Así fue la fiesta rockera por el 50 cumpleaños de Iñaki López

Iñaki López celebró el sábado su 50 cumpleaños con una fiesta por todo lo alto en Bilbao. El presentador de La Sexta se ha mostrado emocionado por la noche vivida y, sobre todo, por los amigos que se acercaron a fecilitarle y a disfrutar de una velada roquera en la sala Mytho de Bolueta. Así lo agradeció este domingo en su perfil de X (antes Twitter): «Fin de semana de celebración y mucho Rock'n'roll en Bilbao. Gracias a todos por venir! Eskerrik asko ta besarkada haundi bat denontzat!», escribió el portugalujo acompañado de una fotografía junto a su mujer Andrea Ropero.

Iñaki López, «el rockabilly de la tele», como le llama el amigo Pato, es un rocker de verdad que suele colocarse en primera fila de los conciertos a los que asiste y que tiene un sello discográfico de singles de vinilo llamado Hot45records. Para celebrar su 50º cumpleaños, el portugalujo montó este sábado en Bilbao, en la Sala Mytho de Bolueta, un concierto con tres grupos rock-a-rollers y con la entrada libre. O sea, un regalo de él para la agenda, para la afición, para la ciudad. Y la verdad es que teníamos miedo de que se petara la sala. De hecho conocemos al menos a dos melómanos que no asistieron temerosos de que se congestionara el local con gente más interesada en las celebrities y en el postureo que en el meneo y en el rock and roll, pero a la postre la Mytho se llenó de aficionados de verdad, entre ellos músicos como el baterista Carlos Malles (organizador del Bilbao Blues Festival), el guitarrista de General Lee, y los contrabajistas Pedro Larrauri (de The Reverendos, etc.) y el argentino Rodrigo Carranza (del tributo a AC/DC Debares, etc.).

Se corrió el rumor de que Iñaki tocaría la guitarra, y al preguntarle este enviado especial por el asunto, replicó: «¿tocar yo?, como no sea la botella de anís». Y a pesar de ser el altruista capitalista de la velada, Iñaki no fue protagónico. Se portó como un aficionado más de a pie, aunque los tres grupos contratados le felicitaron durante sus actuaciones y al subir a escena los segundos de la terna se le hizo entrega de una tarta que el cumpleañero recibió y lo agradeció en menos de un minuto.

Venga, al lío. Amenizaron todo el sábado noche los pinchadiscos Double Trouble DJs (o sea Deedee y Nash), y abrieron los conciertos Los Retumbes baracaldeses, un matrimonio con ella a la batería y él a la guitarra. Ambos con antifaces, tocaron 23 temas en 41 minutos (de 21.31 a 22.22), con Anita marcando el ritmo de manera determinada y tribal, y creciendo el repertorio en impacto e ingenio. Hubo varios instrumentales (bastantes batidos con maracas por Ana, por ejemplo 'Maracanuda'), y Andrés a la guitarra disparó riffs de punk irónico y de rock and roll primitivo, de garaje vía Thrashmen y de surf en la ola de los Ramones.

Y es que son Los Retumbes ya son más punks que antaño y recuerdan a los primeros Siniestro Total (no solo por la versión de 'Más vale ser punkie que maricón de playa') e incluso a los Espasmódicos. Además, son asocialmente asertivos en sus letras ('Eres idiota, y se te nota, 'Tatuaje de mierda', en la pierna izquierda, 'La música moderna', es una mierda, o esa en la que espetan «yo sé más que tú» y que se titula 'Cuñado'). Como motivo de vergüenza señalemos su versión de la canción hortera de los 90 'Ritmo de la noche', pero ellos alegan que estábamos en una fiesta.

Muy bien estuvieron Los Retumbes, y bien los siguientes, los madrileños Generador, ex Baby Horror, otro dúo mixto de batería y guitarra (también eran pareja, y lo sabemos porque tras una discusión por el orden de las canciones dijo por lo bajini uno a otro, ignoramos quién: «sí, cariño, tienes razón»). Tras agasajar a Iñaki con la tarta, Annie Baby a los tambores y la voz, y J. Horror a la guitarra y los coros (ah, él es el guitarrista de Fangoria), ejecutaron 20 temas de psychobilly garajero en 49 minutos (de 22.41 a 23.30 h), menos inmediatos que los de Los Retumbes (a los que envidiaron en público por su agilidad y velocidad), con un fondo de guitarra fuzz que aleaba a The Lords Of Altamont con la psicodelia, y evidenciando una deuda mórbida con Desechables e idolátrica con The Cramps, de quienes se declararon devotos de su iglesia. Además versionaron a Leño ('No voy más lejos', la de «yo sólo hago rock and roll», ¡mejorando a la original!), en al menos dos orignales parecieron fusilar a Ilegales ('Cementerio de la Almudena' nos recordó al 'Bestia, bestia', y luego tocaron otra que entrará en su próximo disco y que remitía a, ejem, el 'Eres una puta' de los asturianos), y dieron un bis doble con 'Me estoy peinando' y 'Sonrío demasiado para ser tan pobre'.

Cerraron la velada los madrileños The Bank Robbers, cuarteto de rockabilly denodadamente purista capitaneado por Marcos Sendarrubias, amigo y socio de Iñaki López en la disquera Hot45records. El líder avisó sobre el orden de los grupos: «después del punk, es complicado», pero dejaron el pabellón alto. En cuarteto (acústica Gretsch de Marcos, eléctrica Telecaster de Ismael, contrabajo de un sujeto de tupé y estética puramente Rock N Bordes, y batería completa), Los Ladrones de Bancos, también enmascarados pero con antifaces de peor calidad que Los Retumbes (también se los envidiaron en público), arbitraron 19 piezas en 58 minutos (de 23.56 a 00.54), con mayoría de versiones, algunas presentadas y hasta descritas por Marcos en la segunda mitad de su muy buen bolo.

Covers de Gene Vincent («a toda hostia», adelantó), de Johnny Cash («esta no la conocéis ni los completistas», presumió) o de Hank Snow, entre otras revisiones y originales en los que se batieron el cobre como epígonos de Johnny Burnette, Jerry Lee Lewis, Hank Williams, Ricky Nelson o Buddy Holly. «Llevamos seis ensayos, no estamos ni borrachos ni fumados, los errores son de verdad», ironizó Marcos, y luego prometió: «En primavera volveremos con el disco nuevo y prometemos ser una apisonadora». Pues ojalá podamos repetir.

Ah, y felicidades a Iñaki, que no se lo dijimos in situ. Y gracias por gastarse el dinero en invitarnos a buenos conciertos de rock and roll.

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