Más de 3.000 bajas diarias por covid ponen contra las cuerdas a las empresas vascas
La afectación ha llegado al 10% en algunas plantillas, aunque el pico ha quedado atrás al igual que en los contagios
Esta pandemia que está a punto de cumplir dos años no deja de plantear nuevos desafíos. En esta fase, marcada por la contagiosa ómicron, uno ... de los principales retos está siendo la avalancha de bajas que, aunque comienza a suavizarse, ha puesto contra las cuerdas al tejido empresarial vasco. Aparte del quebradero de cabeza por la caótica gestión, las plantillas se ven diezmadas de un día para otro y hay que hacer auténticos malabares para sacar adelante la tarea. Sobre todo cuando la actividad es presencial y no se puede recurrir al teletrabajo. Como siempre, los más perjudicados son los negocios más pequeños, normalmente llevados por familiares que enferman a la vez. Algunos no han tenido más remedio que cerrar un tiempo aunque, por regla general, se ha mantenido la actividad y las cadenas industriales.
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A falta de datos oficiales de Osakidetza o la Seguridad Social, Mutualia se ha convertido en la única fuente de información en Euskadi. Como cubre bajo su paraguas al 44% de los trabajadores vascos, puede hacer estimaciones para el conjunto. Según sus cálculos, desde la explosión de los contagios, hacia el día 20, se han llegado a producir una media de 3.100 bajas diarias hasta superar las 66.000 en solo tres semanas, una cifra equivalente al 8,5% de los asalariados vascos. La media en 2020 fue inferior a los 500 partes diarios. Al final la suma de diciembre arroja un pico de 57.600 bajas por covid y la de enero, hasta el día 12, de 33.000.
El único consuelo es que los datos «apuntan a que el pico ha quedado atrás. Todavía hay variaciones según llegan los partes de bajas, pero esperamos que en la estadística definitiva se note la menor incidencia a partir del 10 de enero, al igual que ha pasado con los contagios», señala Ignacio Lekunberri, director gerente de Mutualia. Reconoce que ha habido un retraso de varios días en la tramitación, para la que es necesario que el médico grabe la baja en el sistema. «Pero Osakidetza ha agilizado el proceso y se ha notado», afirma. El caos ha sido tal que hasta Confebask se ha dirigido al lehendakari para pedirle una mejora.
Las gestorías han sufrido en sus carnes la desesperación de las empresas. «Lo peor fue en los primeros días de Navidad, sobre todo en el comercio, que estaba en plena campaña. Los trabajadores que se encontraban mal dejaban de ir, pero hasta que llegaba la baja pasaban muchísimos días. No sabíamos cuándo iba a llegar ni con qué fecha», explica Beatriz González, de la asesoría Eurotax. Estas bajas, asimiladas al accidente laboral, las cubre la mutua y se paga el 75% de la base reguladora. «Pero la empresa tiene que complementar hasta el 100% en muchos casos, pagar las cotizaciones y buscar sustitutos. El coste se dispara y las empresas están ya al límite», señala.
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Las empresas son reacias a dar datos, aunque por la muestra de las consultadas la afectación ha rondado el 10% de la plantilla. Las actividades con posibilidad de teletrabajo lo han podido sortear mejor porque la mayoría de empleados ha seguido al pie del cañón desde sus casas, pese a tener síntomas. Pero los sectores que requieren presencia física se han visto sumamente tensionados. Es el caso de la industria, la construcción, el comercio, la hostelería, la logística...
Una de las salidas ha sido recurrir a las ETT, que han registrado un pico de demanda muy fuerte. «En este comienzo de año nos han llegado muchísimas peticiones de la industria vinculadas a las bajas por covid. En Navidad este sector tiene menos actividad, pero a partir de Reyes vuelve a pleno rendimiento y entonces se encontraron con el problema de los contagios. También ocurre lo mismo en logística y distribución. Sin olvidar la necesidad de refuerzos del comercio, por la campaña de rebajas», explica Ana Verano, directora territorial de zona norte de Adecco. Esta firma calcula que a nivel nacional se ha producido un incremento del 15% en la contratación debido a este motivo.
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Una de las soluciones ha sido recurrir a las ETT, cuya contratación se ha disparado estas semanas
La experiencia es muy similar en otra firma del sector, Randstad, según explica su responsable en el País Vasco, Nekane Sagarduy. «En Navidades la demanda venía del comercio, pero ahora se concentra en la industria. Hay empresas con siete personas de baja en la misma sección». Otro de los sectores en los que hay peticiones, añade, es el de la logística. «Nos piden preparadores de pedidos, carretilleros...». También se nota en los comedores escolares y en la guarderías. «Tienen que ser perfiles que se sustituyan de una día para otro, lo que no es nada fácil», señala.
En Jobbe ETT hablan incluso de un incremento del 50% en la contratación. «Nosotros que llevamos siete años en el mercado estamos batiendo récords. Nunca había visto algo así», comenta su director general, Ibon Olazabal. Para las ETT es negocio, pero también un reto. «Tenemos que atender la punta de demanda de los clientes y a veces nos pasa que las personas que les has encontrado se contagian. Sin olvidar que nosotros también tenemos bajas», apunta Verano.
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Los problemas de las empresas en diferentes sectores
Industria
Mercedes: La mayor fábrica vasca, con más de 5.000 trabajadores, no da datos oficiales pero fuentes del comité señalan que las bajas suman unas 350. Se han afrontado con horas extra de voluntarios y cambios de puestos.
Gestamp y CIE: En la planta de Abadiño de Gestamp, con 730 trabajadores, la incidencia por covid ronda las 50 personas, a las que hay que sumar otras 20 por contingencias comunes, según los sindicatos. En las plantas de CIE las bajas por el virus llegan al 10%.
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Petronor: Es de los pocos grupos que da cifras. «En los peores momentos de las olas anteriores teníamos unos 20 trabajadores al día de baja. Ahora hemos llegado a 70 sobre una plantilla de 1.000», apuntan. Como había 24 personas en formación, han recurrido a ellas y contratado a otras seis.
Comercio y distribución
El Corte Inglés: La estructura amplia del centro de Bilbao, con 1.500 empleados, le ha permitido responder al reto solo con cambios en los puestos.
Eroski: La cooperativa ha recurrido a contrataciones a la vez que ha pedido flexibilidad a los trabajadores en las vacaciones. «Además, el personal de oficina se ha apuesto a atender en caja o ayudar en los almacenes».
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Uvesco: «Tenemos un alto número de bajas, aunque parece que hemos llegado al pico. En algún caso puntual hemos tenido que adelantar el horario de cierre».
Construcción
Sukia: «Dependemos de las subcontratas y nos ha pasado en algún caso que no nos han llegado los encofradores y hemos tenido que esperar. Pero no hemos parado obras».
Sarkis Lagunketa: «No hemos tenido mucha incidencia, entre un 5% y 10%. Lo peor ha sido el retraso tremendo en la tramitación de las bajas».
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