sin embargo, mucha de esa gente hacía pacientemente largas colas elevando sobre sus cabezas antes los móviles que las plegarias. Incluso los hubo que, al llegar frente al ataúd abierto del pontífice, optaron por el selfi. Como cuando en el Oceanogràfic se les puso detrás el tiburón blanco. Si es difícil pensar en qué cabeza cabe, más difícil es saber qué responder si te llega de pronto la foto al grupo de WhatsApp de la familia: tío Paco bizco y boquiabierto con Papa yaciente al fondo.

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El sábado durante el funeral de Francisco en la plaza de San Pedro se repitió la hiperactividad fotográfica. Todo el mundo sacando fotos. En el público y también entre las autoridades a las que su cargo exigía contención. Autoridades políticas, militares e incluso religiosas. Yo vi a un cardenal tirando de móvil. Y todos hemos visto a Yolanda Díaz y a María Jesús Montero sacándose un selfi conjunto, enlutado y vicepresidencial antes de que la ceremonia comenzase. Fue una foto de la modalidad 'yo, testigo de la historia', categoría que se queda en 'yo', a secas, si piensas que la historia ya se está retransmitiendo en directo para todo el mundo.

Ayer Santa María la Mayor abrió sus puertas a las siete de la mañana y se formaron unas colas tremendas que obligaron a la policía a aligerar a la gente con las fotos. Y eso que la tumba de Francisco es sencilla. No hay mucho en ella que fotografiar. Pero da igual. Como si el pobre Bergoglio, porteño al cabo, se hubiese hecho poner encima el Baldaquino de Bernini. En nuestro mundo el acontecimiento es ya la excusa, el letrero volumétrico, y las fotos que se sacan con el móvil para terminar en las redes son todas otra cosa: un anhelante autorretrato.

País Vasco

Las armas y las cuentas

Como tantas otras cosas, la valoración ética del gasto militar es algo absolutamente tajante, inflexible, inexpugnable y al tiempo algo del todo movedizo. De ese modo, las corbetas que se fabrican pongamos por caso para Arabia Saudí en la bahía de Cádiz no son máquinas de guerra encargadas por un Gobierno escasamente democrático sino carga de trabajo imprescindible para unos astilleros rebosantes de simbolismo. La ductilidad del argumento es como se ve altísima y vamos a volver a comprobarlo ahora que el plan gubernamental de defensa pone diez mil millones extra sobre la mesa del sector de la seguridad. Es un sector que en un País Vasco necesitado de buenas noticias industriales implica a empresas estratégicas en las que trabajan más de veinte mil personas. La inversión en defensa llega para ellas como uno de esos horizontes de posibilidad que limitan estrechamente con la política, que entre nosotros, como se sabe, siempre es territorial. El Gobierno vasco ya hace llamamientos a aprovechar la oportunidad. Mientras tanto, el principal partido de la oposición se ha posicionado firmemente contra el rearme, pero en Madrid, que es en principio el lugar cómodo donde hacerlo: allí donde no aspiras a gobernar.

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