Cuando un corte de luz es cuestión de vida o muerte
Vecinos del barrio Larreineta de Trapagaran que usan aparatos para respirar temen que las continuas interrupciones del servicio tengan consecuencias fatales
Laura González
Miércoles, 8 de febrero 2023
Teodoro Asensio duerme todas las noches desde hace una década conectado a una máquina. No le queda otra. «Es mi seguro de vida», relata a ... este periódico. Sufre fuertes apneas y necesita que, de manera artificial, el oxígeno siga moviéndose en su interior ya que las repetidas y repentinas interrupciones en su respiración le provocan un aumento del dióxido de carbono en la sangre y un riesgo muy elevado de sufrir un ictus «o de quedarme directamente en el sitio». «Estoy roncando y muchas veces me quedo como atascado, seco. Mi mujer me ha llegado a contar hasta 45 segundos. Es una auténtica barbaridad».
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Es por ello que no puede vivir sin la máscara que le cubre la nariz y la boca, «como un piloto de un avión de caza», y que se coloca todas las noches cuando se va a la cama. Necesita enchufarla y a simple vista parece que su problema de salud tiene una fácil solución, pero reside en el barrio de Larreineta, donde nació hace 64 años, y donde los cortes de electricidad son «bastante habituales» cuando hay viento y temporal, como denuncian todos los vecinos de esta zona alta de Trapagaran. Entre ellos hay una media docena que como Teodoro duermen pegados a una máquina, por lo que temen que esta falta de suministro por el mal estado de varias torretas llegue a tener consecuencias fatales.
Entre las últimas semanas del pasado año y la mitad de enero han sufrido nada menos que doce cortes. Lo peor lo vivieron en noviembre, cuando llegaron a estar tres jornadas seguidas sin luz, con cortes que se iniciaban por la mañana y continuaban en plena noche. «He tenido que vivir unos días horribles. Si se va la corriente en mi casa yo me ahogo y me despierto con unos dolores terribles de cabeza, de llorar, al no haberme llegado oxígeno al cerebro. Luego estoy machacado. Cualquier día vuelve a pasar e igual me da un patatús», declara.
Un temor que le asalta cada vez que se levanta algo de viento. Y es que en este punto de Bizkaia, próximo a La Arboleda, las fuertes rachas han dejado en innumerables ocasiones a todo el barrio de Larreineta y al cercano de Barrionuevo sin luz. «Pasa desde hace un montón de años y nadie hace nada por evitarlo», cuenta Teodoro, antes de rememorar el momento en el que Telefónica instaló el 'pirulí' en el monte Mendibil, en 1991, y «por lo que teníamos entendido le dio al Ayuntamiento unos 35 millones de pesetas para soterrar los cables y que no estuvieran al aire, como así permanecen», cuenta.
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«Nos sentimos abandonados»
«Nos sentimos todos abandonados», denuncia igualmente Mariano Barreda, vecino de este punto de la Zona Minera desde hace tres décadas. Él padece de manera leve la enfermedad pulmonar obstructiva crónica conocida como EPOC, y también utiliza una máquina para dormir. «Yo, por suerte, no dependo al 100% de ella. Es una ayuda porque me mete aire para que no sufra apneas, y puedo dormir más tranquilo, pero puede que algún día esté mal y no tengamos luz y sea un gran problema», afirma antes de mostrar las velas y los pequeños dispositivos led que suelen tener a mano en su casa por si vuelven a quedarse a oscuras.
Una situación tan habitual para ellos como incómoda e irritante. Barreda asegura estar «harto» de tener que llamar «cada poco» a Iberdrola para avisarles de alguna incidencia en la línea, «que vienen, hacen un parche y se van. Y más allá del riesgo para la salud, lamenta también que muchos se han visto obligados a tirar gran cantidad de comida de las neveras y congeladores. «En cuanto vemos que sopla el viento por aquí ya nos ponemos a temblar», señala. Reconoce también el temor a que se pueda producir algún incendio, ya que en varias ocasiones han visto saltar chispas de algunas torretas.
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Desde el Ayuntamiento aseguran a este periódico que han mantenido una reunión con Iberdrola, en la que les han trasladado su intención de «arreglar pronto el problema técnico». «El quedarse sin luz a día de hoy parece cuanto menos tercermundista», critica también el alcalde, Xabier Cuellar, quien espera que cuanto antes se logre dar solución a este incidente que trae de cabeza a poco más de 300 vecinos.
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