EL TRABAJO
La vida después del coronavirus | Capítulo 14 ·
El teletrabajo aflora la confianza... Adiós a las profesiones, hola a las habilidadesEl trabajo ha estado en constante transformación desde que se inventó y no cesará de cambiar, porque es consustancial a la Humanidad y eso, en sí mismo, significa evolución. Durante siglos, los hijos aprendieron y heredaron los oficios de los padres, ya fueran rurales, gremiales, industriales... La diversidad llegó con el avance tecnológico y el despegue de la formación académica y universitaria. El abanico de profesiones se expande, pero en un marco de cierta estabilidad en la que el conocimiento adquirido habilitaba para trabajar toda una vida y, en muchos casos, en la misma empresa. En el Siglo XXI se materializan los augurios tecnológicos del gran cambio que nos acechaba, pero nos coge por sorpresa porque irrumpe con velocidad, a toda velocidad, y el Covid-19 lo acelera exponencialmente. La digitalización y el teletrabajo han venido para instalarse entre nosotros, y ahora toca reconfigurarnos.
Hay un término que todo el mundo repite que ha venido con la pandemia para quedarse, pero es mucho más que una palabra. Para muchas familias, ha sido un miembro más durante el confinamiento, con el que se ha compartido mesa, sofá y hasta los propios juegos de los niños: el teletrabajo.
Hace tres meses, su penetración en el sistema productivo español apenas alcanzaba el 4%. Hoy está en el 33%, y como media, porque la emergencia sanitaria ha obligado a que numerosas empresas convencionales hayan puesto el 100% de su estructura a funcionar exclusivamente a través de la red.
REFERENCIAS
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Marieta del Rivero (Ejecutiva, consejera y 'caza talentos') Profesional polifacética, acaba de asumir la presidencia no ejecutiva de Pentacom, nuevo operador de banda ancha para mayoristas. Es consejera de Cellnex y Gestamp y fue 'caza talentos' en Seeliger y Conde, así como directora mundial de Marketing de Telefónica, CEO de Nokia Iberia, Senior Advisor de Ericsson y presidenta de IWF Spain.
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Martín Varsavsky (Emprendedor tecnológico compulsivo) Argentino de nacimiento, americano de adopción y afincado en España por devoción, define su trabajo como «crear empresas basadas en tecnologías». En su haber, Jazztel (telefonía), Ya.com (internet), Fon (wifi) o Eolia (energías renovables). Ahora está centrado en las biociencias (fertilidad in vitro) y la movilidad autónoma.
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Fátima Bañez (Consultora empresarial y exministra de Trabajo) Esta abogada y economista comenzó su carrera en la empresa familiar, para dedicarse después veinte años a la política. Fue ministra de Trabajo entre 2011 y 2018. Las últimas grandes reformas laborales españolas llevan su sello y en 2019 regresó a la esfera privada como consejera independiente de la farmacéutica Rovi y asesora de la patronal CEOE y el proyecto 'Empresas que ayudan'.
No todo el desempeño laboral se puede ahora, ni se podrá en el futuro, realizar a distancia sobre plataformas tecnológicas. Pero eso no deja exento al resto del mundo profesional: deberá adaptarse a ellas. La digitalización conduce a una mayor automatización en las fábricas y también en gran parte del sector servicios, así que viene una profunda redefinición de las profesiones y se impone la necesidad de formación para las personas cuyos trabajos pasen a ejercerlos las máquinas. El Foro Económico Mundial (WEF, en su acrónimo en inglés), lo que conocemos como Foro de Davos, advierte de que la digitalización y la automatización desplazará 75 millones de empleos -personal que quedará obsoleto y será sustituido por máquinas-, pero que, al mismo tiempo, surgirán 133 millones de empleos con nuevos perfiles. De ahí que en su última reunión, en enero de 2020, previa al estallido epidemiológico, abogase por generar una 'nueva revolución', dirigida a la recapacitación profesional. Lo que llaman 'Reskilling'.
El trabajo a través de medios telemáticos no es ningún descubrimiento reciente. Ni mucho menos. En 2004, en la etapa en que la economista Marieta del Rivero ostentaba la dirección ejecutiva de Nokia para España y Portugal, era algo habitual en la estructura de aquella organización. Sin embargo, ha tenido que ser una pandemia, dieciséis años después, quien lo haya universalizado, hasta convertirse en la tabla de salvación para muchas empresas. «Uno de los aprendizajes que vamos a extraer del Covid-19 es que, en situaciones de crisis, la velocidad y la toma de decisiones con información imperfecta son esenciales para asegurar la supervivencia de las compañías», señala. Pone como ejemplo el hecho de que planes para trabajar en remoto «que antes hubieran requerido 18 meses se han ejecutado en 72 horas; o que empresas que no estaban en el comercio electrónico han adaptado sus plataformas en una semana».
«Uno de los aprendizajes que vamos a extraer es que, en situaciones de crisis, la velocidad y la toma de decisiones con información imperfecta son esenciales para la pervivencia de las compañías»
marieta del rivero
La gran velocidad del cambio producido en los últimos meses y sus efectos posteriores en el medio y largo plazo abren un escenario sobre el que la abogada y economista Fátima Báñez, ministra de Trabajo española entre 2011 y 2018, augura grandes transformaciones y desarrollos normativos. A su juicio, la urgencia con la que ha irrumpido el teletrabajo ha acelerado un cambio que hubiera llevado diez años, tanto para buscar las plataformas tecnológicas, como para concienciar a las organizaciones de sus ventajas. Llama la atención sobre un dato incontrovertible: trabajar a través del ordenador «no solo ha tenido que hacerlo el empleado por cuenta ajena; el fenómeno ha alcanzado también a sus directivos, al consejero delegado, al presidente... Ha igualado a todos. Todos han teletrabajado a la vez».
La última semana de febrero, el polifacético emprendedor de base tecnológica Martin Varsavsky, viendo que se avecinaba el confinamiento, se trasladó con su familia a la isla de Menorca. Allí, desde su amplia residencia, se dispuso a dirigir todos sus negocios. En estos momentos está volcado en el campo de la biotecnología -ha montado la mayor red de clínicas de fertilidad de Estados Unidos, además de estar inmerso en un nuevo proyecto de robotización de la fecundación in vitro- y, desde otra perspectiva tecnológica, en el desarrollo de soluciones de movilidad autónoma, de vehículos sin conductor. En conjunto, se trata de organizaciones en las que trabajan unas 1.600 personas. A pesar del encierro, Varsavsky afirma que no ha tenido problemas para gestionar sus empresas. «Sigo en Menorca, y sigo alucinando de lo que he podido hacer a través del vídeo».
La ilustración: MAITE NIEBLA
Licenciada en Bellas Artes en las especialidades de Diseño Gráfico y Pintura, desarrolla ilustración editorial, 'packaging' creativo y proyectos artísticos. Alfaguara, Espasa, Alma o la revista 'Mujerhoy' han confiado en su trabajo. Incluida en el libro/directorio 'Reinas de la ilustración española del Siglo XXI', (Editorial Norma), que recoge la obra de 83 ilustradoras del panorama actual.
Web: www.maiteniebla.com
En efecto, para este polifacético emprendedor, el gran descubrimiento que ha procurado el patógeno importado de Wuhan es el teletrabajo, pero no desde una perspectiva tecnológica: «El Covid-19 se va a ir en los próximos seis meses y lo que perdurará es la vida que hemos experimentado durante la pandemia. En materia laboral, ha sido la vivencia del teletrabajo. Y eso se va a quedar».
A pesar del éxito generalizado de esta fórmula, todos los expertos coinciden en que lo que realmente se ha experimentado en la mayoría de las compañías no ha sido teletrabajo como tal, sino una 'improvisación' laboral sustentada sobre las redes telemáticas, y también en la buena disposición que han demostrado empresas y trabajadores para mantener la máxima actividad posible durante el estado de alarma. Marieta del Rivero recalca que, «para ser eficiente y agradable, el teletrabajo necesita de unos recursos mínimos: espacio, tranquilidad, ergonomía...». Y para todo eso no estaban preparados muchos hogares.
Coincide con esta apreciación el economista y especialista en temas laborales Ángel Toña, que considera que «habrá que desarrollar un ordenamiento jurídico que regule descansos, horarios, espacios, riesgos laborales. Lo ideal es el teletrabajo como opción, no como obligación, por ambas partes». En un reciente coloquio con APD, el propio presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, especificó que, «tal y como está ahora, no es una solución para el largo plazo. Es un tema que habrá que regular».
Aunque no se perciba así, el marco normativo está ya preparado para dar respuesta a estas reclamaciones. Buena conocedora de ello, la exministra Báñez lamenta que solo el 10% de los convenios colectivos en España incluyan algún tipo de referencia al teletrabajo, cuando la reforma laboral que impulsó en 2012 introdujo en el artículo 13 del Estatuto de los Trabajadores la posibilidad de regular el trabajo a distancia sustentado en las nuevas tecnologías. Ella comulga con la necesidad de regular la «desconexión digital», porque el teletrabajo «no puede convertirse en una invasión de la vida personal; no es para lo que se creó».
«Es importante contar con los trabajadores mayores de 50 años, porque son una fuerza motriz de la economía, por su experiencia, red de contactos, visión estratégica y capacidad para motivar a los equipos. y eso es competitividad empresarial»
fátima báñez
El hogar no es el único espacio físico que sufrirá cambios para dar cabida a las nuevas formas de ganarse la vida. También las oficinas tradicionales se encaminan hacia una profunda transformación, en su diseño y en su funcionalidad mixta, privada y laboral. Varsavsky lo tiene muy claro: «En el futuro vamos a necesitar menos despachos y vamos a dar más énfasis a nuestra vivienda, que sea más cómoda y apta para trabajar».
El hándicap que presentan muchas casas como base laboral, según Marieta del Rivero, puede constituir precisamente una doble oportunidad de reactivación económica. Por un lado, sirve como trampolín para las ciudades inteligentes, las 'smart cities', con empresas que se vuelquen en desplegar las infraestructuras (redes de telecomunicaciones, servicios de valor añadido, etc.) que las doten de atractivo para albergar las nuevas formas de trabajo y actividad. Por otro, nichos de negocio despegarán con fuerza, como las oficinas compartidas. «Los espacios de 'coworking' van a tener mucho éxito con el teletrabajo. El hecho de que puedas tener alguno cerca de casa con servicios de calidad puede ayudar mucho a la conciliación familiar, a la productividad y al propio desarrollo de pueblos y ciudades».
Desde otra óptica, Martin Varsavsky ve en el teletrabajo una «grandísima oportunidad» para España, «para captar talento y dinamizar su economía». Su planteamiento, como es habitual, difiere de los cánones tradicionales. No aboga por seducir a grandes empresas o multinacionales para que se instalen aquí, sino por 'fichar' a su personal más cualificado. Él lo llama 'turismo del teletrabajador' o 'turismo permanente', y lo cimenta en la atracción que pueda representar para un profesional de alta preparación y remuneración asentarse para teletrabajar en un país donde hay sol, mejor calidad de vida y con un nivel económico en el que la comparación le sale rentable. «La oportunidad para España no es atraer a la empresa que emplea a esta gente, es atraer a la propia gente», incide.
Un paralelismo similar, sin tener que atravesar fronteras, podría propiciar un resurgir de las ciudades de tamaño medio, capitales de provincias no muy pobladas, y también del campo, de la España vaciada. Fátima Báñez sostiene que, «en esta revolución tecnológica del trabajo a distancia, por primera vez España está por delante», ya que en el despliegue de redes de banda ancha «somos el tercer país del mundo y el primero de Europa». No se trata de una afirmación gratuita. Tenemos diez veces más infraestructura de redes que Alemania. Y, a pesar de que los agoreros no han cesado de pronosticar un colapso de las redes españolas, lo cierto es que han soportado la irrupción de golpe de incrementos de tráfico de datos de un 40% -de un 50% si hablamos de móviles- sin apenas incidencias.
«La oportunidad para españa no es atraer a las grandes empresas, es traer a su gente para que teletrabaje desde aquí de forma permanente, en lo que yo llamo 'turismo del teletrabajador'»
martin varsavsky
De todas formas, los especialistas coinciden en que las oficinas físicas no desaparecerán. Cambiarán, pasarán de ser una sucesión de despachos a convertirse en espacios sin puestos asignados, preparados para favorecer el trabajo en equipo y con zonas de reuniones. Complementariamente, los líderes deberán articular mecanismos de interrelación con sus trabajadores ubicados en la distancia para no perder la innovación y la creatividad que aportan las personas, para que trabajar fuera no se vea como un obstáculo al desarrollo profesional, para mantener su vinculación emocional con la empresa, el sentimiento de pertenencia... En suma, para atraer y retener el talento.
Sorprende que uno de los aspectos más positivos que vayamos a heredar de la pandemia en el mundo laboral sea el refuerzo de los mecanismos de confianza. Así lo cree Marieta del Rivero, persuadida de que «estamos en una nueva cultura que se sustenta en la confianza». Se pasa de un trabajo presencialista «a trabajar por objetivos», en que las organizaciones serán «menos jerarquizadas, más líquidas, simples y flexibles» y donde el «liderazgo se ejerza por influencia», porque «la gestión del trabajo en la distancia lleva a delegar de una forma natural». Meridianamente claro lo tiene también Martín Varsavsky: «La productividad no baja por que la gente no vaya a la oficina».
Una de las célebres frases que se atribuyen al empresario Henry Ford advertía de que «solo hay algo peor que formar a tus empleados y que se vayan. No formarlos y que se queden». Ahora, más que nunca, se convierte en una axioma, aunque, en muchos casos, ese personal ya no se queda en la empresa, sino que se le echa con una mirada cortoplacista y sin apreciar el valor intrínseco de la experiencia.
Con la revolución digital, con esta industria 4.0, van a desaparecer muchos empleos y profesiones, como constata el Foro de Davos y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Fátima Báñez se decanta por la visión optimista de un estudio realizado en la Unión Europea en el que se concluía que por cada dos empleos que se pierden en el mercado laboral tradicional, la economía digital será capaz de crear cinco. «¿La actitud cuál es? -se pregunta la exministra-. Ir a por esos cinco, aunque algunos se empeñen en quedarse mirando los dos que perdemos».
Entre los empleos nuevos que ya se han ido generando, según Báñez, además de los intrínsecamente digitales (big data, inteligencia artificial, realidad aumentada...), menciona los 'trabajos fronterizos', aquellos relacionados con el despliegue, instalación y mantenimiento de las nuevas tecnologías o la integración de los robots en la producción industrial. Y también los relacionados con el despliegue y atención a la «última milla».
Para no quedar descolgado del desarrollo, Báñez recalca la necesidad de que los trabajadores adquieran nuevas competencias transversales. «Se trata de un aprendizaje permanente, porque no es solo lo que cambia, sino la velocidad a la que llegan los cambios», puntualiza. Y aquí vuelve a reivindicar la reforma laboral de 2012, en la que se incluyó el derecho de los trabajadores a recibir veinte horas de formación al año.
Del Rivero lamenta que en España el 'Reskilling', los planes de capacitación para que los trabajadores puedan asumir puestos diferentes a los que desempeñan «no están en la hoja de ruta de muchas empresas». «Lo que hacen -critica- es despedir a cientos de trabajadores, mirando solo cómo arreglar la cuenta de resultados de ese momento, sin ver más allá». En contraposición, pone como ejemplo el proyecto que el verano pasado anunció Amazon en Estados Unidos. Destinará 700 millones de dólares hasta 2025 para formar a 100.000 trabajadores en otras habilidades, sin compromiso alguno de que tengan que permanecer en la empresa. «Es básico invertir en capital humano y alentar esa formación continua. Esas personas tienen un fondo de comercio y unos conocimientos que las empresas no deberían desaprovechar», advierte. En este contexto, apela a la responsabilidad conjunta de empresas y trabajadores. «Se ha puesto de manifiesto que la capacitación también compete a cada uno. Hay que estar actualizado y dedicar tiempo a formarte», resume.
Fátima Báñez insiste en el imperativo de «crear talento, atraer talento y retener el talento». Y lo hace desde una perspectiva de igualdad de género y sin discriminar por razones de edad. «Para esta transición tecnológica, es importante contar con los trabajadores que tienen experiencia. Los mayores de 50 años son la verdadera fuerza motriz de la economía, porque sus conocimientos y sus redes de contactos, su capital social, son mejores para elaborar estrategias en las organizaciones y tienen mayor capacidad para motivar a los equipos. Y eso es competitividad y productividad empresarial».
Sin espacio para la resignación
«La resignación está probibida. El mundo cambia, las personas cambiamos y podemos hacerlo a mejor». Así de contundente se muestra el economista y experto en relaciones laborales Ángel Toña. Frente a las transformaciones que se avecinan en el mercado laboral y en las profesiones, con la sustitución de personas por máquinas que implica la digitalización, «no es aceptable una actitud pasiva; todos debemos adaptarnos». Reconoce abiertamente que «es natural que optemos por la automatización de lo que sea posible». Pero también recalca la necesidad de establecer «un nuevo modelo normativo» y unas «nuevas relaciones laborales» y de gobernanza. Ahí pone en valor la labor sindical, que «cobra todo su sentido en la defensa de los trabajadores más dependientes y con peores condiciones». Aboga por abrir la empresa a la participación de los empleados en la gestión y toma de decisiones como fórmula para atraer y retener el talento.
FACTORES
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El comercio | Nueva función del punto de venta La irrupción del comercio electrónico ha cambiado al consumidor. Ya no desconfía de pagar en remoto y ha visto las ventajas de comprar con un clic también en las empresas locales. La tienda física tendrá que definir su nuevo papel, orientado al servicio, para pervivir.
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La fábrica | La máquina como un compañero «No vamos a ser mascotas de las máquinas», recalca Varsavsky. Recuerda que es el hombre quien las programa y que la tecnología ha venido para hacer la vida más fácil y segura. «Nadie concibe su existencia ahora sin las prestaciones de un 'smartphone'».
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Negociación colectiva | Formarse para la automatización La mayoría de los trabajadores deberá recualificarse, pero especialmente los de menor formación y puestos de bajo valor añadido. La negociación colectiva ha de jugar un papel vital para evitar que queden descolgados.