Carmen Maura ha protagonizado una película hispanomarroquí en la que se desnuda a sus 79 años. Nunca antes lo había hecho en el cine y ... leo unas declaraciones suyas en las que bromea con la gracia que da la edad sobre la cuestión, recordando que lo más cerca que ha estado de algo lejana y cinematográficamente parecido fue cuando la metieron en la cama con Resines en 'Sé infiel y no mires con quién'.
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No. No me parece ese paso profesional de la actriz ni una cuestión morbosa ni algo que tenga que ver tampoco con la pornografía. Al contrario. Lo entiendo como un alarde valiente de realismo que va en contra del porno y el morbo zafios. Vivimos una época en la que se niegan las arrugas y las canas, las huellas que el tiempo deja en nosotros, y en el que hasta se presenta como progresista esa ocultación. Advierto incluso ciertos visos de gerontofobia en nuestros populismos. Y a mí me parece que, si hay algo progresista, puede ser esa desnudez tardía, madura y paradójicamente pudorosa de Carmen Maura.
La película se titula 'Calle Málaga' y es de una joven directora marroquí, Maryam Touzani. El escenario es Tánger y nuestra Carmen hace el papel de una mujer de edad avanzada, hija de exiliados españoles, que ha vivido siempre en esa ciudad portuaria, en un piso que ahora su hija quiere poner a la venta, a lo cual ella se resiste. Un drama amable que se estrenó en la Mostra de Venecia; que hizo un buen papel en el Festival de Toronto y que ya va camino de los Oscar. También su sello nacional de origen me parece digno de celebración. Marruecos es un país paradójico. Es abierto y cerrado a la vez, involucionista y avanzado. Abraza a Alá y al mismo tiempo al Amigo Americano. Se quita y se pone el velo. Por esa razón creo que cualquier paso hacia la apertura merece todo el apoyo.
La desnudez tardía, sí. Los primeros cristianos veían con buenos ojos que los hombres jóvenes se enamoraran de mujeres mayores. Hace años leí la tesis de que el prejuicio vino con la recuperación de la cultura griega que se produjo en el Renacimiento. No sé si el rescate de Platón tuvo esa fea contrapartida, pero en esta época en la que se habla tanto de los derechos de la mujer, luchar contra ese resabio sexista me parece una buena batalla. Por otra parte, a Carmen Maura yo la recuerdo levitando en las cuevas de Zugarramurdi o codeándose con la cuadriga y el auriga de la torre madrileña del Banco de Bilbao. Con esas impagables escenas de las películas de Álex de la Iglesia me pasa siempre que no acabo de saber si las he visto o las he soñado. Con la Carmen Maura que nos trae Maryam Touzani sé que no me pasará eso. Me deslumbrará por la belleza con que lleva su edad, que es el verdadero empoderamiento. Sé que esa desnudez seria, púdica y tardía me inspirará toda la admiración y el respeto.
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