«En Euskadi todavía nos falta pensar en construir a lo grande, algo global»
En la mesa redonda 'El salto del ecosistema vasco: de la colaboración a la consolidación', tres expertos comparan la situación de hace veinte años con las ventajas y dificultades que encuentran hoy los jóvenes emprendedores
I. Bernal
Lunes, 20 de octubre 2025, 19:41
«Al principio, ni siquiera hablábamos de 'startups'. Teníamos un montón de empresas tecnológicas con mucho nivel, tan prometedoras que han llegado a cotizar, pero estábamos lejos de que ya se veía fuera. Hasta que, en 2010 y 2011, llegó una generación de emprendedores que empezó a hablar de levantar capital riesgo y de rondas de financiación. Hablo de Jon Uriarte y Ander Michelena con Ticketbis; Eduardo Lorriaga, de MicroWave Ventures; Jesús de la Fuente con Graphenea; Gurutz Linazasoro y VIVEbiotech; Patxi Echeveste con Wattio; Eduardo Jauregui con Irisbond, o José Poza con Ibercom, que acabó siendo MásMóvil... No eran precisamente críos recién salidos de la universidad que se juntan con otros chavales, sino emprendedores que sabían lo que se estaba moviendo por ahí». Xabier Álvarez, socio especialista en operaciones corporativas en el despacho de abogados Lawesome, ha resumido así el nacimiento del ecosistema emprendedor vasco en la primera mesa redonda de B-Venture. «Lo que no había era capital. Había mucho 'business ángel, pero una industria inversora y eso también cambio gracias a estos pioneros. Creo que es una generación que, como ecosistema, debemos aspirar a repetir», ha subrayado.
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«Sí es cierto que esa primera hormada tuvo que romper bastantes estereotipos. Uno fue salir a la calle a pedir capital para poder soportar el crecimiento de lo rivales, pero otro fundamental fue normalizar la figura del empresario, algo que aquí entonces no era fácil», ha respondido por alusiones José Poza, hoy presidente de Stellum Capital y patrono en la Fundación Artizarra, dedicada a facilitar la permanencia en Euskadi de los proyectos puestos en marcha en el ecosistema emprendedor vasco. «Es verdad que había apoyo público muy bien articulado, pero el apoyo privado estaba guardado, no se entendía como una herramienta de crecimiento. Y las subvenciones no incentivan tanto como tener un socio capitalista. Por su supuesto que ayudan y son un soporte muy necesario, pero la simbiosis perfecta es cuando se complementan con un socio capitalista que se moje y acompañe a los proyectos, que afortunadamente es lo que tememos ahora, pese a que tengamos aún mucho que mejorar. Ahora toca eliminar suspicacias entre nosotros y dar algunos pasos de confianza ciega para desarrollar todo el potencial que tenemos», ha insistido.
«Nos falta tiempo, experiencia. En un mundo en el que las cosas van muy deprisa nos falta la experiencia necesaria para poder agilizar la toma de decisiones y darle velocidad a todo el sistema. También falta formación para crear vocaciones y que los emprendedores que han tenido éxito se involucren en el apoyo a los nuevos», ha explicado Pedro Muñoz Baroja, fundador de Easo Ventures y de la aceleradora BerriUp, como esos posibles puntos de mejora.
«Otra carencia que yo veo es la de querer construir algo grande, algo global. Aquí hay programas de apoyo que hacían falta y han cumplido una misión, pero que se han centrado en hacer que una 'startup' aportara soluciones a un problema concreto de una empresa grande. Y al final eso limita el horizonte, hace que la empresa pequeña haga suya la agenda de la grande», ha añadido Xabier Álvarez.
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