Crítica de 'La puerta de al lado' (2021): La culpa y el perdón

El actor Daniel Brühl hace de hombre-orquesta en 'La puerta de al lado', su debut como director, con una historia centrada en los avatares que rodean la vida de un astro, que deja atrás un pasado lleno de éxitos para dar un cambio radical a su diario discurrir. Un entrometido vecino que le lee la cartilla y con el que entabla una tragicómica relación forma parte del tinglado, resuelto a base de humor negro.

Punto de partida para un título muy limitado, puesto en escena con una estética más teatral que cinematográfica, sin extraer todo su jugo a una historia de nuestros días, reflejo en buena medida de una Europa sumida en profundas contradicciones.

Ambientada en lo que fue Berlín Oriental, la cinta hace alusiones a la siniestra 'Stasi' (Ministerio para la Seguridad del Estado), conforme la cinta se escora hacia el 'thriller', en un conjunto de escenas aseadas que guardan relación con su endiosado protagonista. Es decir, con sus pequeñas batallas ganadas y sus grandes guerras perdidas.

Pedir perdón no es un asunto baladí: exige fuerza de voluntad, espíritu de enmienda, considerar al otro como un ser humano equitativo a nuestra propia humanidad y, sobre todo, conmoverse por la responsabilidad de nuestras acciones, que generaron un dolor insoportable a ese otro ser humano.

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