Cantabria es una de las comunidades con numerosos episodios. DM

Ocho casos de heces en las piscinas de Orduña en un mes encienden las alarmas

La ciudad vizcaína es la última 'víctima' de este reto viral entre jóvenes que ha afectado a más de 300 instalaciones en todo el país

Iñigo Agiriano

Orduña

Miércoles, 16 de julio 2025, 14:04

Desde su apertura el sábado 14 de junio, las piscinas municipales de Orduña han registrado hasta ocho casos de defecaciones que han provocado cierres temporales. ... Cansados de una situación que se ha dado con demasiada asiduidad como para considerarla un simple accidente, el Ayuntamiento publicó ayer un comunicado en el que hacía un llamamiento al civismo para evitar que esta desagradable e insalubre situación se repita.

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Desde el Consistorio recuerdan que las piletas son de uso público y que su disfrute depende «del comportamiento responsable» de sus usuarios. Destacan a su vez que actos de este tipo «comprometen la salubridad de los bañistas» y conllevan «un importante coste económico». Advierten por último de que en caso de detectar un nuevo episodio las instalaciones deberán cerrarse «entre 24 y 48 horas».

Desgraciadamente, el caso de Orduña no es una excepción. Albacete, Alicante, Salamanca, Valencia, La Rioja o Cantabria son algunas de las provincias o comunidades autónomas donde se han producido situaciones del mismo tipo. En Bizkaia se han dado en Galdakao, debido a un grupo de adolescentes que accedió ilegalmente a las piscinas, y en Sopela, donde el club Arrietara ha sufrido hasta nueve episodios en lo que va de verano.

El origen del problema parece hallarse en un reto viral entre jóvenes, consistente en defecar en una piscina y obligar así a su clausura. Un reto que no es nuevo, sino del que empezaron a registrarse casos en el verano de 2018. En lo que llevamos de temporada estival más de 300 piscinas se han visto afectadas a lo largo del país.

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El alcalde de la localidad, Iker Santocildes, explica que la mitad de los casos se han dado en la piscina mediana. «Si todos fueran en la de pequeños podríamos pensar que son casualidades, pero en la otra se bañan adultos», apunta. «Nos llama la atención que hayan sido tantos casos. Entendemos que no son accidentes», señala el primer edil.

Lo que se plantea como una broma supone no solo un evidente perjuicio para el resto de usuarios de las instalaciones, sino también un peligro para la salud pública. Especialmente en el caso de los niños, más propensos a contraer infecciones gastrointestinales fruto del contacto con agua contaminada. Sanitarios de Orduña advierten de los riesgos de que las heces no se detecten a tiempo y se disuelvan «lo que puede provocar un brote por intoxicación y colapsar las urgencias».

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Los habitantes de la localidad se muestran contrariados ante la situación. Ana, una vecina, destacaba que sabía que en dos casos «se trataba de niños pequeños», pero desconocía que eran tantos. Cristina, otra residente, reconocía que son demasiadas veces «para ser casualidad». Sus hijos acuden a un campus de verano en el pueblo que utiliza la piscina en algunas de sus actividades, y se lamentaba de no poder usarla. «Hoy les tocaba ir y no van a poder. Da pena con el buen día que hace».

En el comunicado el Ayuntamiento hacía hincapié en el laborioso proceso que se pone en marcha cada vez que se da un episodio de este tipo, que implica el desalojo del vaso afectado, la retirada manual de los restos y la «cloración de choque del agua, aplicación de productos desinfectantes y limpieza del fondo». Desde el Consistorio apelan a la responsabilidad individual y colectiva para «preservar este espacio de ocio en las mejores condiciones posibles».

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