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Lidia Carvajal
Los ahorradores se lanzan a la compra de deuda pública

Los ahorradores se lanzan a la compra de deuda pública

Los particulares invierten ahora 20 veces más en Letras del Tesoro ante la resistencia de los bancos a mejorar la remuneración de los depósitos

Domingo, 29 de enero 2023, 01:04

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Préstamos más caros y ahorro mejor remunerado. Son las dos consecuencias inmediatas que supervisores, analistas y ciudadanos esperaban allá por el mes de julio, cuando el Banco Central Europeo (BCE) decidió acometer su primera subida de los tipos de interés en once años. En su lucha contra la inflación, ya los ha elevado del 0% al 2,5%.

Una escalada de auténtico vértigo que los bancos se apresuraron a trasladar al crédito. Sin ir más lejos, el tipo medio aplicado a los nuevos préstamos para vivienda ha pasado del 1,38% (cierre 2021) al 2,70% actual, según el Banco de España.

Mucho más tímidas han sido las entidades a la hora de remunerar los depósitos de particulares, donde el interés medio que se paga a 12 meses se limita al 0,41%. En las cuentas corrientes (a la vista), se mantiene en el 0,032%. Prácticamente nada pese a ser la opción de ahorro más demandada tras la pandemia.

De hecho, las familias superaron en diciembre el billón de euros en depósitos por primera vez en la historia, tras haber engordado en más de 41.000 millones en 2022. En total, incluyento los depósitos de empresas y otros agentes económicas, el volumen de depósitos supera ampliamente los 1,53 billones de euros.

Ante este escenario, un producto ha irrumpido con fuerza en las opciones para exprimir al máximo ese ahorro conservador. Se trata de las Letras del Tesoro, donde los particulares han regresado con más apetito que nunca.

En octubre –últimas cifras disponibles– los particulares habían comprado 321 millones de euros en Letras. La cifra es aún muy reducida si se compara con los máximos que reflejan las estadísticas, alcanzados en plena crisis financiera, cuando la media anual rondaba los 4.700 millones. Pero el despegue de los últimos meses es innegable. El actual saldo supone un 200% más que el registrado el mes anterior (99 millones). Y multiplicar por 20 los 17 millones de cierre de 2021.

En apenas un año, las personas físicas han pasado de ostentar apenas un 0,02% del total emitido en Letras por el Estado, al 0,42% actual, con un claro punto de inflexión desde verano coincidiendo con el inicio de las subidas de los tipos de interés.

No es para menos. Frente a la escasa remuneración que se puede encontrar en los bancos, el Tesoro ya paga un 3% por las Letras a 12 meses. Es decir, siete veces más que los depósitos al mismo plazo. Por eso, no es de extrañar que la demanda multiplique la oferta cuando el Estado realiza este tipo de subastas. Por ejemplo, en la última a 12 meses, el Tesoro colocó más de 3.900 millones de euros, tras recibir peticiones de compra por mucho más volumen, 7.100 millones.

El interés ofrecido fue del 2,998%, el más elevado desde agosto de 2012. «Por supuesto que recomiendo a los ahorradores españoles y extranjeros que inviertan en los instrumentos de deuda española, no solo por el elemento de rentabilidad que hace que sean competitivos en el mercado financiero, sino por el de estabilidad y seguridad. Es una opción segura y rentable», indicaba hace unos días el secretario general del Tesoro, Carlos Cuerpo.

Alternativas para la banca

De momento, los bancos permanecen ajenos a este repunte de la actividad en renta fija como alternativa a los depósitos. Pero en las últimas semanas sí se ha observado un fuerte repunte en el lanzamiento de fondos de deuda soberana –con los que también ganan en comisiones– que invierten en renta fija española e italiana con vencimientos cortos. «Hay cada vez más clientes interesados en adquirir títulos en las subastas del Tesoro», reconocen desde una entidad financiera nacional.

«Las entidades tienen margen de sobra para remunerar más los depósitos, pero ahora no necesitan captar esa liquidez para hacer frente a la demanda de crédito, así que todo dependerá de lo que demanden los clientes», anticipan en la agencia de rating S&PGlobal.

Alternativa de ahorro

«La deuda es competitiva en los mercados no solo por su rentabilidad, sino por su elemento de seguridad»

carlos cuerpo

Secretario general del Tesoro

El escaparate actual así lo demuestra. Y es que salvo las ofertas de firmas extranjeras y Fintech, los grandes bancos nacionales no mueven ficha en sus depósitos. «CaixaBank permite contratar online uno con un plazo de entre uno y 365 días con una rentabilidad del 0% TAE;es decir, no se ganará ni un solo euro; BBVA no ofrece ningún depósito sin riesgo –solo uno al 0,65% TAE combinado con un fondo de inversión–. Y Santander tampoco ofrece nada parecido», confirman desde el comparador financiero Helpmycash.

Los propios directivos del sector también han mostrado sin tapujos sus intenciones. María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter, aseguró en la última presentación de resultados de la entidad que los bancos no entrarán en una nueva guerra del pasivo. «Trabajamos para ofrecer a nuestros clientes otros productos que pueden ser mejor alternativa a los depósitos, como pueden ser fondos indexados a deuda pública española o bonos», indicó.

En el mismo sentido se manifestaba esta semana César González-Bueno, consejero delegado de Banco Sabadell, al asegurar que «los clientes entienden que si tienen una cuenta corriente sin remuneración o con una muy baja es porque tienen unos servicios como la domiciliación de nóminas, recibos, los cajeros, las transferencias, etc.». En este caso, la estrategia de la entidad pasará por rebajar las comisiones. «Los depósitos no son necesariamente la opción más atractiva para los clientes», insistió.

En general, y ante la negativa de remunerar los depósitos, el sector ha comenzado a explorar otro tipo de vías para hacer más atractivo el pasivo: las cuentas remuneradas, que sí han experimentado mejoras en términos de rentabilidad. Solo el tiempo dirá si esta estrategia será suficiente para mantener el beneplácito de sus clientes particulares que, por otro lado, ven cómo las entidades sí han empezado a trasladar con mayor ímpetu la subida de tipos a sus clientes del negocio de empresas.

Las entidades sí trasladan las subidas de tipos al dinero de las empresas

Una de las grandes anomalías que trajo consigo la reciente época de tipos de interés negativos fue el hecho de que los grandes clientes de los bancos (institucionales y empresas) pasaron de recibir una remuneración por sus depósitos a tener que pagar por ellos.

Las entidades se vieron obligadas a este giro de estrategia argumentando que era la única fórmula para mantener ingresos en un entorno de políticas monetarias ultraexpansivas que golpeaban sin piedad los márgenes del sector. De paso, se libraban de sus clientes menos rentables.

Las entidades comenzaron a aplicar esta penalización a principios de 2019 cuando, según las estadísticas, atesoraban 258.200 millones de euros en depósitos de este segmento de negocio.

Según las estadísticas del Banco de España, los bancos aplicaban por entonces un tipo medio negativo del -0,132%a esta parte del pasivo. Yen febrero de 2020, antes del estallido de la pandemia y de uqe el BCEmetiera otra marcha más en su política monetaria ultraexpansiva, ya cobraban un 0,20%de media.

Las empresas tuvieron que esperar hasta junio de 2022 para que las entidades decidiesen eliminar esta penalización. Aquel mes, la banca pasó de cobrar a estos clientes a remunerarlos con una media del 0,327% en el plazo a 12 meses.

Poco a poco, y a medida que el BCEimprimía ritmo a la subida de tipos, el sector también fue ajustando al alza la cifra. Y hoy, la remuneración a estos clientes se sitúa en el 1,199% en el plazo a doce meses. La cifra evidencia que la traslación de las subidas de los tipos de interés a los depósitos está siendo aquí mucho más rápida que para los particulares. En concreto, los tipos actuales para las empresas prácticamente triplican el 0,41% aplicado por las entidades a los hogares.

A cierre de diciembre, los depósitos de las empresas ascendían a 317.300millones de euros. Es decir, 59.100 millones más que cuando el sector comenzó a cobrar por este servicio.

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