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Hogares con una sola persona

Solo en Elantxobe se vive así

La localidad costera es el municipio vasco con más hogares habitados por una única persona: 109 de sus 354 vecinos residen en soledad. Una viuda y dos solteros comparten sus diferentes experiencias sobre el hecho de llegar cada noche a una casa donde nadie les espera

Isabel Ibáñez

Domingo, 6 de noviembre 2022

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A los récords que ya ostentaba Elantxobe, como el de ser para muchos el pueblo más bonito de Euskadi y donde más personas mayores de 65 años habitan (el 33% de su población), se le suma ahora uno nuevo: se ha convertido en el municipio vasco donde, proporcionalmente, más gente vive sola. Ya sea por elección o por obligación, 109 de sus 346 vecinos llegan cada noche a una casa que, como mucho, comparten con una mascota. Es decir, 109 de sus 190 hogares son unipersonales, según datos de 2021 del Instituto Vasco de Estadística (Eustat). Por comparar, hace una década, en 2010, lo eran 87 de sus 210 viviendas; mientras habitantes y hogares bajan, aumentan las personas que viven solas. Una realidad que se va imponiendo a pasos agigantados en todo el país, en buena parte por el envejecimiento de la población, pero sobre todo por una nueva de forma de entender la sociedad y de romper con las tradiciones. Un adiós al viejo concepto despectivo de 'mutilzarra' o solterón y un hola al disfrute sin complejos de una existencia en soledad elegida. Elantxobe se dibuja como ejemplo de ambas.

El autobús llega hasta la famosa rampa giratoria que permite a estos vehículos dar la vuelta y seguir viaje. Y al comenzar a descender por ese empedrado tan en cuesta y hoy vacío resulta difícil imaginar la marabunta mahón que ocupa estas calles cada 22 de julio para celebrar las Madalenas. En verano la población aumenta hasta los 600 vecinos, más en esa jornada festiva, pero el resto del año residen aquí a diario dos centenares. Muchos de ellos, solos. Viudas y viudos, pero también solteros por elección u obligación y separados o divorciados. Pasear por el pueblo la mañana de un miércoles de octubre es hacerlo prácticamente en solitario.

«Estamos muy pendientes de si hay alguna persona que, de repente, falta en el pueblo. Le llamamos para comprobar que está bien, no ya desde el ayuntamiento, sino como vecinos»

Patxi Egurrola. Alcalde de elantxobe

Llega una trainera al puerto, bogada por jóvenes remeras. Su patrón es también el alcalde, Patxi Egurrola, que, como suele suceder con los regidores en los pueblos pequeños, comparte ese cargo con el trabajo que le da de comer, el de profesor en un instituto de Bilbao. «No tenía ni idea. Sí sabía que mucha gente vivía sola, pero... Hay muchas personas viudas, sobre todo mujeres, claro». Pero también otras que a lo largo de su vida no han encontrado nadie con quien compartir la cotidianeidad entre sus cuatro paredes, además de separados o divorciados. «Y luego jóvenes que se han acercado al pueblo porque sus padres eran de aquí pero marcharon a vivir a Bilbao o a sitios más grandes y ellos regresan en busca de tranquilidad. Hay un poco de todo».

Patxi Egurrola, alcalde de Elantxobe. MAIKA SALGUERO

El alcalde asegura que esta nueva marca que ostenta el pueblo que gobierna no afecta a las arcas del ayuntamiento, ni a su funcionamiento: «Lo único que percibimos es que no hay mucha gente en Elantxobe, en invierno sobre todo. Y sí es verdad que muchas viven solas, pero no plantean ningún tipo de exigencia. Eso sí, a veces acudes a ellos a ver si necesitan algo, pero no hay una dependencia de estas personas hacia el ayuntamiento, hacen una vida normal. Aunque cuidamos si vemos que alguien puede estar más solo. Nos dimos cuenta en la pandemia de que la gente necesitaba hablar con alguien, porque había mucho solitario. Así que estamos pendientes; si hay una persona que no la ves desde hace tiempo, pues te preocupas y la llamas. Hubo un señor que vive en el frontón y al que no veíamos desde hacía días. Le llamamos y resulta que estaba encerrado con covid. Aquí, aunque viva mucha gente sin compañía, no sucede lo que ves en la ciudades, que a veces encuentran personas que llevan meses muertas. Porque estamos pendientes, no ya en el ayuntamiento, sino todos los vecinos».

Así, en Elantxobe, como en tantos otros pueblitos, hacen mucha vida en la calle: abundan las charlas entre personas de todas las edades, en el frontón, el puerto, los bares... «Socializamos, la gente no está todo el día en casa con el 'Sálvame'. Hablamos de nuestras cosas, del Athletic, de qué aparejos tienes para salir a pescar... Tenemos la biblioteca, pero no va nadie porque no lo necesitan, nos juntamos en la calle».

Las cifras de la soledad

  • Elantxobe. 109 de los 190 hogares censados en 2021 están ocupados por una única persona, lo que supone el 57%. Es decir, 109 de sus 346 vecinos viven solos. La ocupación de las viviendas en el pueblo es de 1,8 personas por hogar, mientras la media vasca se sitúa en 2,4 (29,4% del total son unipersonales.

  • Envejecimiento. Elantxobe es también el municipio vasco con más mayores de 65 años, un 33%, frente al 23% de Euskadi y al 19,6% de España.

  • Euskadi. Los hogares unipersonales representan en Bilbao el 32,1% del total; en San Sebastián son el 31,4 y en Vitoria el 31,3 (Eustat de 2021).

Amaia Salaberria. Viuda. 72 años.

«Aprendes a vivir así y te gusta, tienes libertad. Aunque a veces echas de menos, sientes mucha soledad»

Vídeo.

Preguntar en el puerto por gente que viva sola y abra las puertas de su casa para charlar con periodistas arroja un resultado bastante negativo. «Esto no es como Bermeo, aquí somos bastante cerrados», apunta una vecina. Pero la ayuda del alcalde abre puertas, como la de la bonita casa con vistas al malecón de Amaia Salaberria, 72 años, viuda desde justo antes de la pandemia, quien de buena gana atiende a cámaras y preguntas. Las cenizas de su marido reposan sobre la librería, encima de la tele, junto a recuerdos que el difunto Pedro, marino de profesión, se trajo de sus viajes. «Un domingo salió a la mar para pescar con un amigo y al regresar me dijo que le dolía mucho la tripa. Le hice una manzanilla y nada más terminarla, murió. Fue un aneurisma», recuerda su mujer con la garganta en un puño.

Ama de casa y trabajadora por temporadas en el Ayuntamiento de Elantxobe, no se había dado cuenta de la cantidad de personas que, como ella, viven solas. «En el puerto somos un montón. Pero no creo que eso condicione la vida aquí, pienso que en realidad influye más lo pocos que somos». Y después de que el hijo abandona el nido y el marido muere, cómo son esos primeros días sola... «En principio duros, duros. Pero al final te vas haciendo. Yo me muevo mucho, me gusta andar, me voy a Laga, Laida, o me dice mi hijo 'vamos a Urkiola, al Anboto'».

«Vivir en un pueblo pequeño facilita las cosas, pues aunque estás solo te sientes acompañado. Es peor en la ciudad, aquí te juntas con cualquiera»

amaia salaberria

- ¿Ha aprendido a vivir sin compañía? ¿Lo valora hoy?

- Terminas aprendiendo, y me puede gustar y no te ata nadie, tienes mucha libertad de ir y venir sin dar explicaciones. Aunque a veces sientes mucha soledad, echas en falta... Ay, ya me empiezan a remover los recuerdos, me mueve la pena. Pesa más el echar de menos a mi marido, eso es más que lo de vivir sola. Muchas veces voy andando y voy hablando con él, y lloro y me desahogo.

Amaia Salaberria, en su casa del puerto. Maika Salguero

Dice Amaia que aquí no tiene cuadrilla, «aunque todos somos más o menos amigos. A los bares voy muy poco, yo solía estar con unas que estaban en el muelle, y las veía y me iba con ellas. Vivir en un pueblo pequeño facilita, pues te sientes más acompañado, es peor en la ciudad, aquí te juntas con cualquiera, de tertulia, con cualquier edad».

Hay estudios que dicen que vivir solo puede generar enfermedades mentales como la depresión... «En mi caso no, tengo mis cosas, pero estoy bien, soy de moverme mucho. Yo empiezo a andar y andar y hago kilómetros». Y ahora que se has acostumbrado a vivir sola, si de repente le viniera una pareja o amiga o el hijo, Lur, de 34 años... «Uf, le digo que ni hablar, jaja, que me deje en paz, eso es una atadura, me he acostumbrado a hacer mi vida».

-¿Y esa opción cada vez más en boga de tener pareja sin compartir vivienda?

-Pues muy bien, porque así las cosas pueden durar años, no te enfadas. Aquí hay parejas que viven así, viudos, que luego se van de vacaciones juntos.

Iker Abiña. Electricista de 45 años. Sin pareja, de momento

«Lo mejor cuando conoces a alguien es ir poco a poco, cada uno en su casa, y ya veremos después»

Vídeo.

Aficionado a tocar y escuchar música, Iker Abiña, electricista de 45 años nacido en Gernika, hace 15 que reside en este pueblo, en un piso de alquiler de dos habitaciones, dos baños, cocina grande y trastero que comparte con su perro, 'Keops'. «Me gusta la paz que hay aquí, poca gente, poco ruido. Llevo bien la vida de soltero. Aunque he pasado temporadas en pareja. Y es mejor ir conociéndose poco a poco, y luego ya veremos. Yo no me niego a volver a vivir con una persona, de hecho, con la última cada uno teníamos nuestra casa y era convivir un poco aquí y otro poco allá. Y sucede que cuando estás en pareja también llegas a echar de menos el estar solo».

«A la hora de pedir un crédito para comprar una casa, es muy difícil estando solo. Y más aún siendo autónomo»

iker Abiña

Para Iker, la mayor parte de las cosas que conlleva vivir en soledad son positivas: «Cuando llego a casa me gusta mi tranquilidad, mi videojuego, te fumas un canutito y a vivir la vida. Las relaciones las haces en la calle, estás con gente de todas las edades y eso está bien. Y al llegar a casa dejadme mi sitio y en paz». Pese a que tenga que hacerse todo solo: «En pareja compartes las tareas. Y echas de menos a la madre, la ropa limpia y planchada, pero cuando te acostumbras es rutina, y si no lo haces tú hoy pues tendrás que hacerlo mañana».

Iker Abiña riega sus plantas. Maika Salguero

«Hay gente que no sabe vivir sin pareja, sin compañía -añade-, y por eso se agarran a cualquier cosa, pero hay que probarlo para saber lo que es. Así que eso de sentirse solo es un absurdo, siempre que sea por elección. Yo nunca me he sentido así». Porque lo de quedarse solo es otra historia, ¿no? «Pues se te puede caer el mundo encima, deprimirte, cualquier cosa. Y la depresión es una enfermedad; ahí sí que tendrían que tener un apoyo para hacer el duelo. Si siempre has vivido en pareja y hay muerte o un divorcio, puedes tener tus problemas».

- Está de alquiler en un piso de protección. ¿Nunca se ha planteado comprar?

- Teniendo dinero sí, pero otra cosa es qué tipo de vivienda quieres, dónde y a qué precio. A la hora de pedir un crédito es muy difícil solo, y siendo autónomo, más aún. No lo veo factible tal y como están las cosas.

Jon Tirado. 49 años. Soltero por elección.

«Tengo amigos que se han separado, prueban esta forma de vivir y ya no quieren otra cosa»

Vídeo.

En un piso que desde lo alto domina todo el pueblo y el confín del mar, vive Jon, un 'mutilzarra', como se dice en Euskadi a los 'solterones', de 49 años. Trabajaba de jardinero hasta que una grave lesión en la columna vertebral a la altura del cuello lo apartó de eso y de muchas otras cosas más, como el surf. Aun así, sigue con su huerta y saliendo a pescar, quiere hasta poner gallinas, pues su sueño es ser autosuficiente.

Antes vivía en otra casa del pueblo propiedad de su madre, que venía de vez en cuando armada de sus tápers. «Pero desde que murió en 2017, estoy solo. Mi padre también falleció, y al no tener hermanos pude comprarme esta vivienda, que en un principio tenía más habitaciones y que yo reformé para que hubiera solo una». Porque no va a necesitar más: «Soy soltero y va a seguir siendo así. Y muy a gusto. Al principio andas buscando alguna cosa pero ves que no cuaja la pareja, se repite fracaso tras fracaso, y dejas de intentarlo, buscas otra fórmula. Y estás a tu bola sin necesidad de tener todo limpio y ordenado, nadie te dice ni mu». Solo algún tímido 'guau', el de su perrita, 'Bela'.

«Aquí tenemos 'la hora social': todos los días a eso de las seis o las siete salimos a la rotonda a tomar unas cervecitas y charlar con los vecinos hasta las ocho o las nueve»

Jon tirado

- ¿Y entre las cosas malas de vivir solo?

- Hombre pues echas de menos una cenita y una peli acompañado. Todos los días no me gustaría, pero de vez en cuando sí. Aunque aquí tenemos 'la hora social', a eso de las seis o las siete salimos a la rotonda a tomar unas cervecitas y charlar hasta las ocho o las nueve.

Jon Tirado, en su cocina. MAIKA SALGUERO

- Es una tendencia, cada vez hay más hogares unipersonales.

- Tengo amigos que se han separado y no quieren saber nada de volver a tener pareja, descubren esta manera de vivir y les encanta. Y también con pareja, pero cada uno en su casa. Creo que así dura más el amor.

- A pesar de que el mundo, y el mercado de la vivienda, está hecho para la vida en pareja. Económicamente cuesta más vivir solo, ¿no?

- Sí puede ser un problema para una persona sola, comprar, alquilar. La reforma de esta casa me ha costado más que la propia casa, o sea que una persona sola con un sueldo de 1.000 o 1.200 euros lo tiene difícil. Aunque en Elantxobe necesitas poco.

- ¿Cree que la gente tiene prejuicios sobre las personas que viven como usted?

- Pues habrá de todo, aquí se dice 'mutilzarra' y 'neskazarra', puedes sacar conclusiones, ideas viejunas, pero aquí me conocen de sobra, saben cómo soy.

- ¿Habla solo?

- No, no, ja, ja, ja. Además, mira, tengo esta mesa que se abre y un lavavajillas gigante. La casa está orientada a recibir a gente, amigos. Es vivir solo pero también acoger. Ah, por cierto, en el confinamiento estuve genial aquí».

Bilbao, capital vasca de la soledad

  • En 47.473 hogares de Bilbao reside una única persona. Es el triple que en los años 90.

  • Uno de cada tres. Como en Bilbao hay 147.864 viviendas familiares, el porcentaje es del 32,1%. En Vitoria es del 31,3% y en San Sebastián, del 31,4%.

  • ¿Por qué ocurre? El envejecimiento influye de manera determinante. Una tercera parte de quienes viven solos en Bizkaia, según el INE, son personas viudas.

  • Un segundo factor. Los hábitos sociales. Estos tienen mucho que ver con el individualismo, cada vez más gente opta por ir a su aire, lo que en el asunto que nos ocupa es quedarse soltera/o. Más de la mitad de los hogares unipersonales son de individuos que no tienen pareja ni la han tenido. Y el 15% se ha quedado en esta situación tras una separación o un divorcio.

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