Figura de bronce de la niña con mirada al frente que desafía al célebre 'Charging bull' de Wall Street.

La niña respondona y el toro

Convertida en un nuevo icono de Nueva York, una escultura de bronce ubicada frente al 'Charging bull' pretende llamar la atención sobre la brecha de género que hay en el sector de las finanzas

Itsaso Álvarez

Martes, 11 de abril 2017, 00:49

La figura de bronce de la niña con mirada al frente que desafía al célebre 'Charging bull' de Wall Street, un toro, también de bronce, que representa «la prosperidad y el optimismo de los mercados al alza», lleva un año reuniendo a su alrededor a cientos de curiosos que cada día la abrazan, la besan, la adornan con flores y se hacen selfies y vídeos a su lado, aparte de comentar su significado. La pequeña, obra ubicada en el parque Bowling Green del Distrito Financiero de Manhattan, mide 1,27 metros y pesa 113 kilos. Se trata de una niña con coleta y con un vestido que mueve el viento que aparece plantada con determinación, de pie y con los brazos en jarras, a unos metros del hocico del toro. Tiene un gesto muy característico, la barbilla ligeramente levantada en actitud desafiante. Su nombre original es 'She' (ella), pero a la gente le ha dado por llamarla «fearless girl» (muchacha audaz). Su presencia se debe a un golpe de marketing lanzado por la agencia publicitaria McCann New York a instancias de la firma inversionista State Street Global Advisors (SSGA), que no quería otra cosa que simbolizar el creciente (e insuficiente) número de mujeres en posiciones de liderazgo en todo el mundo y, además, llamar la atención sobre la brecha de género que hay en el sector de las finanzas. El mismo Wall Street es un territorio claramente dominado por el espectro masculino.

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«La niña representa el presente y el futuro. No teme al toro, ella está confiada, sabe de lo que es capaz y quiere que el animal tome nota», describe Stephen Tisdalle, jefe de la oficina de mercadotecnia de SSGA a un periodista de 'The Wall Street Journal'. La pieza de bronce se colocó en vísperas del 8 de marzo de 2016, Día Internacional de la Mujer, y su autora es la escultora uruguaya establecida en Estados Unidos Kristen Visbal, especializada en el moldeo a cera perdida, un procedimiento escultórico que permite obtener figuras de metal (generalmente bronce y oro) por medio de un molde que se elabora a partir de un prototipo modelado en cera de abeja. «La figura tiene un punzante poder femenino», ha dicho la artista. Para ella, que argumenta haberse inspirado en la «hija de siete años de una amiga» y en «una niña latina de nueve» que conoce, «una mujer puede ser delicada y pequeña como una niña», de manera que el mensaje que transmite en pleno centro financiero es «claro: ¡Eh, las mujeres estamos aquí!».

Estaba previsto que la estatua de la niña fuera eliminada de la vía pública el pasado 2 de abril, hace nueve días, porque fue concebida como instalación temporal. Pero al igual que le sucedió el astado en su momento, la popularidad que ha cosechado ha sido tal que el Ayuntamiento de la ciudad ha decidido dejarla ahí al menos hasta febrero de 2018. El propio alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, se ha confesado en más de una ocasión «fanático» de la muchacha audaz. Además, sendas peticiones en las plataformas de recogida de firmas Care2 y Change.org han superado las 50.000 adhesiones en conjunto y el hashtag #FearlessGirl que nació para apoyar la propuesta se ha propagado como la pólvora día a día. Algunos de los admiradores de la obra aducen que «la igualdad no es asunto temporal», que esta estatua «es un poderoso mensaje» y que «debería ser una estructura permanente que muestre al resto del mundo que las mujeres no se echarán atrás». Asimismo, legisladores y activistas locales, entre los que se encuentran la Defensora del Pueblo de Nueva York, Letitia James, han instado a las autoridades a mantenerla de por vida.

Pero como en todo, la 'niña valiente también tiene sus críticos y detractores. Entre los primeros, algunas asociaciones feministas, que en lugar de una niña de aspecto respondón, pero al fin y al cabo niña, preferirían que los ejecutivos de Wall Street se enfrentaran a diario con la mirada de «una mujer sin miedo». Y entre los segundos, precisamente, el autor de del bovino, Arturo Di Modica, que piensa que «no es un símbolo», sino «un truco publicitario» de la firma de inversiones y, además, no quiere que su toro, del que suele decirse que tocando sus partes más nobles los viajeros se ganan un billete de regreso a Nueva York, aparezca ahora convertido «en un villano, en un opresor» a quien una niña planta cara. A Di Modica no le falta razón cuando se queja de que la nueva figura ha transformado por completo el significado de una de las obras públicas más conocidas de Nueva York. Él colocó la escultura de la noche a la mañana y sin permiso alguno en una mediana del tráfico de Manhattan a raíz de la caída de la bolsa de 1987. Pretendía llamar la atención sobre la resistencia financiera de los estadounidenses y su espíritu de que todo es posible, pero algunos seguidores de la chica de bronce ya ven al toro desde una perspectiva muy alejada de este planteamiento inicial. Curiosamente, en su día, a algunos ricos dirigentes de las corporaciones no les hizo ni pizca de gracia el toro y lograron que fuera retirado apenas unas horas después de aparecer en la calle. Pero para entonces el morlaco había logrado hacer tanto ruido que el Ayuntamiento dio marcha atrás.

En fin, lo cierto es que el escultor tendrá que apechugar durante un tiempo, que podría acabar siendo indefinido. «Nos emociona que 'Ella' pueda seguir compartiendo su mensaje positivo e inspirar la próxima generación de mujeres líderes», han señalado, por su parte, desde la firma SSGA. La compañía se apoya en un dato «de las 3.000 empresas estadounidenses más grandes, solo una de cada cuatro tiene alguna mujer en el equipo de dirección», aunque la verdad es que da poco ejemplo porque en su junta de gobierno, de un total de once cargos, tan sólo tres están ocupados por féminas. Por lo pronto, con la niña de bronce convertida en nuevo icono del distrito financiero neoyorquino y en atracción turística se queda también la leyenda que tiene a sus pies y que reza así: «Know the power of women in leadership. SHE makes the difference» (conozca el poder del liderazgo de la mujer. ELLA marca una diferencia).

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