Mensaje y poesía, palabra de Maialen Lujanbio
EL CORREO charla en Hernani con la mujer que se ha convertido en la referencia indiscutible del bertsolarismo
«Se te va a quedar corto el anecdotario...». ¡Y tanto! Como cuando trata de dar caza a un bertso esquivo, la cabeza bullendo, Maialen ... Lujanbio (Hernani, 1976) no quiere que nada le distraiga el foco. «Yo quiero hablar de bertsolarismo. No de qué como antes de un campeonato, de cómo visto o de qué perfume uso. No me gusta nada ese rollo. Si me pongo un poco seca es por eso». El domingo pasado se llevó su tercera txapela, convirtiéndose en una referencia indiscutible del bertsolarismo. Y de eso quiere hablar. En una hora de conversación lo más íntimo que desliza es que le encanta escaparse con la furgoneta a los Pirineos y que esta Nochebuena le va a tocar ponerse a los fogones en casa.
Publicidad
Noticia Relacionada
«Cuando eres más joven tienes más gancho, la gente te apoya más»
Nos cita a media mañana en una cafetería de Hernani y nos invita a salir a la terraza -¡andamos buscando sombra en diciembre!-. El rincón nos resguarda del bullicio que se escucha en una ikastola cercana por el día de Santo Tomás. Pedimos un café y decimos que no al pintxo de txistorra que ofrecen con la consumición. Maialen solo bebe un vaso de agua.
«El silencio de 13.000 personas suena a respeto, a expectativas y a ilusión. Es muy potente»
Modesta pero agradecida, recibe las felicitaciones de los vecinos que le asaltan amistosamente al paso por su triunfo en la decimoctava edición del Campeonato de Euskal Herria de Bertsolaris. «Zorionak, ospatu txapela!» (¡Felicidades, celebra la txapela!). Nos topamos con media docena -un matrimonio mayor, dos chicos jóvenes...- mientras fichamos un sitio bonito para la sesión de fotos, que haremos en Los Tilos, en el centro de Hernani. Sus vecinos le abrazan, le palmean la espalda. Es profeta en su tierra, aunque las etiquetas le incomodan como un traje que queda pequeño.
No es que no le emocione el triunfo, pero no parece una pose cuando dice que si hubiera ganado Amets Arzallus se habría sentido «más contenta que contenta, súper feliz». «Tenemos nuestros egos y nuestro espíritu competitivo, pero cantamos entre amigos. Esto no es una carrera. La competición es la excusa casi, todos trabajamos para difundir el bertsolarismo y el euskera. Yo no voy buscando ningún récord ni quiero un triunfo de cualquier manera, recurriendo a cosas fáciles para ganar. No voy a eso».
Publicidad
«Todos tenemos nuestro ego y nuestro espíritu competitivo, pero cantamos entre amigos»
El mismo martes volvió al curro, una sesión de bertsos en Azpeitia con Amets Arzallus y Sustrai Colina, porque para ella esto es un trabajo. Es autónoma y vive de ello, aunque completa el sueldo con charlas y colaboraciones escritas. Hace unos cien 'bolos' al año -trabaja todos los fines de semana- en bares, museos, teatros, auditorios... Para unos pocos y para muchísimos, que el domingo en el Navarra Arena se agotaron los 13.000 asientos. Cualquiera que haya ido alguna vez a un campeonato sabe que el silencio que se hace cuando los bertsolaris se recogen unos segundos a pensar atrona. «Suena a respeto, a expectativas y a ilusión. Es un silencio llamativo. Y eso que no hay regidor que diga cuándo hay que callar o cuándo aplaudir. Es un momento muy potente». Nada que ver con estos días de resaca, trajín, entrevistas...
- Bueno, esto también es parte del premio, ¿no?
- No. Es la penitencia -bromea-.
Y eso que a ella no le llega más que el eco porque no tiene redes sociales, solo WhatsApp. «No me interesa estar en esas luchas de ideas ingeniosas, de críticas. Las redes cumplen su función y hay tráfico de información, discusiones interesantes... pero esa bulla no me interesa, prefiero estar a la sombra». Las únicas luchas que se presta a librar, dice, son con ella misma, cuando en las competiciones le retan con un tema que le descoloca. «El domingo, en el campeonato, me vi mejor por la tarde y el tema de la persona que limpia casas y regresa después de trabajar a la suya fue clave. Con ese tema me encontré una ola buena. Pero hace poco me tocó un tema sobre las luces de Navidad y pensé: ¡Me han matado! Luego nunca se sabe, ¿eh? Igual te sale algo mejor de eso que de un tema social, por ejemplo».
Publicidad
«Quiero hablar de bertsolarismo, no de cómo me visto o de qué perfume uso. Ese no es mi estilo»
Es cuando la cabeza se encuentra a un tris de quedarse en blanco. Maialen la baja, el ceño fruncido. Austero el escenario, lo es toda la estética que rodea al evento. Y la suya. «La actividad misma tiene un espíritu bastante austero y mi estilo personal es también así. No hay ostentación de nada porque la palabra a capela es tan delicada y tan frágil que todo lo visual, las luces, el movimiento, lo extraordinario... molesta, distorsiona. La palabra lleva un mensaje pero también es estética porque está rimada. Hay que buscar el equilibrio entre el fondo y la forma, me gusta combinar lo ideológico con lo poético». Sucede todo en segundos. «Primero buscas lo más profundo y lo más ingenioso y, si no te sale, vas luego a capas más superficiales».
«En las fotos suelo sonreír»
¿Y el humor?», porque Aitor Mendiluze y Amets Arzallus hicieron reír a la concurrencia del auditorio navarro mientras ideaban cómo hacerse un ataúd a medias. «El humor es esencial en el bertsolarismo y tiene la misma importancia que la idea más profunda o el pensamiento más elaborado. Cuando el humor resulta tiene un efecto tremendo, la gente lo agradece».
Publicidad
Le decimos que a ella se le ve seria a menudo. «Pues en las fotos suelo salir sonriendo». En las que hacemos para este reportaje también asoma una sonrisa natural. «¿Me quito la chaqueta?». «No, así está bien». No hay que repetir mucho.
Estos días le está tocando hacerse muchas fotos y ¡algún selfie! Y lo entiende. Pero mantiene el celo en torno a su intimidad. Lo ha hecho siempre y bromea con que, con los años, ha reforzado la barrera, va a ser que la veteranía en esto también es un grado. «No me gusta ser un personaje, lo digo con respeto». Mide las palabras.
Publicidad
«Es fundamental en los bertsos y tiene la misma importancia que la idea más profunda»
- Muchos chavales en la ikastola hablan en castellano en el recreo. ¿Por qué?
- Es un tema complejo que no se puede responder en dos frases. Pero sucede, sí. ¿Qué podemos hacer desde el bertsolarismo? Ofrecer una actividad lúdica y divertida, porque tiene parte de juego, para niños de cualquier realidad sociolingüística.
- Pero mucha gente se ha alejado del bertsolarismo porque lo ha asociado al ámbito exclusivo de la izquierda abertzale.
- Es muy delicado y complicado de contestar. Y hemos vivido unos tiempos que todos sabemos cómo han sido. Pero ese punto de vista es un punto de vista expresado desde el desconocimiento. Muchas veces se ha mirado al bertsolarismo como una cosa popular en el sentido despectivo.
Noticia Patrocinada
Ella tiene un compromiso profesional y personal con los bertsos desde que se iniciara con 11 años en la ikastola y debutara a los 15 en un campeonato en Hondarribia. «Lo que hice aquel día y lo que hice el domingo es lo mismo. Hay una sensación común, esa pequeña tensión y esa inseguridad de no saber si vas a estar fresca de mente, ágil, o no, cómo va a estar el público, si va a fluir la comunicación...». El otro día fluyó y Maialen se sintió bien. Siete horas sobre el escenario, con un parón a mediodía para compartir con los otros bertsolaris una paella.
«Soy autónoma y puedo vivir del bertsolarismo, que no es fácil»
- ¿Supo que era la ganadora antes de que lo anunciaran?
- No, pero me había quedado a gusto con lo que había hecho. Los compañeros te dicen: 'Vas bien', 'sigue apretando'... Hablamos entre nosotros.
Publicidad
Maialen escuchó su nombre. Levantó los brazos, aplaudió y abrazó a los compañeros. Se soltó la coleta y se ajustó la txapela. A esa hora de la tarde, más o menos, Leo Messi levantaba la copa en el Mundial de Fútbol de Qátar. Maialen todavía no sabía que había ganado Argentina. «Me enteré después, no estábamos mirando el móvil, claro. No me va ni me viene, pero me alegré de que hubieran ganado ellos». Entonces alguien dijo de ella que es la Messi del bertsolarismo, por aquello de la casualidad del momento. «¡Bah!, es una anécdota».
Tres detalles
-
Su lugar en Hernani. Los Tilos. «Me he pasado aquí toda mi niñez, en el frontón». «¿Y eras buena?». «Buenoooo...».
-
¿Qué le ha pedido al Olentzero? «Llevo años que no me trae nada, pero es por falta de fundamento mío, ¿eh?».
-
Al margen de los bertsos... «Me gusta andar por el monte. Quisiera ponerme a caminar y seguir y seguir. Juego a pala, pero a nivel aficionada. Y el fútbol lo sigo, pero no soy forofa».
«No sé si echar sopa a una obra de Van Gogh es la manera...»
Maialen no recuerda que quería ser de niña, pero dice que se pasaba las horas pintando. Luego estudió Bellas Artes y, aunque no se ha dedicado profesionalmente a ello, es una inclinación que está ahí. Le preguntamos por las acciones de los ecologistas activistas, que en los últimos meses han protagonizado llamativas protestas en museos. «Me parece que en lugar de echar sopa o tomate en una obra de Van Gogh podrían echárselo a los responsables más directos. Por un lado, está bien que hagan algo, pero las formas... No sé, igual son las formas de la gente joven, tal vez están inventando otras maneras de protesta y eso está bien. Ahora todo es mediático. Todo se hace para la foto, para Instagram, para las redes. Es más el efecto que la acción».
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión