Anne Igartiburu se sincera sobre la maternidad y la adopción: «Quizás no soy tan solitaria como yo creía»
La presentadora vizcaína habla sobre su experiencia en el podcast 'El confesionario de Malasmadres'
Anne Igartiburu ha sido una de las últimas invitadas al podcast 'El confesionario de Malasmadres', conducido por la publicista e influencer Laura Baena. En este espacio, dedicado a las complejidades de la maternidad y el autocuidado, la presentadora vizcaína de 55 años se ha abierto en canal.
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«Cuando el día de mañana tus hijas y tu hijo hablen de ti, ¿cómo te gustaría que te recordasen?». Igartiburu lo tiene claro: «me gustaría que supieran que han sido queridos y deseados», responde. «Muy queridos y necesarios, por circunstancias de este entorno familiar que tengo yo», añade.
La presentadora de TVE se convirtió en madre por primera vez en 2001 con la llegada de Noa, una niña nacida en India. Doce años después, en 2013, amplió la familia con Carmen, una pequeña llegada desde Vietnam. Durante su matrimonio con Pablo Heras-Casado tuvo a su primer hijo biológico, Nicolás, de 8 años.
Baena ha querido saber si Anne tiene «alguna confesión de mala madre». La invitada asegura que «sí, claro, como todas». Entre las primeras que le vienen a la cabeza está la de «improvisar algo que no es del todo ortodoxo para comer, decirles que se vayan a acostar, que en un ratito llegas, sabiendo que cuando llegues no van a estar despiertos...», cuenta.
En cuanto a lo que más le ha impactado de la maternidad y también lo más bonito, la comunicadora indica que «soy un ejemplo bastante curioso. He tenido procesos muy distintos, dos adopciones en países diferentes y una maternidad tardía, y lo mejor era crear un vínculo con ellos», apunta. «Me ha sorprendido darme cuenta de que quizás no soy tan solitaria como yo creía. Me siento muy útil y muy capaz», puntualiza. Por último, ha comentado que, a aquellos amigos y conocidos que se encuentran inmersos en un proceso de adopción, «siempre les digo que, hasta que no estés en el aeropuerto con tu niño en brazos y entres por la puerta de tu casa, todavía quedan muchas cosas por hacer. A partir de ahí empieza otra aventura».
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