El PNV ganaría y sumaría con el PSE mayoría absoluta, según los primeros sondeos
EH Bildu se consolida mientras Elkarrekin Podemos y la coalición PP+Cs bajarían con fuerza a la espera de conocer si Vox entra
A la espera de conocer el impacto real de una abstención histórica, los primeros sondeos a pie de urna, como el publicado por EiTB, pronostican una clara victoria del PNV al lograr una horquilla de entre 30 y 32 escaños (tiene 28). La catástrofe de Zaldibar o la sentencia judicial del 'caso de Miguel' no parece haberle pasado factura. Todo lo contrario. Gana con enorme suficiencia y lo hace seguido de EH Bildu, con 20 (tiene 18). El PSE, por su parte, tendría entre 10 y 12 (9), Elkarrekin Podemos, entre 7 y 8 (sacó 11 en 2016) y la coalición PP+Ciudadanos, que bajaría de 9 a 4-6. La incógnita sobre la presencia de Vox no se decidirá hasta la última papeleta. A priori, tiene opciones de entrar al Parlamento vasco por Álava.
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También ha publicado el suyo el periódico ABC, pero en este caso no es a pie de urna, sino que es un 'tracking' de los últimos días realizado por GAD3. Apenas difiere de la encuesta publicada el pasado fin de semana por EL CORREO y apunta a una clara victoria jeltzale, que lograría entre 31 y 31 escaños, seguido de EH Bildu, con 19-20, el PSE obtendría 10-11, Elkarrekin Podemos 7 y la coalición PP+Cs 6-7. Vox, según este estudio, seguiría fuera.
La jornada ha transcurrido con relativa calma hasta que a las seis de la tarde, la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, anunció que la participación a las cinco de la tarde se había desplomado un 8% respecto a lo ocurrido hace cuatro años. Ningún partido daba crédito a lo sucedido, según fuentes de todas las formaciones consultadas por este periódico. «Es desconcertante», coincidían. Por la mañana, la bajada había sido de 1,3 puntos, pero a la tarde todo dio un vuelco sorprendente. Es verdad que el voto por correo ha sido muy superior a lo habitual y que 'maquillará' en torno a tres puntos la abstención final, pero el impacto será histórico por el miedo generado por la pandemia.
Varias partidas simultáneas
Son muchas las partidas simultáneas que se juegan en el tablero del 12-J. Por partes, el PNV, el ganador. La única duda es saber el cómo, el cuánto y el con quién. Es decir, si subirá poco, mucho o muchísimo; cuánto escaños obtendrá más allá de los 28 logrados en 2016; y con quién pactará tras las elecciones. Todo lo que no sea hacerlo con el PSE es una opción que ni se baraja en las casas de apuestas. El miedo jeltzale se llamaba abstención y parece no haberle pasado factura.
EH Bildu, por su parte, parece consolidarse como segunda fuerza vasca e incluso podría registrar un ligero aumento. Ha estado toda la campaña buscando el cuerpo a cuerpo con el PNV, pero sigue muy lejos de ser su alternativa hasta que un día pueda fructificar el llamado tripartito vasco de izquierdas por el que tanto empuja Podemos y del que no quiere escuchar ni hablar el PSE.
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Aquí radica, precisamente, otra de las batallas, la de la izquierda. Según las encuestas, los de Idoia Mendia podrían recuperar parte del terreno perdido en 2016 y volver a superar a los de Miren Gorrotxategi. Pedro Sánchez frente a Pablo Iglesias. Aliados en Madrid y adversarios en Euskadi.
Las elecciones vascas son el primer gran test político a la gestión de la pandemia, de ahí que se escriban en clave nacional, como ha quedado evidenciado en las numerosas visitas que los grandes líderes de los partidos han realizado al País Vasco en las últimas semanas. Un nombre domina: Pablo Casado. Ha echado el resto en un momento muy delicado para su formación tras la abrupta salida de Alfonso Alonso y la apuesta arriesgada por Carlos Iturgaiz, uno de los históricos líderes del partido durante la época dura del terrorismo. Además, será la primera vez que la inédita coalición formada por PP y Ciudadanos teste cuál es su verdadera fuerza. Si la cosa sale mal, quizá se replanteen la unión proyectada también en Cataluña.
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Quizá el único consuelo es que todas las encuestas le son muy desfavorables, lo que hace que cualquier resultado por encima de las expectativas podría venderse no como un éxito, pero sí como un mal menor relativamente asumible a la espera del congreso que deben celebrar los populares vascos en los próximos meses.
Todo el apoyo que pierda irá, sobre todo, con destino al PNV, pero también a Vox, que sueña con poder acceder al Parlamento vasco por la circuscripción alavesa. No es casual que su presidente, Santiago Abascal, decidiese cerrar la campaña la noche del viernes en Vitoria, en su 'casa'. Álava volverá a ser el territorio más incierto ya que así como Vox puede lograr representación también aspira a ello Equo, que en 2016 concurrió en coalición con Podemos.
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Pero esto lo decidirán los vascos... Y la abstención.c
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