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Cartel del documental 'Sepideh. Reaching for the stars'.

La chica del telescopio que sueña con ser astronauta

Una joven iraní llamada Sepideh Hooshyar protagoniza el cartel del VIII Festival Internacional de Cine Invisible de Bilbao

Itsaso Álvarez

Martes, 11 de octubre 2016, 01:48

Hay estos días dispuesto en varios soportes publicitarios de Bilbao un cartel que anuncia la celebración de la octava edición del Festival Internacional de Cine Invisible 'Film Sozialak', un evento que se inauguró este martes en el auditorio del Azkuna Zentroa. La imagen que ilustra el cartel es la de una mujer que lleva consigo un enorme telescopio. Mira al firmamento y va vestida de negro, con un atuendo largo que le cubre la cabeza. Es musulmana. Existe, su nombre es Sepideh Hooshyar y vive en Saadatshahr en la provincia iraní meridional de Fars. De hecho, es la protagonista de un documental que narra su vida titulado 'Sepideh. Reaching for the stars' dirigida por el cineasta danés Berit Madsen en el año 2013 y que se emitirá en el marco del festival en varias salas vizcaínas. El 14 de octubre a las siete y media de la tarde en los Golem Zinemak; ese mismo día a las 19.40 horas en Torrebilleia Aretoa de Mungia; y el lunes 17 de octubre a las ocho de la tarde en los Cines Florida de Vitoria.

La película revela la historia de esta mujer que, cuando tenía 14 años, soñaba con ser un astronauta a pesar de las limitaciones de su cultura y el género. Madsen pasó casi cinco años rodando las vivencias de esta chica que se pasaba las noches observando las estrellas con un telescopio, después de conocerla por casualidad en un festival de astronomía a las afueras de Teherán. «Me llevó la curiosidad», dijo Madsen sobre el día que asistió a este evento. «Y entonces, una noche oscura, la conocí, bajo el cielo estrellado. Fue casi como una historia de amor». A través de ella supo que, cuando el padre de Sepideh murió de forma repentina, ella descubrió que al ver las estrellas podía sentirlo más cerca. Por eso en parte soñaba con ir a la universidad y ser astronauta. También descubrió que no todo el mundo apreciaba la ambición de esta joven por llegar tan alto. Después de todo, ser astronauta no es precisamente un objetivo muy realista para una mujer en Irán. Además, la familia de la joven no tenía dinero para pagar la universidad. Su madre y su tío estaban preocupados por ella. Veían que no quería aprender a cocinar, que casi nunca visitaba a su familia y que el matrimonio no entraba en sus planes.

El documental de Berit Madsen sigue a esta joven y valiente iraní mientras observa las estrellas, así como en la escuela, en la mezquita y en su casa, donde las tensiones se elevan constantemente. También explora hasta qué punto sus sueños son realidad y las expectativas de lo que le rodea. Por suerte, Sepideh, que a día de hoy estudia Física en una pequeña universidad de su país, es capaz de expresar todos sus pensamientos, sueños y preocupaciones en las cartas que escribe a su héroe, Albert Einstein. Sepideh también revela que pretende seguir los pasos de su heroína, Anoushesh Ansari, que fue la primera mujer iraní en llegar al espacio, otra mujer cuya historia, como la de Sepideh Hooshyar, merece la pena destacar.

Su inspiración

Anoushesh Ansari es una ingeniera que pocos días después de su 40 cumpleaños se convirtió, hace seis años, en la primera mujer musulmana e iraní en ir al espacio. Lo hizo en calidad de turista espacial, financiándose ella misma el viaje. Pagó 20 millones de euros para poder realizar este paseo único, toda una aventura. Durante su permanencia de diez días en el espacio realizó dos experimentos de la Agencia Espacial Europea y un tercero del Consorcio Aeroespacial Ruso de Energía. A su vuelta señaló: «Quiero decirle a las mujeres iraníes que ellas pueden lograr lo que sea que ellas quieran; son mujeres valientes, así que pueden lograr cualquier cosa que se propongan y hacer realidad sus sueños». Sin embargo, se le pidió que retirara la insignia iraní de la manga de su traje de astronauta y, ante la insistencia de los gobiernos de Rusia y Estados Unidos, se vio obligada a prometer que no emitiría más mensajes políticos. Lo que cumplió en parte. Escribió su aventura en un blog. En sus escritos afirmó que los éxitos que había obtenido debían suponer un ejemplo para todas las mujeres. «Me inspiré mucho en las mujeres turcas. Muestran esfuerzos en cada área. Las mujeres turcas me dan mucha confianza», dijo.

Ansari había nacido en Irán. Se empeñó en estudiar Ciencias y, ante las dificultades que esto entrañaba en el Irán teocrático, su familia la envió a casa de unos parientes que vivían en Carolina del Norte, Estados Unidos. Acabó doctorándose en Ingeniería y Ciencias Informáticas. Siempre tuvo la secreta aspiración de ser astronauta. De joven era una ferviente seguidora de las aventuras televisivas de la serie Star Trek. Trabajó en empresas de telecomunicaciones, obtuvo varias patentes en este campo y en 1993 empezó su carrera de empresaria creando Telecom Technologies Incorporated. En el año 2000 esta empresa se fusionó con Sonus Network. La operación la hizo millonaria, a ella y a su familia. «Nací en Irán y tengo lazos sentimentales con ese país, pero si no fuese por las oportunidades y la educación que he recibido en los Estados Unidos, ahora no estaría aquí», suele recordar esta mujer.

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