IMQ y Adeslas iniciarán de inmediato la negociación de su acuerdo final
La aseguradora de salud quiere que el conflicto del accionariado, que dura ya dos años, esté despejado antes de que finalice 2021
IMQ y Adeslas comenzarán «de forma inmediata» la negociación del acuerdo final que debe configurar la nueva fotografía de la principal aseguradora vasca en el ... ramo de salud. Los accionistas de IMQ otorgaron en una junta el pasado miércoles un respaldo holgado al consejo de administración para que profundice en los detalles de una operación que debe permitir varias cosas. Entre ellas, la venta de sus acciones por parte de los socios de IMQ que quieren abandonar la empresa -375 ya han dicho que quieren hacerlo de forma inmediata y otros 100 más a corto y medio plazo-; la firma de un acuerdo entre accionistas que regulará los compromisos entre Adeslas y los médicos que permanecerán en el capital y, por último, los compromisos de aportaciones al Montepío, el fondo de pensiones del grupo.
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Como ya es conocido, el 58% de los accionistas presentes y representados en la junta del miércoles -que supone el 53% sobre la totalidad del capital social de la compañía- respaldaron la propuesta realizada por Adeslas y avalada por el consejo de administración. Pero no es un acuerdo definitivo y tiene muchos flecos que deben concretarse. Entre ellos una auditoría del IMQ para verificar el valor de sus activos -procedimiento habitual en estos casos- y las reglas de juego del futuro, porque Adeslas se ha comprometido a desarrollar una gestión «consensuada» en la filial de seguros, de la que ya tenía el 45% y en la que pasará a controlar el 50% de las acciones. Fuentes de Adeslas señalaron que la empresa «reitera su compromiso con el proyecto IMQ, sus médicos, modelo, equipo humano y clientes. Somos socios del IMQ desde hace 15 años y estamos muy orgullosos de ser parte de su historia y también de su futuro», indicaron. La aseguradora, propiedad de Mutua Madrileña y CaixaBank, también agradeció el respaldo de una mayoría de accionistas de IMQ.
Ese acuerdo definitivo, con todos los detalles, deberá pasar una nueva prueba de fuego en una junta extraordinaria del IMQ. De nuevo, los médicos serán consultados aunque en esa ocasión su voto será definitivo. Si la operación se materializa -en el IMQ quieren que eso se produzca antes del próximo 31 de diciembre-, cada uno de los socios que venda recibirá 255.000 euros por cada paquete de 1.000 acciones, el mínimo necesario para pertenecer a la sociedad.
El pacto de accionistas y los compromisos con el Montepío son las dos claves de la negociación que está pendiente
Negociaciones múltiples
Por el camino también deberán resolverse otras cuestiones. Todo apunta a que Ademi, la asociación que representa a quienes defendían que el control debía mantenerse en manos de los médicos, se volcará ahora en conseguir que el pacto entre accionistas dé el mayor margen posible de influencia a los médicos que permanezcan en la compañía. También que los compromisos que les afecten sean firmes y satisfagan sus aspiraciones económicas y profesionales. Fuentes de esta asociación señalaron ayer que aún no existe una decisión, pero todo apunta a que Ademi renunciará a 'embarrar el terreno' en la vía judicial. El resultado de las votaciones ha sido suficientemente contundente y la realidad del IMQ no hace sino remar en su contra. De los 1.146 accionistas -aunque hay 1.176 paquetes de acciones-, el 50,35% ya son pensionistas. La estimación es que, de no cambiar nada, esa tasa pase a ser del 58% en 2025. Dicho de otra forma, ya hay más médicos pensionistas que en activo y la presión vendedora crecerá cada día que pase y de forma sustancial.
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Otro flanco que deberá resolverse es el de la capacidad de blindaje que se le concedió en el pasado al Montepío, la gestora del plan de pensiones del grupo, y que ha llegado a los juzgados. También en este caso se prevé una negociación, dura pero imprescindible, en los próximos meses. El amplio respaldo que tiene ahora el consejo de administración del IMQ, que supera el 50% del capital social, también le permite abordar una reforma de estatutos con bastantes garantías de sacarla adelante. Ello eliminaría el poder que el Montepío tiene ahora para bloquear la entrada de socios externos. Su posición también es comprometida por la estructura de beneficiarios. De los 1.146 accionistas con derecho a voto en el IMQ, tan sólo 528, menos de la mitad, están incluidos en el plan de pensiones del grupo y el resto no tiene relación alguna con el Montepío.
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