«La Blanca, por encima de ideologías y debates entre retrógrados y visionarios»
Viernes, 4 de agosto 2023, 00:24
Los columnistas habituales de EL CORREO se ponen el pañuelo de fiestas y analizan unas celebraciones que pintarán de alegría todos los rincones de Vitoria.
Publicidad
Elena Martínez de Madina
Abierta la OPE para Celedón
Estamos en la época de la OPEs (Oferta Pública de Empleo). Ante la inminente jubilación de la encarnación del mito, Gorka Ortiz de Urbina, ya se ha anunciado desde la Comisión de Blusas y Neskas las primeras bases para la próxima selección de la persona que simbolizará a Celedón los próximos cinco años. En principio, puede ser cualquier miembro que pertenezca a la citada Comisión y que hable euskera fluidamente. Y hasta ahí pueden leer.
El lío, pues ya está montado: que quién debería elegir a Celedón (si la Comisión, el Ayuntamiento, un referéndum…) o por qué se abre el cargo a las mujeres, etc. La Comisión ha zanjado el tema (de momento), pues dice que tiene esa potestad de elección. Estos últimos años han sido de cambios: hay mujeres en las cuadrillas (por fin), no hay toros ni burros (bueno, alguno sigue habiendo, pero de dos patas), las cuadrillas se han enfadado en dos grupos con sus consiguientes paseíllos diferenciados, (o kalejiras como dicen, pero que yo sepa, no son sinónimos) hay un necesario protocolo de actuación antes las agresiones machistas…
Además, nos han informado de que hay un listado de canciones y / o de autores que están 'prohibidos'. Pero me ha sido imposible conocer dicho listado. Desde luego, no es público. No sabemos de qué se trata, ni los criterios, ni quién lo prohíbe, ni qué pasa si alguien se salta esa 'norma' de la Comisión, que sólo la conocen las personas privilegiadas que tienen algún cargo… ¡Top secret! ¡Uy! ¡Qué miedo me da esto! Las tradiciones van cambiando acorde lo hace la sociedad. Pero las fiestas son precisamente para transgredir (no agredir), salirse de la norma, de la rutina. Sólo espero que todo esto no conlleve que la dicha Comisión se transforme en una especie de Ministerio inescrutable e indiscutible, con gurús que velen por nuestra moral, pues se perdería parte de la esencia de las propias fiestas patronales.
Publicidad
No vaya a ser que, por mor de actualizar las tradiciones, se sea cada más 'tradicional' con el pensamiento… Aun así, y con la esperanza puesta en la ayuda de nuestra Patrona, ¡les deseo pasen unas muy Felices Fiestas! Zorionak! a Gorka y a todos los Celedones que hasta ahora ha tenido nuestra ciudad desde su creación, por su buen hacer. Jai zoriontsuak izan!
Ramón Loza Lengaran
Pobres de nosotros
Imitando a los vecinos de Pamplona, lo hemos hecho desde siempre para muchos detalles de nuestras fiestas, entono el ¡pobres de nosotros! pensando ya en lo que va a ocurrir el año que viene, cuando pasadas éstas del 93 haya que sustituir a nuestro último de los grandes celedones encarnados y se planteen a discusión nuevas posibilidades. Especialmente si Celedón debe seguir siendo un chico o pueda ser una chica.
Publicidad
No tengo claro que es lo que se vaya a decidir, lo que sí me parece fácil es que se vaya a otorgar mayor protagonismo a lo femenino. Me dicen que parece descartado que Celedón baje en compañía, como ya lo hace el día de los 'txikis', el problema se planteará entonces en cómo se llame a la nueva figura.
En el caso de los pequeños, en un principio se decidió llamar neska txiki, a la acompañante de Celedón txiki, sin más, quizás para evitar el follón de ponerle nombre. Más tarde, sí que se hizo y se resolvió que Edurne. En su momento no me gustó. No por el nombre, que es bien bonito, por la connotación, pues intuí que se pensó en Edurne como forma euskérica de Nieves, pensando que la Virgen Blanca es la Virgen de las Nieves. Me chirrió el que se relacionara un elemento tan profano con otro tan religioso. Pues bien, la dificultad vuelve a plantearse.
Publicidad
Como compañera de Celedón, lo más lógico sería ponerle el nombre, si la tuviera, de la mujer del tal Celedonio, pero no sé yo si la tuvo o si se conoce. Además hay otra dificultad. La canción que se canta el día 4 de agosto es cerrada: 'Celedón ha hecho una casa nueva...'. He imaginado alguna posibilidad para incluir un nombre de mujer junto al de Celedón y la verdad es que no me ha sonado nada nada bien.
Hay una solución. Imitar, en este caso, a los de Bilbao. Para ellos Mari jaia es Mari jaia, 'eta kito'. No es tanto Mari, el viejo numen vasco como 'jaia'. Celedón, aunque disfrazado de hombre, no deja de ser ante todo, un mito. Así, antes que liarnos con lo de los nombres, veo menos problema en que quien encarne a Celedón pueda ser motil o neska, pero siga siendo Celedón, que baje el mismo muñeco, que sigamos cantando la misma canción. Celedón es una entelequia, un ser etéreo, como que baja de las nubes, que se materializa en fiesta y la fiesta no tiene género.
Publicidad
Juan Carlos Alonso
Gracias, Gorka
Dicen que el hábito no hace al monje, pero en el caso de Celedón hay que decir que la blusa sí que ha curtido a las tres personas que la han llevado y ha imprimido carácter. Es extremadamente difícil estar a la altura de un personaje tan popular y tan indefinido a la vez, al que todo el mundo venera y en el que todos depositan sus anhelos de fiesta y felicidad.
Se podía caer en la tentación y pecar de sobreactuación, o por el contrario, optar por la irrelevancia. Por fortuna, los tres celedones que en el mundo han sido y que han encarnado al personaje han hecho un trabajo excelente. Gracias a ellos, también, en Vitoria la alegría sigue bajando del cielo cada 4 de agosto.
Noticia Patrocinada
En una ciudad donde todo es líquido y donde cada cual tiene un candidato para todo, el hecho de haber contado con José Luis Isasi, con Iñaki Landa y con Gorka Ortiz de Urbina ha sido todo un privilegio. A ellos les debemos en gran medida que la idea de Celedón no haya degenerado y que, por el contrario, su figura haya ganado peso específico con los años, convirtiéndose en patrimonio colectivo.
El anuncio de Gorka de ceder el paso y de no estar más años que sus antecesores da la medida de su madurez. Y hay que agradecérselo. Pero como la cabra tira al monte, ante el próximo relevo hay quien puede caer en la tentación de pensar que la elección del nuevo Celedón es algo así como un certamen de Miss España, o que hay que tirar de cuotas de no sé qué tipo, o elegir uno al año, o cambiarlo de sexo.
Publicidad
Haríamos bien en escuchar las palabras de Ortiz de Urbina, llamando a la sensatez y al acuerdo para preservar el capital acumulado estos años en torno a la figura del aldeano de Zalduendo. El hecho de que haya Comisión y Federación de Blusas no significa que asistamos a exclusiones, vetos o apropiaciones indebidas. Porque Celedón trasciende coyunturas y contingencias y está más allá de banderías y trifulcas, más propias de monarquías o de congresos políticos.
El Ayuntamiento debe pilotar este proceso con sensatez y guante de seda. Y desarrollar una transición ejemplar de la figura que encarne Celedón durante las próximas dos décadas. Comisión, Federación, Celedones de Oro y Ayuntamiento tienen la oportunidad de mostrar que las fiestas están por encima de personalismos, histerias y ocurrencias. Que así sea. Y muchas gracias Gorka. Nobleza obliga.
Publicidad
Igor Marín
La alegría siempre gana
Reconozcámoslo, todos tenemos en nuestro entorno a ese típico cenizo al que todo le parece mal. Cree que Vitoria es una ciudad mediocre, llena de bolardos, que el BEI es un desastre, que el tráfico es el peor, los semáforos están mal pensados, nunca hay nada que hacer y que el Alavés va a bajar y desaparecer cada año. Es tan negativo que hasta piensa que las fiestas se hacen con el programa que organiza el Ayuntamiento –que le parece aburrido– y no con su espíritu festivo y su contribución a la alegría colectiva.
Cuando me encuentro con uno de estos, siempre recuerdo a Ebenezer Scrooge, el agrio protagonista de 'Cuentos de Navidad' de Charles Dickens. Entonces, imagino que los espectros de las Fiestas de La Blanca pasadas, presentes y futuras nos hacen una visita.
Publicidad
Así, imagino al espíritu de los José Luis Isasi, Javier Azpiazu y compañía –creadores del primigenio Pepito que dio origen al actual Celedón– visitando cada noche del 3 de agosto al más puro estilo Olentzero las casas de los tristes y mostrando lo gris que sería nuestra capital sin el jolgorio que esa cuadrilla inventó en 1957 lanzando un muñeco desde San Miguel que se estrelló en el tejado de la plaza de España.
Después, recuerdo la pesadilla real de ver al bueno de Gorka Ortiz de Urbina ante una plaza vacía, como nos la dejó la pandemia. Vacía y triste por los que se fueron. Vitoria sin La Blanca es mucho menos Vitoria.
Publicidad
Por último, imagino en el futuro una Virgen Blanca, donde nadie agita el pañuelo rojo o de cuadros ni se enciende el tradicional puro. Veo la plaza llena de esos tristes en vez del crisol de gentes de toda procedencia y condición unidos en la algarabía. Pancartas de esto o aquello. De 'Arriba Celedón, abajo Celedona'. La Blanca está por encima de ideologías y debates entre retrógrados y visionarios.
Por suerte, esto solo está en mi imaginación y los cinco días que tenemos por delante son de los mejores del año. Donde la alegría vence al pesimismo y el pañuelo, del color que sea, nos une e iguala a todos. La fiesta es algo personal que durante cinco días lanzamos a los cuatro vientos sin pudor. Ese es el espíritu de La Blanca, diversión y unión. Porque sea así por los siglos de los siglos. ¡Felices mejores fiestas del mundo!
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión