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MIKEL CASAL
Ciencia | Física

Días de radio

Aunque la radiodifusión comercial no comenzó hasta 1920, su origen tiene el punto de partida en el año 1800

Mauricio-José Schwarz

Viernes, 30 de diciembre 2022, 10:44

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La radio como medio de entretenimiento o informativo es resultado del trabajo de una sucesión extraordinaria de descubrimientos que tienen su punto de partida en 1800. Ese año el astrónomo William Herschel trabajaba sobre la experiencia de Newton descomponiendo luz solar con un prisma y colocando un termómetro en cada uno de los colores del arcoíris para conocer su temperatura. Ahí descubrió que esta aumentaba al desplazarse del violeta hacia el rojo.

De manera más intrigante aún, al mover el termómetro más allá del rojo, la temperatura aumentaba. Al parecer, por debajo del color rojo había una radiación invisible aún más caliente a la que llamó 'infrarroja'. Había descubierto que había fenómenos desconocidos más allá de la luz visible.

Pasaron 61 años antes de que el británico James Clerk Maxwell, publicara un conjunto de ecuaciones que formarían la base del estudio del electromagnetismo, es decir, la fuerza que podía manifestarse como electricidad y como magnetismo y cuya interrelación había demostrado Hans Christian Oersted y estudiado, entre otros, Michael Faraday. Entre otras cosas, el trabajo de Maxwell a partir de ese año predecía la existencia de unas misteriosas perturbaciones electromagnéticas invisibles como las de Herschel, y capaces de viajar por el espacio a la velocidad de la luz. Esto indicaba, además de algunas cuestiones más, que la luz era una de esas perturbaciones u ondas electromagnéticas, parte de un universo de fenómenos hasta entonces oculto a la vista humana.

El trabajo de Maxwell, que es hoy la base de gran parte del conocimiento que tenemos del electromagnetismo, no fue ampliamente aceptado hasta 1886, cuando el físico alemán Heinrich Hertz se propuso probar en la práctica las propuestas del británico. Entre las ondas electromagnéticas que proponían las ecuaciones de este las había de muy baja frecuencia, por debajo del infrarrojo, que teóricamente podrían crearse haciendo que oscilaran las cargas en un circuito eléctrico. Hertz procedió a desarrollar un equipo capaz de generar y detectar estas ondas. Publicó sus resultados en 1888 mostrando cómo había podido transmitir y recibir esas ondas de radio.

A la muerte de Hertz, Oliver Lodge demostró que las entonces llamadas 'ondas hertzianas' mostraban las mismas propiedades de la luz en cuanto a fenómenos como la refracción, difracción o polarización, confirmando así que la luz era solo una manifestación del electromagnetismo. Empezó entonces el estudio de todo el espectro electromagnético que hoy conocemos.

En la década de 1890 se empieza a teorizar sobre la posibilidad de utilizar las ondas hertzianas como ayudas a la navegación o, incluso, para la comunicación de información de algún tipo. Fue el italiano Guiglelmo Marconi quien en 1894 comenzó a trabajar en la idea de transmitir y recibir las ondas y creó un dispositivo que podía hacer sonar una campana a 10 metros. Fue el primer mando inalámbrico a distancia y la base de su telegrafía sin hilos, mediante la cual una llave telegráfica podía enviar mensajes en código Morse (un sistema que codifica las letras como secuencias de pulsos largos y cortos) pero sin las largas y frágiles líneas que desde 1840 se habían tendido a lo largo y ancho de distintos países y entre ellos para obtener una comunicación mucho más rápida que nunca antes.

A partir de aquí, Marconi y otros trabajarían en la forma de hacer eficaz, eficiente y viable la comunicación por radio, utilizando antenas de cada vez mayores, mejorando los aparatos que generaban y recibían las señales. La compañía de Marconi desarrolló la telegrafía sin hilos cuyo momento más dramático se produjo en abril de 1912, cuando un renqueante 'Titanic' envió sus mensajes de solicitud de ayuda que permitieron que el 'Carpathia' llegara a tiempo de salvar a 750 pasajeros del hundimiento.

En 1870 se desarrolló una técnica para que una señal de radio portadora de la información fuera acompañada de una segunda señal cuya amplitud (la altura de la onda) variara en correspondencia a la primera, lo que le permitía viajar más lejos conservando la información. Fue el primer experimento de la llamada 'amplitud modulada'.

La radio empezaría a utilizarse entonces sobre todo en alta mar, donde la comunicación alámbrica era imposible.

La radiodifusión como la entendemos hoy comenzó en 1906 cuando el inventor canadiense-estadounidense Reginald Fessenden desarrolló una forma de usar la amplitud modulada para lanzar la primera transmisión de un programa de voz y música desde Brant Rock, en la costa de Massachusetts, en los Estados Unidos, y que podían escuchar los barcos de los alrededores. En 1915 se introdujo la tecnología de tubos de vacío capaces de amplificar la corriente eléctrica y mejorar las transmisiones y la eficacia del equipo, abriendo las puertas a la radiodifusión comercial que nació en 1920.

Pero la amplitud modulada transmitía un sonido de baja calidad, lo cual no era tan notorio en la voz humana pero sí en la música, lo cual impulsó el trabajo para que en 1930 el estadounidense Edwin Armstrong desarrollara la transmisión de radio de frecuencia modulada que, como su nombre indica, transmite la información variando no la amplitud de las ondas de radio, sino la frecuencia. La calidad de la recepción es mucho mejor aunque, como sabe cualquiera que viaje oyendo radio FM, las barreras físicas la afectan más que a la AM y no se recibe en túneles o cañadas.

Por primera vez en la historia, la música, toda la música, y las noticias de manera actualizada, estaban al alcance de todos los seres humanos. Incluso pese a la aparición de la televisión, que el joven Philo Taylor Farnsworth desarrolló en 1927, la radio se ha mantenido como un medio de comunicación eficaz y directo, aunque un tanto en declive ante las posibilidades del 'streaming' de música o 'podcasts' en plataformas especializadas.

Pero estamos muy lejos del fin de la radio porque… las transmisiones de televisión se realizan mediante ondas de radio, que se transmiten a frecuencias más altas dentro del espectro electromagnético. Y lo mismo ocurre con toda la telefonía móvil, el servicio de Wi-Fi, el Bluetooth y prácticamente cualquier tecnología a distancia sin hilos. Quizá porque llamamos radio a la radiodifusión de música y voz por AM y FM nos olvidamos de que ese podcast que estamos escuchando por el teléfono móvil es solo una variante moderna de aquel primer comando con el que Marconi hizo sonar una campana.

Radio celestial

El universo emite constantemente también señales del espectro electromagnético que no podemos ver pero sí percibir con grandes receptores de radio especializados, a los que llamamos radiotelescopios y que nos permiten conocer aspectos distintos y más completos de cuanto nos rodea.

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