La cantera vasca de la biomedicina hace avances en la detección del cáncer y el alzheimer
Alumnos del Máster en Tecnologías Biomédicas de la Universidad de Mondragon diseñan sus propias herramientas para el diagnóstico precoz de enfermedades
Laura González
Lunes, 20 de junio 2022, 00:12
Las nuevas tecnologías están abriendo cada día nuevas puertas al servicio de la humanidad, tanto a nivel alimenticio con por ejemplo con la creación de productos transgénicos, como para el desarrollo de nuevos combustibles, la puesta en marcha de procedimientos más sostenibles para el mundo marino y contra el cambio climático, el estudio para la obtención de nuevas vacunas y medicamentos, o, entre infinidad de aplicaciones más, el diseño de herramientas que facilitan el diagnóstico de enfermedades.
Con motivo del Día Internacional de la Biotecnología, que se celebra cada 16 de junio, la Universidad de Mondragon (Mondragon Unibertsitatea, MU) resalta que, concretamente en el terreno biomédico, existe una alta tasa de empleabilidad de los formados en esta especialidad «cercana al 100%», y una también muy elevada demanda del mercado por este tipo de perfil. En sus instalaciones se imparte tanto el Grado de Ingeniería Biomédica como el Máster Universitario en Tecnologías Biomédicas.
Su objetivo principal es el de, gracias al conocimiento de sus alumnos y al uso de tecnologías punteras, diseñar proyectos que den soluciones a necesidades reales, para prevenir enfermedades, desarrollar nuevos tratamientos o contribuir a mejorar la salud de las personas. Casi todos se ayudan para ello de la inteligencia artificial, como es el caso de Iñigo Tellaetxe e Imanol Isasa, dos ingenieros biomédicos que tienen entre manos un proyecto para el diagnóstico del Alzhéimer a partir de imágenes de resonancia magnética.
«Cada hora se diagnostican en el mundo cinco casos nuevos de demencia. El incremento de las enfermedades neurológicas en los últimos años ha crecido mucho y nos parecía importante poner en marcha un proyecto que pudiera ayudar a la detección precoz del alzhéimer y al modelado de la enfermedad». Además, según explica Tellaetxe, natural de Barrika, «en Euskadi, tras algunos estudios realizados, hay ciertas familias en las que la enfermedad es más prevalente, por genética».
Respaldados por la estadística, técnicas de procesado digital y resonancia magnética de difusión, observan en numerosas imágenes ya adquiridas cómo está 'cableado' el cerebro, buscando posibles alteraciones en esa conectividad entre sujetos 'normales' y otros con alzhéimer ya diagnosticado. Además, observan cómo se mueve el agua dentro de las neuronas, para ver si existen nuevamente diferencias. Partiendo de la hipótesis de que los pacientes con esta enfermedad tienen menos conectividad, han podido identificar «de manera inequívoca y respaldado por escritos ya existentes, regiones críticas que afectan en el desarrollo de la enfermedad, como son la ínsula y el hipocampo». «El objetivo final de todo esto es mejorar la calidad de vida de las personas. Queremos entender cómo afecta esta enfermedad y dónde, para poder poner en marcha estrategias de terapia».
Identificar tumores
Eso mismo es lo que buscan la guipuzcoana Maddi Arregi y la baracaldesa Amaia Sanz, dos ingenieras biomédicas que con su proyecto han logrado que una aplicación, creada por ellas mismas, pueda detectar en una simple mamografía la existencia de un tumor. «Hemos probado con una base de datos de 600 imágenes y ha sido capaz de identificar todos los tumores. Es un gran avance, aunque todavía queda lograr que otro algoritmo pueda reemplazar el proceso de una biopsia para saber directamente si es maligno o benigno», declara Arregi.
Nuestra labor no es curar, pero sí mejorar la calidad de vida de las personas aprovechando los avances de la ciencia
maddi arregi y amaia sanz
Investigadores de MU
Ellas mismas se han mostrado sorprendidas de los resultados obtenidos. «Cuando empiezas a hacer un proyecto de investigación tienes hipótesis de qué va a salir o de qué no, pero nunca te esperas que vaya a funcionar así con tantas imágenes. La inteligencia artificial facilita mucho las cosas. Nuestra labor no es curar, pero sí mejorar la calidad de vida de las personas aprovechando los avances de la ciencia, desarrollando algoritmos de diagnóstico que permitan detectar la enfermedad en etapas muy tempranas para prevenir deterioros».
Después de ser testados con éxito, el siguiente paso es tratar de vender los proyectos para que puedan ser implementados y solucionen problemas reales. «Es lo más importante después de crear una herramienta de este tipo, tener una comunicación con el usuario final, en este caso los médicos, para ver en qué y cómo les puede ayudar, y que pueda servir para mejorar la vida de las personas en el día a día».
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