Petronor instalará en el Puerto de Bilbao su nueva planta de combustibles sintéticos
La adjudicación de 46.700 metros cuadrados al borde del mar permitirá una inversión de 143 millones de euros
El Puerto de Bilbao ha decidido adjudicar a Petronor una superficie de 46.700 metros cuadrados, que estarán ubicados en un muelle de Punta Sollana ... , con el objetivo de que desarrolle en este emplazamiento su proyecto de combustibles sintéticos y producción de hidrógeno. Una iniciativa en la que invertirán 67 millones de euros inicialmente, pero que ascenderán a 143 a medio plazo. El proyecto tiene carácter experimental y con él Petronor quiere adentrarse en la alternativa de futuro a los hidrocarburos procedentes de la destilación del petróleo. El proyecto contará también con la participación del Gobierno vasco a través del EVE y es uno de los firmes candidatos a recibir ayudas de la Unión Europea, dentro del fondo denominado Next Generation, diseñado para relanzar la economía tras la pandemia de la Covid-19. El inicio de la actividad de estas instalaciones está programado para 2024.
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Petronor competía en esta adjudicación con otras dos iniciativas, abanderadas por la empresa DBA y por el grupo GL Fuel, que habían planteado la construcción de una terminal de almacenaje y distribución de carburantes. La adjudicación debía haberse producido el pasado mes de julio, pero el Puerto decidió aplazarlo para realizar un estudio más pormenorizado de las propuestas. Tanto GL Fuel como DBA aspiraban a a incrementar su actividad actual, ya que ya cuentan con terminales en el puerto vizcaíno.
El proyecto se abordará en tres fases. La primera con esa inversión de 67 millones en el proyecto ligado al hidrógeno y a continuación se realizará otra adicional de 76 millones de euros para, indica el comunicado que ha hecho público hoy el Puerto, instalar «una planta de generación de gas a partir de residuos urbanos, como papel, cartón, plástico y textiles, lo que evitará utilizar combustibles tradicionales y propiciará la economía circular. Inicialmente esta planta de pirolisis podrá procesar alrededor de 10.000 toneladas al año de residuos urbanos, cifra que puede ascender a 100.000 toneladas en fases posteriores. Este gas se empleará como combustible para la propia refinería», han indicado
La iniciativa de Petronor, al margen de su aportación económica a las arcas de la institución portuaria, ha sido valorada de forma muy positiva debido a su carácter de 'proyecto país'. Esto es, a la contribución que puede tener en el desarrollo de una actividad industrial que venga a sustituir –de forma total o parcial y con carácter progresivo- a la que ahora realiza la refinería de Petronor. Las cada día mayores exigencias medioambientales, el proceso de transición energética y el impulso a la masificación del vehículo eléctrico –de momento más estrategia que realidad- hace pensar que los combustibles generados a partir del petróleo perderán peso. Esa potencial pérdida de peso de Petronor en el futuro genera no pocas incertidumbres y temores en la Administración pública vasca, porque es el principal contribuyente del País Vasco. El pasado año la compañía ingreso en las arcas forales vizcaínas –una parte importante se distribuye más tarde a Gipuzkoa y Álava y al Gobierno vasco- un total de 770 millones de euros, por las diferentes figuras tributarias que soporta: el IRPF de sus empleados, el Impuesto de Sociedades en función de su beneficio y también el IVA y el Impuesto Especial de Hidrocarburos por la venta de los productos refinados. Su contribución supone el 6% del total de los impuestos que las diputaciones forales recaudan en Euskadi.
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La planta que se instalará en el Puerto de Bilbao serán en realidad cuatro instalaciones diferentes pero que trabajarán de forma coordinada. De un lado habrá una planta de obtención de hidrógeno, que es una de las materias primas necesarias. Otra materia prima será la producción de electricidad, que previsiblemente se conseguirá con la instalación de varios aerogeneradores eólicos. Además se construirá la instalación principal, encargada de provocar en catalizadores la reacción entre el hidrógeno y el CO2 presente en la atmósfera, para obtener combustibles como el queroseno, el diesel o las gasolinas. Además se construirá la planta de tratamiento de residuos urbanos.
Este tipo de combustibles sintéticos aporta, al menos, dos ventajas respecto a los actuales. La primera es que el diésel no contiene azufre, de ahí que supera las exigencias de control medioambiental que ha fijado la Unión Europea. La segunda y más importante es que resulta neutro desde el punto de vista del CO2, ya que el mismo dióxido que emitirán cuando sean utilizados en los motores de combustión será captado en el proceso de producción.
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La tecnología que empleará Petronor en su nueva instalación no es nueva. Más bien todo lo contario, ya que tiene casi un siglo de existencia y fue desarrollada en 1925 por los científicos alemanes Franz Fischer y Hans Tropsch, e incluso la producción de combustibles con este procedimiento tuvo un gran auge en la Alemania nazi. La necesidad imperiosa de producir combustibles para alimentar la maquinaria de guerra aceleró la industrialización de esta tecnología –también la de la obtención de hidrocarburos a partir de carbón-, aunque su coste era desorbitado. Requiere mucha energía eléctrica en el proceso de producción, algo que hasta ahora ha sido una barrera infranqueable, en especial porque tiene que competir con el combustible obtenido a partir de petróleo, que resulta más competitivo en términos de costes. El desarrollo de las energías renovables y el abaratamiento de esa materia prima que es la electricidad ha permitido que esa tecnología se acerque ya a los umbrales de competitividad que necesita para sustituir al petróleo, aunque aún requiere de un desarrollo adicional. Esto es lo que precisamente el grupo Repsol quiere abordar en el País Vasco, ya que la instalación también ha seguido previamente un proceso de competencia interna dentro de la compañía hasta decidir dónde se ubicaba.
El Puerto ha destacado que estamos ante «una decidida apuesta de Repsol por Euskadi, teniendo cuenta lo que supone una empresa como Petronor para el empleo y la riqueza del entorno. Con un potencial productivo de 12 millones de toneladas al año, es la mayor refinería de España y exporta algo más de un tercio de su producción. Cuenta con una plantilla de cerca de 1.000 trabajadores y genera un empleo inducido de 6.200 personas», han indicado.
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