Etxanobe: «Queda mucho trabajo por hacer antes de saber si el Guggenheim de Urdaibai es viable»
Advierte de los «complejísimos» trámites urbanísticos previos y recuerda que la decisión final es del Patronato
La diputada general ratificó este martes la «determinación» de su Gobierno por ejecutar el Guggenheim de Urdaibai. Pero hubo menos contundencia en sus palabras. A ... diferencia de lo que venía ocurriendo durante las últimas semanas con diferentes portavoces forales y del PNV, Elixabete Etxanobe no se atrevió a garantizar que habrá nuevo museo. «Queda mucho trabajo por hacer antes de saber si es viable», dijo durante una comparecencia en las Juntas Generales.
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La prudencia de Etxanobe tiene dos razones principales, según reconoció ella misma. La primera son los «complejísimos» trámites urbanísticos que preceden a las obras, que van a requerir la elaboración de hasta tres planes especiales, la recalificación de suelos en la Reserva de la Biosfera, labores de descontaminación, derribos... «Y si algo de todo esto no se hace el proyecto no será viable», advirtió. La segunda es que, pese a que la Diputación está convencida del proyecto y de su «impacto socioeconómico positivo» para una comarca en la que genera un considerable rechazo social, la decisión final la debe tomar el Patronato del Guggenheim Bilbao.
La dirigente foral acudió al Parlamento vizcaíno para informar sobre el minuto y resultado del proyecto a petición de Podemos, que ve un «desencuentro notable» entre la Diputación y el Gobierno vasco, dos instituciones que deben ir de la mano para que el nuevo Guggenheim cristalice, a la hora de hablar del tema. La solicitud de comparecencia fue registrada a finales de enero, al día siguiente de que el lehendakari desvelara, en una rueda de prensa conjunta con la propia Etxanobe en Ajuria Enea, que el Patronato se ha dado dos años de margen para decidir si ejecuta o no la pinacoteca.
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Las palabras de Urkullu aquel 22 de enero generaron una tormenta política, especialmente en el seno de su partido, y pusieron en solfa la expansión del Guggenheim, que hasta ese momento se daba por segura. Durante las siguientes 72 horas al lehendakari le contradijeron la cúpula del PNV -Andoni Ortuzar e Itxaso Atutxa-, el candidato en las próximas autonómicas -Imanol Pradales- y por la portavoz del Gobierno foral, Leixuri Arrizabalaga. «El proyecto sigue adelante, no hay parón», vinieron a decir todos. Mensaje unívoco. Pero faltaba por hablar la diputada general. Lo hizo el martes. Un mes después del encuentro de Ajuria Enea.
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«Absolutamente garantistas»
Elixabete Etxanobe dijo la pasada campaña electoral que el museo se iba a hacer «sí o sí», y de hecho lo tiene fijado como uno de los proyectos estrella de su mandato. Ayer insistió en que «no hay cambio de estrategia», que su Gobierno «no va a estar quieto» en los dos años de pausa que se ha dado el Patronato y que aspira a definir y desarrollar el proyecto cultural para crear un espacio que fusiona arte y naturaleza «donde ahora tenemos 17.000 metros cuadrados de ruinas industriales». El museo sería, recalcó, parte de un «plan global» para revitalizar la comarca de Busturialdea. PNV y PSE ya han registrado en el Parlamento una propuesta para que el enclave sea considerado Zona de Actuación Preferente, lo que abriría la puerta a una batería de inversiones
Pese a que la hoja de ruta foral está clara, la diputada general se mostró cauta respecto al futuro del proyecto porque la decisión no es unilateral y hay muchas piedras que colocar en un camino en el que se quiere ser «absolutamente garantistas». El objetivo más inminente es demoler las instalaciones de la antigua cubertera Dalia en Gernika. La Diputación solicitó en noviembre al Ayuntamiento la licencia de demolición y sigue a la espera de recibirla. La relación del alcalde, José María Gorroño, con el PNV no pasa precisamente por su mejor momento.
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En paralelo, los técnicos forales se encuentran ultimando el Plan Territorial Parcial (PTP) Gernika-Murueta para dar al proyecto del museo «carácter supramunicipal» y sentar las bases de la necesaria recalificación de los suelos industriales. Se espera que para el verano pueda activarse un periodo de exposición pública para abrirlo a sugerencias de la ciudadanía y de las instituciones. Esto será lo más cercano a la consulta popular que reclaman EH Bildu, Podemos y las plataformas vecinales contrarias al proyecto museístico. Si alguna alegación es aceptada, el PTP será reescrito y sometido de nuevo a exposición pública. Después los órganos competentes decidirán si le dan el visto bueno. Y no son pocos los que deben pronunciarse: los ayuntamientos afectados, los técnicos de Medio Ambiente del Gobierno vasco y de a Diputación, la Agencia Vasca del Agua, la Demarcación de Costas, el Patronato de la Reserva de la Biosfera...
Este mismo protocolo se seguirá después con el Plan de Compatibilidad que permitirá ordenar las parcelas donde se pretenden levantar las dos sedes del Guggenheim de Urdaibai, y más tarde con el Plan Especial que definirá al detalle qué se va a construir en cada una. Existe un estudio de necesidades elaborado por el estudio de arquitectura Cooper Robertson, desvelado por este periódico el pasado mes de diciembre, que marca las líneas maestras de las dos sedes y que hace una primera estimación económica: casi 130 millones de los que ahora solo hay 80 sobre la mesa, los aportados por la Diputación y por el Ministerio de Transición Ecológica. Este es el otro nudo gordiano a deshacer antes de que el Patronato aclare el futuro del proyecto.
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