El escritor Ramón Saizarbitoria. Maika Salguero
Lecturas

«El mal de nuestro tiempo es el victimismo»

Ramón Saizarbitoria | Escritor ·

Publica por primera vez en castellano 'Porque empieza cada día', la obra que hace 50 años modernizó la narrativa vasca

Viernes, 1 de enero 2021, 22:47

En 2019 se cumplió el 50º aniversario de la aparición de 'Egunero hasten delako', una novela esencial, firmada por Ramón Saizarbitoria, que modernizó la narrativa ... vasca. Ahora, la editorial Erein publica, por primera vez en castellano, bajo el título de 'Porque empieza cada día' y con traducción a cargo de F. Eguia Careaga, esta historia -desde luego, poco acomodaticia para la época- protagonizada por Gisèle, una estudiante de Filosofía que decide abortar.

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- ¿Qué le llevo a publicar, en el año 1969, un libro sobre el aborto? Era un tema muy serio para las autoridades del momento.

- La novela la terminé en abril del 1968, recién cumplidos los 24 años; yo entonces vivía en Suiza. Supongo que por mis lecturas -Martin Santos había publicado 'Tiempo de silencio' en 1962- tenía en la cabeza escenas trágicas de abortos terribles practicados sobre las mesas de lúgubres cocinas. También tengo un recuerdo de la adolescencia: en un pueblo de Gipuzkoa oí que una chica se había suicidado porque estaba embarazada. Pues bien, para mí fue muy chocante que en algunos cantones suizos una mujer pudiera solucionar con todas las garantías de seguridad y de manera no traumática algo que en nuestro país podía condicionar la vida de muchas mujeres y determinar incluso que la pusieran en riesgo. Me pareció intolerable.

- ¿Cómo superó la censura?

- Por indicación de Aresti, entregué la novela a Antonio Arrue, un hombre del Régimen que, entre otras cosas era censor, vascófilo, miembro de Euskaltzaindia y que tenía a gala su buena relación con Gabriel; una buena relación que se basaba, por ambas partes creo yo, en el deseo de 'epatar' a otros miembros de la Academia. El caso es que Arrue le dio el pase a algo que en España de ninguna manera tenía pase, sospecho que sin leerla. Supongo que se limitó a hojear el manuscrito para ver si aparecía alguna referencia a Euskadi o al comunismo sin imaginarse que pudiera tratar de lo que trataba.

- Ambientó la historia en un cantón imaginario de Suiza, ¿por qué?

- Lo de situarlo en Suiza era inevitable. En cuanto a que el escenario sea ficticio… no lo sé. Supongo que para evitar los problemas añadidos que implica ceñirse a las descripciones a un paisaje real. Uno se mueve más libremente en un paisaje imaginario.

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- Uno de los dos personajes principales es un parlanchín entrañable. En su boca puso la siguiente frase: «No hace mucho le oí a un cura decir que la moral está en crisis. De manera que todo está en crisis, la economía está en crisis y las ideas y las instituciones también…». La observación no parece haber perdido vigencia, ¿no?

- Pues la verdad es que no. Desgraciadamente todo está en crisis y ahora con la pandemia ni te digo. De todas formas, creo que el mal de nuestro tiempo es el victimismo. Todos nos sentimos con derecho a reivindicarnos como víctimas. Son víctimas los que se están muriendo en la UCI, los que se han ido al paro y no saben cómo llegar a fin de mes, los que no pueden abrazar a la abuela, los que no pueden tomarse una cerveza en la terraza del bar. Está siendo muy decepcionante el comportamiento social en este tiempo de pandemia. En los sesenta, bajo la dictadura, no había libertad, pero en la actualidad la libertad está en crisis. No me siento libre para hablar en contra de lo que oigo y leo en los medios, que no me parece que la cultura sea un bien de primera necesidad y que creo que muchos de quienes lo dicen son unos hipócritas, o que tendríamos que considerar si es razonable que nuestros principales espacios de socialización sean los bares y tantas cosas… Si dijera lo que pienso tendría que salir a la calle con mascarilla y, además, con antifaz.

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«En los sesenta, bajo la dictadura, no había libertad, pero en la actualidad la libertad está en crisis»

- En aquella época, en Euskadi, la situación de la lengua no estaba normalizada ni se contaba con tradición novelística, a excepción de la obra de Txillardegi. Fue usted el gran renovador de la narrativa vasca. ¿Hasta qué punto era consciente de lo que iba a significar 'Egunero hasten delako'?

- No creo que 'Egunero' haya significado tanto pero, en fin, yo no era consciente de nada. Constataba que el mundo del euskera y concretamente su literatura estaba en manos de curas y frailes y sentí el impulso de hacer algo en la línea de la literatura que yo consumía que era, principalmente, la francesa. Entonces, escribir me divertía.

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- ¿Cree que hay en la actualidad algún tema del que urja escribir y no se esté haciendo?

- No creo que tenga mucha importancia ni para la literatura ni para nada qué tipo de temática aborden las novelas. Me sorprendía cuando hace unos años se nos acusaba a los escritores en euskera concretamente de que no abordábamos la temática de las víctimas del terrorismo en nuestras obras. Al margen de que la acusación sea sostenible o no, se me hacía difícil entender el empeño. teniendo en cuenta la marginalidad de nuestro trabajo, del mío al menos. El escritor tiene que escribir bien sobre lo que sea, sobre lo que le pida el cuerpo. Yo sufro mucho con la pandemia, me parece un tema de la máxima importancia, como el del movimiento migratorio que está causando tantas muertes y no sé cómo va a evolucionar, pero nunca escribiría sobre eso… Quizá, si tuviera tiempo, escribiría sobre la eutanasia clandestina porque igual que en los sesenta existía el aborto clandestino hoy en día se practica la eutanasia fuera de la ley.

- Llama la atención que esta novela se haya traducido al castellano ahora por primera vez.

- Me lo habían propuesto antes, pero no quise. Me parecía que estaba bien como estaba, que siguiera guardándose en euskera con su aura de primera novela moderna y todo eso. En mis tiempos, al contrario que hoy, no se traducía prácticamente nada al castellano, como que era otra división… Pero en el contexto actual y como la editorial creó una biblioteca para mis novelas, parecía lógico editarlo todo. Todavía falta 'Ene Jesus', que eso ya es droga dura.

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