Crítica de 'La memoria de un asesino' (2022): Rebobine, por favor

Liam Neesom siendo el último Liam Neeson, el que conocimos a partir de 'Venganza', y lleva interpretando pequeñas variaciones del mismo personaje desde que se puso en la piel de Bryan Mills en 2008. Las hay mejores ('Caminando sobre tumbas') y peores ('El protector'), pero en todas Neeson ofrece lo que se espera de un actor que conoce de sobra el oficio y, aunque con achaques (ya no está para sprints y coreografías en plano medio), conserva una planta que intimida lo suficiente como para dotar de verosimilitud a tipos duros, de mirada acerada con un dossier secreto y un pasado oscuro y tortuoso.

Afortunadamente, no está en la misma situación que Bruce Willis (uno de los casos de explotación más aberrantes de la industria), y lo que da es exactamente lo que promete en el tráiler, con la particularidad (que no lo será tanto para quienes conozcan 'Sin identidad') de que en esta ocasión es un asesino que empieza a sufrir los primeros síntomas del Alzheimer. La idea no es original sino una nueva versión de la novela del escritor belga Jef Geeraerts que ya fue adaptada por Erik Van Looy en 2003, sobre la que Martin Campbell ('Casino Royale') se emplea con un 10% de la energía que le imprimió a 'El extranjero'. El resultado es un thriller con ínfulas de comentario político que en menos de dos meses irá directamente al cajón desastre de alguna plataforma.

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