Tres familias de Barakaldo lanzan un SOS un año después de perder su casa por un incendio
Realojadas en un piso municipal, con un menor, residían de alquiler en una vivienda de la calle Portu que sigue arrasada, como todo el edificio
El pasado 16 de julio, en plenas fiestas de El Carmen, la vida cambió de golpe para los residentes en el número 2 de la calle Portu, en Barakaldo, donde se desató de madrugada un pavoroso incendio, del que aún se desconocen las causas, que se cobró la vida de un joven de 16 años. El edificio, que no se ha derribado y tendrá que ser rehabilitado, permanece precintando por seguridad desde entonces, con la cubierta y las escaleras calcinadas, igual que varias de las ocho viviendas que conforman este inmueble.
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Una de ellas, la del tercero derecha, es donde vivían de alquiler María José González, con su hijo; su prima Carol Lagos con sus dos hijos y su nieto, y Mayumi Matute con su hermana. El grave incidente lo siguen teniendo muy presente y arrastran incluso secuelas físicas. El hijo de Carol, que tuvo una lesión en las vértebras, y su nieto, que por aquel entonces tenía 5 años, con varias fracturas, tuvieron que escapar de las llamas lanzándose por el balcón al patio. «Yo también caí al vacío y estuve muy mal. Me tuvieron que operar de la pelvis», relata Mayumi.
Estas tres familias, compuestas por ocho personas naturales de Nicaragua, se quedaron con lo puesto, como el resto, y fueron realojadas en un primer momento en una pensión. Allí permanecieron varios días, hasta que el Ayuntamiento les reubicó en un piso municipal en el que viven desde entonces, sufragando los gastos, pero que en breve tendrán que abandonar. «Nos llegó una carta indicando que el día 22 de mayo había vencido ya la fecha, pero no tenemos dónde ir», cuenta Carol la única residente en esta vivienda que trabaja, como cuidadora.
«Son muchas bocas que alimentar, todo ha subido mucho y no hemos podido ahorrar. Además, en Barakaldo no hay pisos de alquiler y los pocos que aparecen son muy caros, y te piden varias nóminas y adelantos», añaden, con el temor de verse un día, con un niño, en la calle.
Sin respuesta
La situación es ta comprometido qye llevan varios días sin dormir. «Pedimos que el Ayuntamiento nos deje esta casa en alquiler, pero no hemos obtenido respuesta. Hacemos un llamamiento a los vecinos de Barakaldo, a ver si alguien nos podría facilitar una vivienda, con una renta asequible», declaran, antes de apuntar que del dueño de su anterior piso «no sabemos nada». «Llevábamos tres años allí, pagando 750 euros, y aunque era viejito estábamos muy bien», afirman, remarcando que hasta la fecha el seguro tampoco les ha dado «ninguna solución».
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El área de Vivienda del Consistorio solicitó hace meses a los propietarios un proyecto de un arquitecto para la reconstrucción del edificio, sin resultado. Fuentes municipales recuerdan que este recurso de emergencia, según el decreto de cartera de Servicios Sociales de Euskadi, «prevé un plazo determinado que ya ha pasado, incluso su prórroga». Conscientes de que el proceso «se está dilatando», y de que estas personas están recibiendo «ayudas sociales», afirman que «hay que adaptarse a las circunstancias». «El objetivo es que encuentren un alojamiento, pero mientras tanto podrán seguir en el piso municipal», se comprometen desde el Ayuntamiento.
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