Quién manda y quién obedece son el meollo de mucho teatro. 'Doble o nada' es una lucha por el poder en el despacho del director ... de un medio de comunicación que busca relevo. Compiten una joven promesa femenina (precoz para lo usual) y otro aspirante en la sombra. Una batalla de despachos donde el poder no gestiona sexos, sino intereses. Un juego de persuasión sin erotismo, una esgrima verbal en torrente (cumple el tópico de que los argentinos le tienen mucha afición). La autora mexicana Sabina Berman no se recrea en lo romántico, ni oculta el machismo cultural de Ricardo frente a la candidata porque su truco es no hacerlo eje del ritual de dominación. La dialéctica lleva a sus protagonistas al resabio de las convenciones sociales, recelos y ambiciones. El mérito es tratar un género (lo califican de thriller sicológico) a modo de comedia dramática sin el cliché 'hombre contra mujer'.
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'Doble o nada'
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Dramaturgia: Sabina Berman.
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Dirección: Quique Quintanilla.
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Reparto: Miguel Ángel Solá y Paula Cancio.
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Teatro Campos Elíseos 14-8-23
Miguel Ángel Solá suele elegir bien (recuerden 'El diario de Adán y Eva') y luce veteranía, estilo, exactitud al medir tiempos y escuchas, naturalidad. Convence hasta la ficción de sus achaques (dan ganas de pedir un médico en la sala). Paula Cancio se crece con los arranques del partenaire. Es admirable el talante y la cuidada interacción física de los tipos, los microgestos. Hay tormenta meteorológica y de emociones con detalles teatralistas que dan a la trama ritmos de esgrima verbal, entre frases solapadas y tensiones ocultas. Un puro tira y afloja sin reposo (los directores de periódico no gestionan sus cosas de pie tanto tiempo). Hay recursos de lluvia borrascosa, teléfonos, licores, pero nunca con efectismo de melodrama. No es un texto confortable, exige al espectador. Un teatro de puro diálogo de los que ya ni se recuerdan, y se agradecerá haberlo visto para recordarlo.
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