«Tenemos que cambiar la cultura y dar entrada a las mujeres en el sector»
Asegura que a pesar de la «injusta mala prensa», los jóvenes que quieran incorporarse al sector van a encontrar «un futuro garantizado» en él
Gonzalo Ruiz
Domingo, 2 de noviembre 2025, 00:34
La construcción vasca busca jóvenes y mujeres. En un contexto en el que la falta de mano de obra está comenzando a lastrar la actividad, ... la Fundación Laboral de la Construcción del País Vasco cumple su vigésimo aniversario. Susana Federío es la actual gerente de una institución que nació fruto del diálogo social entre sindicatos y la patronal del sector para abordar sus retos y fomentar tanto la formación, como la seguridad y el empleo de los profesionales de la construcción.
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– En estos momentos hay cerca de 60.000 afiliados en el sector. ¿Son suficientes?
– La falta de profesionales es una sensación generalizada de las empresas y está empezando a afectar a la actividad y la producción, con lo cual la situación empieza a ser grave. Lo que nos trasladan es que ya hay afecciones a la hora de abordar obras de construcción por falta de perfiles de toda la vida: encofradores, electricistas, albañiles...
– De cara al futuro, ¿la situación es preocupante?
– Estamos tratando de revertir esta situación. Tenemos un problema coyuntural en nuestra economía, en todos los sectores, de la falta de jóvenes que quieran incorporarse a los sectores más tradicionales. La industria o la hostelería también lo están viviendo. Pero nosotros además tenemos un doble reto, por la mala imagen, muchas veces injusta. Siendo un sector duro también ofrece enormes oportunidades profesionales, sobre todo para la gente joven.
– ¿Esa mala imagen influye en la atracción de talento?
– Desde luego. Tenemos muy mala prensa a pesar de que somos los que construimos carreteras, hospitales, grandes edificios o viviendas. Hay empresas extraordinarias e innovadoras en Euskadi, que cumplen todas las normas de seguridad y legales, pero se necesita trabajar bastante la opinión pública.
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– Esto puede chocar porque la remuneración es elevada.
– Es una de las bondades y ventajas del sector. Tenemos una negociación colectiva muy potente y recientemente se ha aprobado el acuerdo del convenio de construcción para Bizkaia. Las condiciones para un peón ordinario están rozando los 27.000 euros brutos. Aparte hay peones especialistas, oficiales de primera y segunda y tienen salarios muy elevados. Tienen condiciones laborales controladas y negociadas con su calendario… pero esto es lo que los jóvenes probablemente no sepan.
– ¿Se sienten más atraídos por profesiones 'innovadoras'?
– Sí, todo lo que tenga que ver con la tecnología, Internet o el mundo audiovisual y de la redes sociales les atrae muchísimo más que los oficios tradicionales. Pero lo cierto es que los y las jóvenes que quieran incorporarse al sector tienen el futuro garantizado y con condiciones excelentes. Cada vez incorpora más tecnología, uso de drones, maquinaria moderna... La construcción industrializada también está empezando a pisar fuerte y puede ser la que nos salve de esa falta de personal.
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– ¿Qué papel juega la inmigración para cubrir ese déficit?
– Somos un sector que históricamente ha contado con mano de obra extranjera. Son los que van a salvar nuestro tejido empresarial y nuestra actividad económica. En este sentido, el 21 de noviembre haremos una jornada sobre empleo para trabajar con las empresas de construcción, herramientas, modelos de formación, inserción laboral y hablar de la FP dual y de los ciclos de la construcción. Tenemos que empezar a trabajar con todo lo que tenemos porque la situación es muy grave.
– Menciona la FP. ¿Se debería trabajar más en este aspecto?
– La FP vasca dedicada a la construcción es muy potente. En general, las plazas ofertadas van en consonancia con las necesidades, aunque sí que es cierto que hay que potenciar esa demanda y oferta. Tendríamos que darle una vuelta al modelo, empezando por tener centros que reflejen de verdad lo que es el sector de la construcción actual.
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– Las mujeres solo representan el 10% del sector. ¿Qué es lo que ocurre?
– Es un sector muy masculinizado en Euskadi y en el Estado, pero no así en otros países. Por lo tanto es un tema cultural: estamos negando la entrada a la mitad de la población. Tenemos que cambiar la cultura empresarial y social porque es la propia sociedad, a nivel de familias e incluso orientadores laborales, la que no les da paso a las mujeres para adentrarse en el sector. Hay extranjeras trabajando aquí que se sorprenden de que hayan tan pocas mujeres.
– ¿Hay un problema de cualificación entre los propios trabajadores del sector?
– Hay personas muy cualificadas porque son enormes profesionales que llevan muchos años en el sector pese a no tener certificaciones regladas. Aunque sí que es cierto que hay un grueso de personas que no están formadas, que únicamente tienen la formación de prevención de riesgos laborales obligatoria y parece que con eso ya les dan acceso a la obra. Hay que reforzar mucho el trabajo de formación y de capacitación.
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«Hay que trabajar la prevención desde una perspectiva integral»
Otro de los pendientes del sector es trabajar en la prevención laboral, dado que la siniestralidad, se lamenta Susana Federío, «sigue ocupando primeras planas». Precisamente para trabajar en esta línea, la Fundación Laboral de la Construcción que preside ha organizado una jornada el 6 de noviembre con el fin de avanzar en la mejora de la gestión en materia preventiva, y que contará con la participación de entidades como Osalan o la Inspección de Trabajo. Federío destaca que «echamos en falta una verdadera integración de lo que es la gestión de prevención de riesgos», y subraya la necesidad de hacerlo desde el origen de los proyectos. «Los EPI (Equipos dePrevención Individual) son el último recurso a tener en cuenta. En una obra participan muchísimos agentes, desde el promotor hasta el último autónomo que realice un trabajo muy concreto». En esto «hay mucho trabajo que hacer para que no haya tantos imprevistos, que son los grandes enemigos de la seguridad».
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