Vista de la rotonda que dentro de 18 meses será historia. pedro urresti

Las obras para eliminar la gran rotonda del IMQ y urbanizar Zorrozaurre arrancan este mes

En diez días llegarán las máquinas a dos puntos esenciales para el desarrollo de un proyecto al que apenas ha afectado el Covid-19

Viernes, 5 de junio 2020, 00:43

Puede que ahora sea más necesario que nunca mantener en pie algunas certezas y ciertas inversiones. Como el desarrollo de Zorrozaurre. El gran proyecto urbanístico ... al que Bilbao confía una porción importante de su prosperidad futura está a punto de dar pasos vitales. El próximo lunes, 15 de junio, arrancarán las obras para eliminar la gran rotonda frente al IMQ, donde se habilitará una parcela para construir tres edificios con unos 230 pisos; y también se iniciará la urbanización de la punta norte de la isla, una vez que los suelos han sido descontaminados.

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Durante los últimos meses de parones y confinamientos ha habido afecciones a los tajos en marcha y también a los procesos de contratación, pero de dimensiones poco relevantes. De modo que ha sido posible adjudicar las obras mencionadas. De hecho, se firmaron ayer mismo, según reveló a este periódico Juan Carlos Sinde, gerente de la comisión gestora de Zorrozaurre. Por cuantía, la más potente es la urbanización de la punta norte, que ejecutará la UTE Cantábricas-Viuda de Sainz por 12,3 millones de euros (IVA excluido). Durante 28 meses tomarán forma las calles, plazas y jardines, y quedarán delimitados los solares donde se construirán los primeros bloques de viviendas (algunos de ellos se levantarán de manera simultánea al desarrollo de la urbanización).

Se mantiene el ritmo de los trabajos pese a la incertidumbre económica porque el coste financiero de un parón sería enorme

hacia delante

Pero la afección más inmediata para un montón de gente llegará con las obras en la gran rotonda frente al IMQ, lugar de tránsito para miles de vehículos -por ahí se accede al puente Euskalduna- que pasará a la historia. Los trabajos correrán a cargo de Viconsa, costarán 3,2 millones (IVA excluido) y se prolongarán durante 18 meses en los que los desvíos de tráfico serán cambiantes y constantes. «Va a haber muchas fases intermedias», avisa Sinde. Primero, entre finales de junio y principios de julio «las afecciones serán muy sencillas, con desvíos para evitar zanjas que se comenzarán a abrir». Pero a finales de julio ya llegarán «desvíos serios y cortes de calles». Una operativa que también supondrá un quebradero de cabeza para el Área de Movilidad.

Cosas pendientes

De cara al tránsito peatonal por el paseo de la ría, en esta zona habrá un solo cambio durante todo el transcurso de la obra: se cerrará el paso en el segmento de Botika Vieja y la gente tendrá que irse a la calle Morgan para luego recuperar la ruta ribereña a la altura del IMQ. La zona peatonal en este punto se está ahora rematando y estará lista «a mediados o finales de julio», apunta Juan Carlos Sinde.

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Este tajo, el paseo entre el puente de Frank Gehry y las pistas de skate frente el Igualatorio, es una de las obras afectadas por el parón causado por la alerta sanitaria. En principio, debería haberse concluido poco después de Semana Santa. «Ahora únicamente queda la jardinería, alumbrado y algunos remates» que en mes y medio estarán listos. Es decir, para cuando las afecciones al tráfico comiencen en la rotonda.

Durante 18 meses habrá serias afecciones al tráfico en la glorieta y se cortará el paseo peatonal

nuevos edificios

La otra obra en marcha que se ha visto penalizada por la llegada del coronavirus es el puente de Visesa que une el barrio de San Ignacio con la isla, junto a la sede de Idom. Estará rematado, según Sinde, a finales de este mes. Se trata de un hito importante por dos razones: la primera, porque por él circulará la maquinaria pesada que se utilizará para urbanizar la punta norte (para los trabajos previos, en las próximas semanas, se accederá por el puente de Frank Gehry y se atravesará la isla). El segundo elemento que da relevancia colateral a este puente es que el parque de San Ignacio sólo se podrá rematar cuando se concluya. Ya se está avanzando en los trabajos en la zona verde aprovechando cada hueco que dejan libre los operarios de Visesa.

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Como en todas las inversiones que se están ejecutando ahora, la pregunta obligada es si van a ser sostenibles con la crisis que se viene encima. En Zorrozaurre han hecho esta reflexión, ha habido dudas, pero finalmente se ha decidido seguir adelante. La junta de concertación (el organismo que dirige el proyecto y que está compuesto por los dueños del suelo, ya sean administraciones o empresas) dispone ahora de 150 millones de euros, «de los que llevamos invertidos 75». El hecho de parar «es peor que seguir adelante porque una vez que está lanzada la inversión, si se detiene, los costes financieros son enormes».

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