Ni hablar de caprichines

Da igual como hayan sido las Navidades; hay que comenzar a cuidarse y suprimir todo 'premio' de nuestra dieta durante enero... y si es también en febrero, mejor

Jueves, 21 de enero 2021

Este comienzo de año no ha sido como los demás. Ni las fiestas resultaron ser como eran ni nuestro estado de ánimo, pese a la esperanza puesta en 2021, despertó en Año Nuevo como acostumbraba. No es nostalgia, es una certeza, que se traduce en una realidad: cada vez, en general, salimos menos a la calle, andamos menos, nos movemos menos. Por eso, este enero, desde el punto de vista de la salud nutricional, tampoco puede ser como los anteriores. Después de unas navidades largas, es el momento de limpiar el organismo. No se trata de hacer el gran régimen, que cualquier experto en nutrición rechazará, sino de cuidarse. ¡Operación saneo! De momento, este mes, y mejor si es el que viene también, fuera caprichines.

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¿Que qué son los caprichines? Todos lo sabemos, aunque nos guste hacernos los locos. Un premio es eso que sabemos que no podemos permitirnos porque si abusamos de ello nos sentará mal y nuestro cuerpo se resentirá. Es ese chocolate con churros con que nos gusta recibir el domingo o la chuleta con pimientos, rojos o verdes, que anuncia la siestilla delante del televisor la tarde del sábado. Cada uno sabe muy bien qué es eso que tan poco le conviene, pero que, bueno, tampoco pasa nada por consumirlo una vez a la semana, si se goza de buena salud.

Menos bebidas y mejor comida

La médico endocrinóloga Nerea Gil, de la clínica Pinies (IMQ), suele decir que cada uno sabe cada cuánto tiempo puede darse un homenaje y que ha de ser, eso sí, uno. Sólo uno. No vale eso de que como es fin de semana, barra libre. El objetivo de los premios es saltarse la norma sin maltratar nuestro cuerpo con el fin de sentir que la vida es una y hay que disfrutarla. Pero este nuevo año, la cosa cambia.

«Este año, es muy posible que se haya comido menos de todo, porque ha habido menos celebraciones sociales y de empresa, pero entre el frío y la lluvia también nos hemos movido menos», razona la especialista. Los estudios económicos que se están conociendo estos días apuntan a que estas Navidades hemos bebido menos, pero hemos comido más y de mejor calidad. Quizás celebraciones más pequeñas, de tres, cuatro o seis personas, hayan permitido sobre la mesa productos que, en reuniones para quince resulten prohibitivos para la mayoría de los bolsillos.

Lo que debe tenerse claro, según recalca Nerea Gil, es que los excesos de quince o veinte días no pueden superarse en siete. Además, este año, con el rollo de no poder salir de casa o de hacerlo de manera más restrictiva, el consumo de turrones, bombones y otras chucherías tan dulces, han comenzado con mucha más antelación. «Se impone dejar los premios del fin de semana para más adelante. Incluso propondría prescindir de ellos durante el mes de febrero», aconseja la experta

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Cuidado con los cambios de dieta

Puede parecer mucho tiempo, pero bien mirado, enero está a punto de concluir, febrero es un mes corto y el roscón de Reyes tampoco puede durar eternamente. Una dieta sana, a base de frutas, verduras y pescado más que carne, preferiblemente blanca, de pollo y pavo, también puede darnos muchas alegrías. Además, tampoco hay que ser radical y suprimir por completo la carne roja en nuestro calendario de sustento. No. Lo importante es hacer una alimentación equilibrada, que bien puede ser deliciosa, pero que en este arranque de nuevo año Covid evite aportes exclusivos para el sentido del gusto.

En definitiva, que una vida dulce no tiene por qué estar infestada de azúcar. Pero hay otra cosa, que también es muy importante. Una dieta brusca, de ayunos repentinos y querer recuperarse en una semana de los excesos de varias, puede provocar piedras en el riñón, bajadas repentinas de la tensión, falta de concentración, dolor de cabeza... En fin, toca cuidarse, así que cuidémonos.

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