Lo que los candidatos no dicen
El lenguaje corporal es también importante a la hora de encarar un debate electoral. Esta es una breve descripción de los gestos más llamativos de los cinco cabezas de lista a las Juntas Generales
Iñaki Oyarzabal (PP)
Tiene dominio de su voz grave, muy modulada y sin estridencias, y de sus gestos. Ha iniciado el debate tranquilo, elegante, midiendo los tiempos, y poco a poco lo ha ido caldeando. «No nos enreden», esto es «inverosímil», una «catástrofe»... Conforme iba poniendo epítetos a la gestión del PNV y del PSE más se revolvían tras el atril los dos González socios. En un momento dado, el diputado general y Oyarzabal se han señalado con el dedo. Como en OK Corral.
Cristina González (PSE)
Ha empezado el debate dirigiéndose a la cuarta pared, como en el teatro, intentando ser didáctica y comprensible. Apta para todos los públicos. Se ha ayudado de las manos para enumerar, concentrada, sus logros, pero algunas alusiones, como las de Oyarzabal al TAV, le han hecho dar un respingo. En el fragor de la batalla dialéctica se acelera y con frecuencia tiene que coger aire por la boca, pero muy poco, justo para que lo note sólo el técnico de sonido.
Ramiro González (PNV)
Más de una hora de pie y en tensión. Eso le obliga a cualquiera a apoyarse de vez en cuando en lo primero que tenga a mano, pero es que en el caso de Ramiro González casi no se ha soltado del atril. Ha ido a vender gestión, convencido de que lo ha hecho de cine, y no ha podido evitar sonrisas condescencientes con las que se adelantaba a lo que sabía que sus adversarios le iban a echar en cara. «Cuidado con...», ha sermoneado a sus opositores.
Eva López de Arroyabe (EH Bildu)
Quería decirlo todo en poco tiempo y eso ha hecho que a López de Arroyabe se le amontonaran las ideas un poco al principio, hasta que ha cogido el ritmo. Ha abusado de ciertas muletillas, como «bueno», es la que más ha leído los apuntes y, quizá por timidez ante las cámaras, la que más ha cerrado los ojos. Pero sin perder la sonrisa. La ganadera ha hecho guiños al agro alavés con expresiones como «a los pies de los caballos» o van a «ocupar nuestras tierras».
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