El teatro sigue siendo un espejo de nuestra sociedad, y en él siguen perviviendo imaginarios y malas prácticas que perpetúan la violencia, la invisibilización de ... determinadas personas y la discriminación hacia las mujeres y las disidencias de género. Nuevas formas de trabajo son urgentes y posibles y debemos combatir la larga tradición machista, racista, colonialista y heteronormativa que ha habitado nuestros escenarios.
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Mi socia, Ane Pikaza, y yo somos líderes de una compañía teatral, La Dramática Errante, que piensa el teatro en términos feministas. Cimentamos nuestra estructura artística y empresarial sobre la única opción posible para el desarrollo de ese modelo que soñamos: un modelo antirracista, anticapitalista, diverso e igualitario.
Para nosotras el éxito no se rige bajo los parámetros definidos desde una perspectiva patriarcal. Nuestro éxito reside en crear textos teatrales y piezas artísticas que rompan estereotipos y generen referentes más justos y diversos. Nuestro éxito reside en cuidarnos y querernos; en una cultura organizacional horizontal, respetuosa, democrática; en sostener a las personas desde una visión holística. Esa es la única opción del verdadero bienestar. Esa es para nosotras la única opción posible en las artes escénicas: 'El teatro será feminista o no será'.
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