La milagrosa intervención de la Ertzaintza ayuda a salvar a un hombre en parada cardiaca en Bilbao
Los agentes se encontraron al afectado en una situación crítica cuando entraban a repostar en la gasolinera de Miribilla
Aparecer en el lugar justo, en el momento adecuado y con el material necesario. Estas tres circunstancias se dieron en la mañana de ayer en la gasolinera de Miribilla más próxima al parque de Bomberos. Sobre las 11.30 horas una patrulla de la Brigada Móvil entró a repostar y vio que varias personas se arremolinaban en torno a un vehículo. En su interior una persona que se encontraba en el asiento del copiloto estaba convulsionando y echando espuma por la boca y algo de sangre.
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Los agentes sacaron al hombre del coche. En un primer momento pensaron que se trataba de un ataque epiléptico y le pusieron de costado, pero al ver que su situación no mejoraba se dieron cuenta de que el problema era otro. Le colocaron en el suelo boca arriba y comenzaron a realizarle un masaje cardiaco.
La fortuna quiso que esta patrulla formase parte de los recursos Bizkor, porque cuentan con una dotación mayor de material entre la que se incluye un desfibrilador que los agentes emplearon. Tres descargas le dio este dispositivo al varón hasta que al de unos minutos llegaron dos ambulancias, una de ellas de la DYA, que ha recibido la felicitación de Osakidetza por su actuación. Los sanitarios le aplicaron una inyección «de adrenalina» y le sometieron a otros cuatro impulsos eléctricos más hasta que consiguieron reanimarlo. El hombre, de 55 años, fue trasladado al hospital de Basurto.
En el «primer minuto»
Una médica de Emergencias que participó en la actuación les dijo a los ertzainas que el afectado había sufrido un «ataque cardiaco» y que «sin nuestra rápida actuación no habría sido posible reanimar al hombre», según recuerda Jagoba, que junto a Miguel y Álvaro son los tres agentes de esa unidad de la Brigada Móvil que participaron en esta intervención salvadora.
Y es que la fortuna quiso que apareciesen en el momento justo. Según relató el conductor del vehículo en el que viajaba el afectado, su compañero comenzó a decir que se sentía mal en el momento en el que estaban entrando a la gasolinera de Miribilla. «Nosotros llegamos instantes después para repostar y vimos el revuelo junto a ese coche. Eso nos permitió actuar en el primer minuto desde que sufrió el ataque cardiaco», recuerda Jagoba. Una coincidencia que pudo salvar la vida de este hombre.
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