LUIS ÁNGEL GÓMEZ

El mayor semillero de empresas innovadoras de Bizkaia da frutos

Bic Bizkaia, especializado en las «tecnologías de alto valor añadido, las bio, micro y nano», genera ya 354 empleos y factura 31 millones de euros

Sábado, 24 de abril 2021, 01:11

Es la mayor incubadora de empresas de Bizkaia y está situada en el parque tecnológico, aunque dentro del municipio de Derio. «Bic Bizkaia es un ... proyecto orientado a impulsar y acelerar los procesos de creación e innovación de las empresas; una incubadora especializada y avanzada en sectores y tecnologías de alto valor añadido. Priman aquellos que utilizan tecnologías bio, micro y nano, tecnologías limpias y manufactura avanzada», explicó la diputada de Promoción Económica, Ainara Basurko. Sus 6.000 metros cuadrados, divididos en dos plantas, contienen módulos individuales para cada firma, talleres preparados para manufactura avanzada y laboratorios de bio, micro y nanotecnología. Hay también servicios de «tutorización y aceleración». Es un ecosistema creado con el apoyo de la Diputación y el Gobierno vasco -a través del Grupo SPRI-. Para Basurko, «este modelo de semillero de empresas favorece la interacción y la cooperación entre ellas, lo que genera muchas oportunidades de innovación y desarrollo».

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En el territorio hay otras cinco incubadoras de esta naturaleza. Suman 8.500 metros cuadrados, que están ocupados al 75%

A las puertas del bloque, de aire moderno, un grupo de jóvenes charla y apura un cigarrillo. Los mayores son treintañeros y parecen estar por encima de la media de edad. En la planta baja hay 13 módulos individuales para empresas y «talleres de manufactura avanzada y tecnologías limpias». En la primera, otros 18 espacios para compañías y una zona de 200 metros cuadrados de laboratorios de última generación.

En Bic Bizkaia se ubican en la actualidad 22 empresas, que dan empleo a 354 personas y facturan 31 millones de euros, con un grado de ocupación del 93%. Beaz, la sociedad foral que gestiona estos asuntos, participa en otras cinco incubadoras, en colaboración con diversas instituciones y centros universitarios. Zitek está promovida junto a la UPV para fomentar el emprendimiento en la comunidad universitaria. DeustoKabi es el vivero de base tecnológica de la Universidad. Bic Bizkaia Ezkerraldea impulsa proyectos en la Margen Izquierda y Cuenca Minera, en colaboración con el Ejecutivo autonómico. BBF Fintech es una incubadora específica para 'startups' del sector financiero y nuevas tecnologías en la que participan el Ayuntamiento de Bilbao y la Universidad de Mondragón. DesignKabi, ubicada en Beaz, se destina a «concretar proyectos». «En total, las seis incubadoras suman 8.500 metros cuadrados y están ocupados al 75%. Albergan 84 empresas, generan 629 empleos y facturan más de 41 millones de euros», detalló la diputada Ainara Basurko.

Nautilus

Una plataforma que hace flotar los molinos de viento en el mar

Una trabajadora de la empresa muestra una maqueta del proyecto. LUIS ÁNGEL GÓMEZ

Raúl Rodríguez es el director técnico de Nautilus. «Nos dedicamos al diseño de plataformas flotantes para la energía eólica», explica en el módulo del que dispone la firma en la incubadora Bic. ¿Cuál es la novedad que introducen? «El diseño de nautilus es muy diferente a otros. A pesar de ser una plataforma semisumergible, un concepto que están utilizando otros desarrolladores de tecnología, el nuestro es más compacto y de menor riesgo. Tiene una relación de peso por potencia instalada muy buena. Es fácilmente construible al ser todo modular y se puede ensamblar». No quiere dar datos sobre el peso que han logrado aligerar porque «son pistas para la competencia». «Pero lo hemos bajado bastante», celebra.

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Nautilus es «una 'spin-off' de Tecnalia» que se desgajó de su matriz en 2013 y que «atrajo el interés de cuatro empresas del País Vasco», como Astilleros Murueta. «Al año y pico, entró una quinta empresa». La idea de apostar por esta tecnología surge en el seno de Tecnalia, que «realizó muchas comparativas». «Creo que fue un acierto porque se está viendo que este área tiene mucho futuro», añade.

La firma tiene cuatro trabajadores. «Uno de ellos está haciendo la tesis doctoral industrial. No estamos al 100%, pero tenemos expectativas de crecer bastante», apunta Rodríguez. Es una empresa pequeña, como la mayoría de las que están radicadas aquí. La media son cinco trabajadores por marca. Entre las 354 empleados del Bic -96 de ellos en 'startups' y el resto en firmas consolidadas- hay 228 hombres y 126 mujeres. Ellas son mayoría en biotecnología. Nautilus desembarcó en el Bic en 2016. «La energía limpia y segura es uno de los pilares de la recuperación tras la pandemia», valora su director técnico.

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Phage Lab

Bacteriófagos para evitar los antibióticos en animales

Predominan las batas blancas. LUIS ÁNGEL GÓMEZ

Si suele ser difícil levantar una empresa, imagine el lector cómo pudo ser para un grupo de chilenos que desembarcó en Bizkaia a mediados de marzo de 2020. No podían trasladar materiales y todo se detuvo. «Era imposible construir el laboratorio o conseguir mascarillas y guantes. Los proveedores fallaron. Contactar con empresas para comprar equipos era casi imposible. El comienzo fue caótico». Arrancaron en plena pandemia, en cuanto se abrió un poco el confinamiento. A los seis meses empezaron a ver la luz. Eso sí, ninguno ha podido regresar todavía a su país para ver a la familia. «Tienes que pasar una cuarentena al entrar, que además costeas tú», cuentan.

Con todo, el negocio ha tomado vuelo. «Tenemos un tratamiento que evita los antibióticos en la industria ganadera, tanto vacas como cerdos o pollos. Los sustituimos por bacteriófagos, un tipo muy especial de virus que ataca solamente a las bacterias, a diferencia de otros muy conocidos estos días -comenta Juan Sacre, que ejerce de portavoz-. Estamos a punto de registrar el producto ante la Agencia Regulatoria Europea y con los primeros estudios en vivo para probar la efectividad en España».

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La empresa nació en Chile hace diez años y ellos se autodefinen como «una avanzadilla para vender nuestros productos en España». Aquí harán una especie de sede europea. Este sector va viento en popa porque «cada vez son más exigentes los requisitos para administrar antibióticos a los animales, debido a las resistencias que provocan». «En Sudamérica tenemos un producto a la venta de la mano de Bayer. En aquel mercado está funcionando bien, y por eso queremos traerlo acá, al europeo». A los terneros se les administra como un suplemento en la leche y a las aves, disuelto en agua.

Innitius

Un detector de partos prematuros que evita ir al hospital

Rubén Molina sostiene en sus manos el detector de partos prematuros. LUIS ÁNGEL GÓMEZ

«Este es el dispositivo médico que hacemos», cuenta orgulloso Rubén Molina, CEO de Innitus, mientras sostiene el artilugio entre las manos. Esta misma semana se está probando con ensayos clínicos en los hospitales de Cruces y Basurto, también en Granada, Madrid y Murcia. Será útil para mujeres embarazadas que están entre el sexto y el octavo mes de gestación. «Cuando llegan a Urgencias con síntomas de que pueden tener un parto prematuro suelen ser hospitalizadas y se les pone un tratamiento. Con este aparato portátil podemos determinar, en tiempo real, si la paciente está de parto o no. Quien lo esté, tendrá que ser hospitalizada y seguir el tratamiento oportuno, pero se lo ahorraremos a las que no, evitando el estrés a la mujer y al bebé, así como el gasto hospitalario».

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Este nuevo detector «mide la consistencia del tejido del cuello del útero». Luego cruzan esos parámetros «con inteligencia artificial y otros datos de la paciente, como el índice de masa corporal». Es curioso porque los dos creadores, de origen granadino, provienen de la ingeniería civil, donde «desarrollamos un sistema para medir cómo se deforman las fuentes y vimos que tenía una aplicación en tejido humano». Esperan comercializarlo para final de año. «Es un aparato casi a precio de coste y un 'software' con suscripción», aclaran.

La idea surgió cuando Rubén y Alberto estaban en la universidad de Granada y se implicó el Servicio Andaluz de Salud. «En 2019 empezamos a pensar en movernos y al año siguiente nos trasladamos a Euskadi. ¿Por qué? Había mucho soporte institucional. No tanto económico, sino por reconocimiento. Esta es una tierra donde encaja este proyecto porque tiene manufactura, unos servicios sanitarios fuertes...». En Innitus trabajan nueve personas, y esperan contratar «tres o cuatro más» este año.

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Mikrobiomik

Medicamentos contra el hígado graso creados a partir de heces

Una trabajadora experimenta con cultivos. LUIS ÁNGEL GÓMEZ

Juan Basterra está desarrollando «un medicamento biológico a partir de las heces». El CEO de Mikrobiomik lo explica: «Extraemos la microbiota de las heces sólidas, lo ultracongelamos y, a través de un proceso productivo, logramos hacer unas cápsulas orales de microbiota fecal». ¿Para qué se utilizan? «Para tratar una enfermedad, la recurrencia de la infección por 'Clostridium difficile', que es una patología intestinal de la que el 75% de los pacientes se cura con antibióticos pero un 25% fallecen. En ellos está demostrado que es muy efectivo el trasplante de macrobiota fecal, algo que tiene una eficacia del 90% y sin efectos secundarios. Eso es lo que podemos hacer con las cápsulas orales. Estamos a dos años de llegar al mercado. Ahora mismo se están haciendo pruebas en quince hospitales».

Tienen abiertas investigaciones con análisis clínicos para tratar diversas enfermedades con estas cápsulas, como el hígado graso y otras infecciones intestinales. «En lo primero parece que tiene buenos resultados para frenar la progresión de la enfermedad, que puede conducir a un cáncer hepático o a una cirrosis».

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Trabajan «cinco y medio» en la empresa, y «contrataremos dos o tres más este año». Entre ellos, hay doctores en Medicina, Farmacia y Bioquímica, un financiero a tiempo parcial que pasará en breve a jornada completa y un técnico de laboratorio que nos ayudará». Llegaron al Bic en mayo de 2019 y se han expandido ganando un módulo hace poco.

Y una anécdota: la materia prima, las heces, llegan de donantes tanto del Bic como de las empresas cercanas, a cambio de una compensación económica. «La deposición tiene que tener un peso y condiciones específicas», precisan. Allí mismo tienen el espacio para la recogida de muestras.

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