Eder Montero Elorza. E. C.
Bilbaínos con diptongo

Un bilbaino en Nueva York

Lunes, 11 de agosto 2025, 00:21

Cuando digo que Nueva York es un Bilbao más largo dicen que exagero. Pero se confirma. El Botxo permite consumir en la puerta de los ... bares hasta cierta hora. No sucede en otros lugares. Salvo en el Chelsea de la Gran Manzana. Un selecto barrio que guarda en su interior una colonia de 55.000 habitantes con sus personales formas de ser y hacer. Y en ese rincón reina una pareja compuesta por una mujer de Chicago y un hombre de Bilbao. Quiero hablarles de ambos. Sobre todo de nuestro paisano. Eder Montero Elorza.

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Vino al mundo en Cruces el 17 de julio de 1975 y vivió en la calle del Cristo. Ama, Amaia. Aita, Marino. El bilbainólogo que nunca falta en toda salsa botxera. Por eso sabía de las andanzas del hijo, pero faltaban detalles. Tras pasar por la ikastola Altzaga, el femenino de Txurdinaga que se llamaba así aunque también estudiaran chicos, hincó codos en la Escuela de Hostelería de Donostia. A los 18 años estaba cocinando en el barcelonés Puerto Olímpico.

Saltaba de trabajo en trabajo cual angula en cazuela. De Sergi Arola a Koldo Royo, de Barcelona a Mallorca. Luis Bollo era el jefe de cocina y le animó a un salto mayor. Ir a Nueva York. Septiembre de 1999. La ciudad que nunca duerme exige horarios eternos. En hostelería eso es norma mundial. Así que se adapta. Lo mismo que en Bilbao pero con todas las comidas del planeta y culturas diversas.

Su pareja es el ejemplo. Alex Raij. De Chicago con sangre argentina, apellido alemán de origen judío. Cocinera como él, y muy buena por cierto, arranca a su vera una vida de novela. Antes y después, Eder vivió el sueño americano no exento de pesadillas. Entre lo bueno, abrir un restaurante con Luis o sumergirse con Alex en la cadena internacional Nobu. Siempre les gustó la comida japonesa. Como a De Niro, que tenía su japonés en Tribeca.

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La experiencia asiática les ayuda a sobrellevar posteriores reveses. Su estancia estaba supeditada al permiso de trabajo. El pez que se muerde la cola. Por suerte ella era estadounidense y la contratan para llevar un local de tapas en la 10ª avenida. Entre la 23 y la 24. Según Eder un agujero con 27 taburetes. El 'Tía Pol'. Arrasaron. Colas de dos horas para pillar sitio. Cambió la forma de consumir la comida en EEUU.

Es lo que tiene el poder de Gotham. Pero no se acomodan. Abren el 'Quinto pino'. Aunque acaban mal con los socios, que pretenden dirigir el negocio de otra manera. Un infierno. Tras varios juicios para que les dejaran independizarse, el 11 de noviembre de 2008, a las 11 de la noche en Bilbao 5 de la tarde en Nueva York, nacía el 'Txikito'. Recuerda con cariño a los tres primeros clientes. No les cobraron. En poco tiempo ya era un éxito.

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Pero llegó la pandemia. Pensaron en tirar la toalla. Por suerte apareció un hada madrina. La arquitecta madrileña Silvia Zofio. Se asocian y en septiembre de 2023 el coqueto templo gastronómico resucita. Ahora está entre los mejores de la ciudad a la que cantaba Sinatra. Quizá por la hamburguesa doble con la que se consagraron hasta llegar al top neoyorquino o porque alucinan con nuestras cosas. Como el Txiki Fest, una fiesta del txakoli en plena calle. Ya les decía que si van desde la 7ª avenida a la 9ª y de la 23 a la 34 descubrirán un lugar con policía y normas propias, como poder consumir en la acera.

Igual que en Bilbao. Ese es el universo de esta pareja, su hija Maayan y su hijo Lucien que, por cierto, es más del Athletic que Pichichi. Juega al fútbol y luce con orgullo la zamarra de Jaure. Suelen visitarnos, pero de momento tienen el buzón en esa ciudad que comparte otra cosa con nosotros. Lo que siempre les digo. Solo hay tres personas en el mundo que al ser interrogados por su nacionalidad, primero les dirán el nombre de su ciudad. Un parisino, un neoyorquino y alguien de Bilbao. No miento. Pregunten a Eder.

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