La construcción de una carretera de alta capacidad bajo la ría constituye la obra de mayor envergadura de Bizkaia en los próximos años. El subfluvial ... entre Leioa y Sestao, refrendado ayer por la Diputación, busca descongestionar el puente de Rontegi, por el que circulan a diario 170.000 vehículos, tras la renuncia a un transporte ferroviario por el mismo túnel. Las obras, que comenzarán en primavera con el fin de acabarlas en 2032, exigirán fuertes controles para reducir su impacto. El proyecto remacha el importante peso de las carreteras en la planificación foral para favorecer la cohesión territorial y el avance económico, claves en un Gran Bilbao que concentra la tercera parte del PIB de Euskadi. Pero también es el reflejo de las contradicciones de una sociedad que se conjura contra el cambio climático pero fía su movilidad al tráfico privado, que puede crecer por el 'efecto llamada' del nuevo vial. De hecho, aumentará un 24% en el futuro por la mejora laboral y el ocio. Es obligatoria una previsión ajustada a las necesidades para evitar que se repitan casos como el de la Supersur, cuya utilización sigue muy por debajo de las ambiciosas aspiraciones de una obra de casi mil millones.
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